Conflictividad en el noreste de Chubut durante la última dictadura militar (1976-1982)

 

Demián Matías Suárez Torres(*)

 

ARK CAICYT: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s24690732/l4ch9a5wf

 

Resumen

 

En este artículo abordamos la conflictividad social en el Noreste de Chubut durante la última dictadura militar desde 1976 a 1982 para dar cuenta de cuales fueron los conflictos que se realizaron, que sujetos lo protagonizaron, quienes lo organizaron y de que forma el conflicto fue realizado, dentro de un análisis que incluye a lo que definimos como estructura socio-económica, comprendiendo a los conflictos como parte constitutivita de la sociedad. Partiendo del análisis del periódico Diario Jornada realizamos un estudio de tipo cualitativo y cuantitativo que nos permite construir ciclos y fases hacia dentro del período, permitiendo observar cómo se construyen las modificaciones dentro de la conflictividad dentro de los años signados por el devenir de la dictadura militar.

 

Palabras clave: Conflicto; Dictadura Militar; Formas de Lucha; Chubut.

 

 

 

Conflicts in the northeast of Chubut during the last military dictatorship (1976-1982)

 

Abstract

 

In this work, we address the conflicts in the Northeast of Chubut during the last military dictatorship from 1976 to 1982, to give an account of which conflicts were realized, which subjects carried them out, who organized those conflicts and how the conflict was carried out within an analysis that includes what we define as a socio-economic structure, understanding conflicts as a constitutive part of society. Starting from the analysis of the Diario Jornada newspaper, we carry out a qualitative and quantitative study that allows us to build cycles and phases during the period, allowing us to observe how modifications are built within the conflicts themselves alongo the years marked by the course of a military dictatorship.

 

Key words: Conflicts; Facts; Forms of Struggle; Chubut.


 

 

Conflictividad en el noreste de Chubut durante la última dictadura militar (1976-1982)

 

Introducción

 

El presente trabajo aporta una mirada sobre la conflictividad social en el noreste de Chubut durante la última dictadura militar, abarcando desde el inicio del año 1976 hasta el final de 1982. A través del relevamiento del Diario Jornada buscamos observar con qué dinámicas se llevó adelante la conflictividad en el período, dando cuenta de qué sujetos la protagonizaron, cómo se organizaron y qué tipo de acciones llevaron a cabo. Esto es acompañado con una mirada sobre el desarrollo industrial y productivo, comprendiendo a la conflictividad como parte constitutiva de la unidad de análisis relacionada que denominamos estructura socio-económica.

La región estudiada se ubica en la zona noreste de la provincia de Chubut y se compone por los departamentos de Rawson y Biedma, abarcando a las ciudades de Trelew, Rawson, Puerto Madryn, Gaiman y Dolavon. La misma comparte una historia en común que se remonta hasta el establecimiento de la Colonia Galesa en la década de 1860 y la posterior construcción del Ferrocarril del Sud, que conectaría a las ciudades del interior de la región (Trelew, Gaiman, Dolavon) con aquellas con salidas portuarias (Puerto Madryn y Rawson). Esta conexión, la cual perdura hasta nuestros días, permitió un movimiento dinámico entre las ciudades, generando una permanente circulación de ideas, productos y personas (Pérez Álvarez, 2020).

El paso de territorio nacional a provincia en 1955 trajo consigo una nueva vertiente productiva a partir de la sanción del decreto-ley 10.991/56 por parte del gobierno nacional, en el cual se establecía la exención de recargos aduaneros a las importaciones de materiales y mercaderías al sur del paralelo 42°. Este decreto sirvió como puntapié para la instalación de fábricas de la industria textil sintética en la provincia. Pérez Álvarez (2016) señala que la mayor cantidad de radicaciones se instalarían en el Noreste de la misma debido a su mayor centralidad geográfica, tanto en su cercanía al paralelo 42° como a la capital provincial, la ciudad de Rawson.

La concreción de este plan productivo se enmarca en la perspectiva de los “polos de desarrollo”[1] en el cual se incentiva la instalación de industrias en regiones consideradas “atrasadas” con el supuesto objetivo de “modernizarlas”. Pérez Álvarez (2013) sostiene que esto profundizó la condición de “economía de enclave” en la región a partir de la instalación de fábricas que trabajaban aisladamente de las otras ramas productivas tradicionales de la región.

