REVISTA DE LIBROS
ALONSO, Luciano; “Qué digan dónde están” Una historia de los derechos humanos en Argentina, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2022, 364 pp.
ARK CAICYT: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s24690732/szao1vvst
“Qué digan dónde están”, del consagrado historiador Luciano Alonso, analiza casi cincuenta años de luchas por los Derechos Humanos en Argentina desde una perspectiva histórica, pero asimismo con un fuerte componente teórico y sociológico, tal como el autor nos tiene acostumbrados. Su fortaleza o su acierto es introducir una perspectiva novedosa: considerar al Movimiento de Derechos Humanos compuesto no sólo por los diferentes organismos que se formaron en el país, sino también por los que fueron creados en el exterior. De esta manera, este libro es, sin dudas, el corolario de una serie de problemas que Alonso viene pensando y poniendo en agenda, lo que lo hace realmente un libro imperdible.
Si bien fue escrito y publicado antes del triunfo en las elecciones presidenciales de una ultraderecha que no sólo reivindica el accionar de las Fuerzas Armadas en la última dictadura militar, sino que además cuestiona el desempeño del Movimiento de Derechos Humanos nacido en respuesta a aquella, su lectura en el contexto actual permite tensionar algunas de esas críticas y falacias que asume esa derecha. Su análisis crítico y riguroso, convierte a este libro en una lectura indispensable para comprender ese pasado inmediato y nuestro presente, desmitificando una serie de problemas que se presentan hoy deformados en la escena pública.
Desde el título Alonso logra precisar esa densidad histórica que propone, al tiempo que plantea una de las grandes preguntas de la historia y las memorias recientes argentinas. Porque es una expresión, por un lado, tan simple y tan revisitada, pero, por otro, tan compleja, ya que condensa tanto el reclamo histórico como la especificidad del Movimiento de Derechos Humanos del país. En esa pregunta también está implícita la discusión de la cifra, que retoma en el texto para sostener que “los 30mil” no hacen a una corroboración objetiva, sino a un componente identitario y a una constancia presente de la emergencia histórica de una demanda todavía insatisfecha: Qué digan dónde están.
El desarrollo de sus investigaciones, así como del propio pensamiento de Alonso, le permiten avanzar con temas y problemas, por lo menos, incómodos, haciendo a su libro, un libro muy valiente. De manera que aborda desde la narrativa académica clásica formada en torno a la constitución del Movimiento de Derechos Humanos, pasando por la adopción de una narrativa humanitaria en la defensa de la derechos universales, el “mito de inocencia” de las personas desaparecidas, el concepto de justicia de los colectivos y personas que lo integraron, las estrategias de visibilización y el contenido de sus discursos (la distinción entre discursos y prácticas, pero también entre un discurso público y otro oculto), el componente de clase social, el exilio y la formación de nuevos organismos en los países de acogida, la culpa de los y las sobrevivientes, y hasta las disputas por el contenido de homenajes y recordatorios posteriores. Es un libro que prácticamente no escapa a ninguna de las discusiones que se dieron en torno a la cuestión de los Derechos Humanos en los últimos años en Argentina.
El libro está divido en una introducción, nueve capítulos y una suerte de conclusión con revisiones y evaluaciones, como su propio título lo indica. Su desarrollo no es cronológico, sino temático, donde cada capítulo comienza y termina con temporalidades diferentes, de tal forma que pueden ser leídos independientemente uno del otro, según los intereses de las y los lectores.
Juntamente, en algunos capítulos la exploración avanza hasta los años del kirchnerismo e incluso hasta la actualidad. Eso me produjo, entre otras cosas, una interpelación a mí misma, no solo como investigadora, sino también, en parte, como protagonista. Y también hizo que ponga en tensión mis propias memorias y mis interpretaciones sobre ellas. Desde el recuerdo de la movilización por la primera sentencia por los juicios de lesa humanidad en la ciudad de Santa Fe en 2009, donde estuve presente, hasta mi propio trabajo en la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe por aquellos años. Y esto sucede aunque mi participación haya sido lateral y desde la ciudad de Rosario. En referencia a esto, cabe decir que, así como con otras experiencias regionales o locales, también se encuentran a lo largo del libro similitudes y diferencias con los procesos rosarinos y santafesinos, dentro de la misma provincia, por el anclaje académico del autor y por sus investigaciones precedentes.
Esto último me permite mencionar dos grandes paradigmas en los que se enmarca el texto, el de la historia reciente y el de una historia que cuestiona a aquella pretendida como “nacional” pero escrita en y desde Buenos Aires. Bajo el primero de ellos y en relación con la mención a mi propia experiencia vivida, a mi entender la narración resuelve gratamente unos de los principales dilemas de la historia reciente, el de ser contemporánea con generaciones vivas que han sido protagonistas, lo que permite postular un diálogo e interacción con dichos intérpretes. En cuanto al segundo, el libro es, sin duda, un gran aporte para poner en controversia una narrativa general sobre el Movimiento de Derechos Humanos en Argentina aun fuertemente sesgada por algunas interpretaciones y ejes delineados sobre la generalización de la experiencia capitalina al contexto nacional.
Por otro parte, una de las cuestiones más interesante que Alonso resalta es que la emergencia del Movimiento de Derechos Humanos tuvo mucho que ver con el ejercicio de una práctica política no partidaria, como agente autónomo, y con la construcción discursiva de un nosotros que presentó los reclamos ante el Estado. El hecho de reclamar ante el Estado es algo que se repite insistentemente en los casos de violaciones a los Derechos Humanos actuales (hoy denominados como violencia policial o institucional) o cada vez que surge la demanda de ciertos sectores que reclaman “Derechos Humanos para todos”. Ya sea desde los diversos activismos como desde las propias agencias estatales, se ha explicado que es el Estado el que viola los Derechos Humanos y, por tanto, es ante él que se reclama.
De esto último también se desprende (y afirma su validez) una de las preguntas más polémicas del libro, de si acaso la interpenetración de los organismos de Derechos Humanos con las agencias estatales no puede ser entendida como la disolución misma del Movimiento, como el fin de una experiencia histórica, en tanto actor político no partidario, autónomo, que presentó los reclamos ante el Estado. Lo que también se ha enunciado como el abandono de la prescindencia política.
De esta forma, con un análisis exhaustivo y minucioso, anclado en una profunda investigación empírica, Alonso analiza la emergencia, desarrollo y crisis del Movimiento de Derechos Humanos en Argentina, haciendo especial hincapié en los anclajes propios de la política nacional. Un abordaje novedoso tanto en la periodización como en la problemática plateadas. Un libro indispensable para el campo de estudios acerca de la historia reciente en Argentina y del Movimiento de Derechos Humanos en particular.
Marianela Scocco
Investigaciones Socio Históricas Regionales
(Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas)
Universidad Nacional de Rosario
Email: mariascocco@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1309-1613