Este modelo de desarrollo se extendería hasta finales de la década de 1980 (Gática [et.al], 2005), atravesando la última instancia de impulso a la actividad durante el período estudiado en este trabajo. A lo largo del relevamiento realizado encontramos diferencias entre la situación que atraviesa el Parque Industrial de Trelew —iniciado en 1971— en contraposición a la fábrica productora de aluminio Aluar —instalada en 1974— de la ciudad de Puerto Madryn.

Durante el primer ciclo hasta 1978 el relevamiento mostró una continuada visión desarrollista que impulsaba la instalación de fábricas en la región a la par que Aluar realizaba su primera exportación de aluminio hacia el extranjero.[2] Esta situación cambiaría a finales del año 1979, donde el modelo económico aperturista y neoliberal de Martínez de Hoz generó una crisis que afectaría principalmente al sector industrial textil (Schvarzer, 1986) y que impactaría en Trelew con el cierre de fábricas, suspensiones de obreros y atrasos en los pagos de haberes, que se condensaría en los altos niveles de conflictividad que encontramos a partir de aquel año, como se verá posteriormente.

En contraparte, ALUAR recibiría beneficios impositivos, aumentaría su producción, continuaría con las exportaciones hacia el exterior y ampliaciones en la fábrica, mostrando una realidad totalmente disímil a la que ocurría a pocos kilómetros. Estos elementos nos permiten incluir el debate alrededor del concepto de desindustrialización; siguiendo a Grigera (2011, p. 95) proponemos la utilización del concepto re-estructuración capitalista, que pueda incluir “los procesos de centralización y concentración, desguace, quiebras, tercerización, flexibilización laboral, aumento de la productividad, represión salvaje del movimiento obrero, desocupación, y relocalización”, lo cual nos permite incluir una perspectiva clasista sobre el período.

Pérez Álvarez (2022, p. 121) prosigue esta idea al referirse a la situación de ALUAR durante la década de 1990, definiéndolo como “capitalismo de Estado en enclave de grandes empresas de capital privado en condiciones oligopólicas o monopólicas”. Los años trabajados en esta investigación suponen el momento de la creación de las condiciones para la realización de la hegemonía de la oligarquía financiera (Cotarelo, 2016) que se consolidarían en la década de los noventa.

El período estudiado está signado por el devenir de la dictadura militar auto-denominada como Proceso de Reorganización Nacional (PRN), que se inició el 24 de marzo de 1976. Esto supone que además el trabajo retoma los últimos 3 meses del gobierno constitucional de signo peronista bajo la presidencia de María Estela de Perón, que sufría los efectos de las medidas económicas conocidas como Rodrigazo (Bellini y Korol, 2020), lo cual provocaba una presión social dirigida desde los sindicatos y una tensión política por el vacío de poder generado por la muerte de Juan Domingo Perón.

A su vez, esto se combinaba con un contexto internacional signado por los primeros virajes hacia el neoliberalismo para sobrepasar la crisis del Estado de Bienestar de inicios de la década 1970. La apertura de las economías virando hacia el libre mercado, en contraposición a un estado intervencionista, a la par del crecimiento del capitalismo especulativo, marcarían el final de la década y las subsiguientes. Harvey (2005) sostiene que la dictadura argentina y la chilena supusieron modelos de “prueba” para los países centrales mediante las presiones de los fondos monetarios que impulsaron el camino hacia políticas económicas ortodoxas.

La dictadura militar en Argentina no solo llevó adelante la ejecución de un plan económico enfocado a la apertura de mercado, sino que también desarrolló un modelo profundamente represivo, lo que conocemos como Terrorismo de Estado. El mecanismo no solo atacó a las organizaciones armadas; tuvo un gran foco en el disciplinamiento de la clase obrera y del movimiento sindical. El artículo 1 del Decreto 21.621 dispuesto por la Junta Militar el día siguiente al golpe de Estado se orienta en dicho sentido: “Suspéndase transitoriamente en todo el territorio nacional, el derecho a huelga como así también el de otra medida de fuerza, paro, interrupción o disminución del trabajo.”[3]

Realizada la descripción de nuestra región de estudio y un estado político previo, procedemos a exponer nuestros criterios teóricos y metodológicos utilizados en el trabajo. Previamente desarrollamos un breve estado de la cuestión de los trabajos historiográficos del período centrados en la clase obrera y la conflictividad social.

Carminatti (2017) señala que existen tres momentos historiográficos referidos a los trabajos sobre la dictadura desde una perspectiva obrera. El primero se extendió desde los albores del nuevo período democrático hasta finales de la década de 1980, donde autores como Falcón (1982), Delich (1983), Bieber (1983) y Pozzi (1988) –entre otros- debatieron sobre la resistencia o inmovilización de los trabajadores durante el régimen militar, concluyendo desde diversas posturas sobre la derrota o no de la clase obrera. El segundo momento identificado se ubica en la década de 1990 hasta inicios de los 2000, donde no existe una producción profundizada sobre el período.

El tercer momento, con el cual se referencia este trabajo, inicia en los primeros años de la década de los 2000 y toma una perspectiva regionalizada, desarrollando trabajos que se centran en la resistencia obrera en distintas ciudades del país. En esta línea se inscriben los trabajos de Carminatti (2017), Dicósimo (2016), Gresores (2001) –entre otros-; que realizan una línea de trabajo que busca hacer visibles las experiencias, las modalidades de la resistencia y como fue llevada adelante, el rol de los militantes y de los dirigentes sindicales; para lo cual se retoman entrevistas orales, trabajo con fuentes de archivo y relevamientos periodísticos.

En el caso de nuestra región no hay registro de un trabajo desde la perspectiva desarrollada aquí, lo cual supone esta investigación un avance en este camino para llenar esa vacancia. El trabajo realizado por Binder (2021) se extiende desde finales de la década de 1960 hasta 1972 y el que realizamos en conjunto con Pérez Álvarez (2020) ocupa desde 1983 hasta 2011.

Nuestra investigación retoma a Nieto (2021) para definir la conflictividad social, entendiéndola como las acciones colectivas dirigidas contra alguna expresión del estado de cosas existente, que abarcan acciones distantes entre sí, desde una declaración hasta una toma de fábrica o una huelga. Los sujetos que la protagonizan pueden ser diversos, incluyendo a las personificaciones de relación de dominación y explotación.

Siguiendo el modelo del PIMSA (Programa de Investigación sobre el Movimiento de la Sociedad Argentina) y lo definido por Cotarelo (2009, p. 3), tomamos como observable al hecho, siendo este “todo hecho colectivo de protesta o de lucha, llevado adelante por personificaciones de categorías económicas, sociales o políticas, dirigido contra alguna expresión del estado de cosas existente”. En esta investigación se decidió sumar a los comunicados como un elemento cuantificable, lo que nos permite sondear conflictos latentes (Laitano, 2022). En el marco del período que abarcamos, esta decisión es pertinente, aunque no sea incluida en otros trabajos con la misma visión, debido a las características represivas sobre la clase obrera, lo que nos permitirá acercarnos a hechos que no explicitan un conflicto abierto.

La ponderación cuantitativa y cualitativa de los hechos nos permitió construir una escala donde se diferencian las formas más inconscientes y espontáneas (una movilización) hasta aquellas más sistemáticas (una insurrección revolucionaria), pudiendo observar el movimiento ascendente y descendente de la conflictividad, construyendo así ciclos y fases hacia dentro del período (Iñigo Carrera, 2008). Aquí los ciclos se utilizan de manera análogo al del ciclo económico: en un período más o menos largo, el movimiento de la rebelión pasa por fases de auge o florecimiento (expansión) y otras de crisis (contracción y estancamiento) (Iñigo Carrera, 2008, p. 91).

Como se ha mencionado, el trabajo utiliza como fuente principal el Diario Jornada, completando los días faltantes[4] con el Diario el Chubut. A partir de un relevamiento diario del período se conforma la base de datos que nos permitirá trabajar los análisis cuantitativos y cualitativos. Cada año supone un gran volumen de trabajo, tanto en el relevamiento como en el posterior procesamiento de lo relevado.

En el relevamiento se prestó atención principalmente al registro de aquellas noticias regionales que supusieran un hecho de conflicto, el cual se conforma como la principal unidad de análisis. También se tomó registro de noticias, suplementos especiales y editoriales del Diario que retomaran aspectos de la estructura económica y el desarrollo, que mencionaran a la clase obrera o tuvieran alguna relación con la unidad de análisis.

El registro luego era ordenado de forma secuencial y trasladado a los cuadros que se desarrollan más abajo en el trabajo, existiendo diferentes versiones del mismo que permitan identificar las distintas variables cuantitativas de análisis: sujeto que realiza la acción, organización convocante y forma o instrumento utilizado. El primero hace referencia a quienes realizan el hecho –asalariado, estudiante, vecinos, entre otros-, el segundo a qué tipo de organización tienen –puede ser sindical, de partidos políticos, estudiantil, entre otros- y, por último, que tipo de acción llevaron adelante dentro de la diferenciación que se hace de las mismas –huelga, movilización, comunicado, entre otros-. Una vez realizados los cuadros sustentados en los elementos cuantitativos, se realiza el análisis cualitativo a partir del análisis del registro relevado.

Nieto y Laitano (2022) señalan que la prensa es la que permite con mayor facilidad construir el problema del conflicto a partir del registro estandarizado que realiza, mientras que Río (2008) señala que su utilización como fuente realza su valor documental, un elemento recurrente en el campo historiográfico de los últimos años.

La utilización de una mirada regional nos permite continuar con el conocimiento sobre la dictadura y sus mecanismos, abriendo nuevas aristas en un período histórico que cuenta ya con un vasto avance bibliográfico. En este sentido recuperamos a Marx (1997) quien explica que lo particular es una manifestación específica de lo general, a la vez que este último es constituido a partir de las múltiples particularidades. Gramsci (1997) va a sostener que el análisis de las relaciones de fuerza se complejiza en cada región, ya que en cada una se combinan estructuras y relaciones de fuerza diferentes en todos los grados. Se sostiene así que la relación que surge de lo regional y lo nacional no puede enfocarse como una contradicción excluyente, por lo tanto, lo regional es el ámbito donde las relaciones de fuerza generales se combinan con las locales y a su vez inciden en lo general, así lo “regional” no es una mera situación local de lo nacional, sino que viven en constante diálogo en sus dinámicas.

Para finalizar el apartado introductorio, presentamos el formato del trabajo. En un primer apartado realizamos un desarrollo y análisis del período tomando como referencia los cuadros cuantitativos, retomando los hechos de conflicto y su análisis cualitativo. En el segundo apartado se profundiza en la construcción de los hitos y los ciclos del período, continuando lo expuesto en el primer apartado. Por último, se finaliza con las conclusiones de la investigación y sus posibilidades a futuro.

 

Análisis del período en relación a los hechos de conflicto

 

En este apartado presentamos los cuadros cuantitativos del período a partir de los datos surgidos del relevamiento como hemos explicado en la introducción. En primera instancia veremos que sujetos protagonizaron los conflictos, luego quienes lo organizaron y por último que tipo de acciones llevaron adelante. Esto nos permitirá empezar a realizar el análisis cualitativo y funcionar como disparador para el segundo apartado.

Observemos en primera instancia a los sujetos de la conflictividad durante el período:

 

Cuadro 1: Hechos de rebelión entre 1976 y 1982 en el noreste de Chubut según sujeto[5] que lo protagoniza

 

Año

Asalariados

Asalariad.+otros

Estudiantes

Peque-ña burg.

Vecinos y pob.

Militantes, dirig.

Otros

Total

h/24 de marzo 1976

5

-

-

2

-

1

-

8

d/24 de marzo 1976

2

-

-

-

1

-

-

3

1977

-

-

1

-

1

-

-

2

1978

2

-

-

-

1

-

-

3

1979

4

-

-

5

3

-

-

12

1980

8

-

2

1

1

1

1

14

1981

17

-

2

1

1

1

-

22

1982

30

8

3

-

2

10

1

54

Total

68

8

8

9

10

13

2

118

%

57,62

6,77

6,77

7,62

8,47

11,01

1,69

 

 

Fuente: elaboración propia en base al registro de Diario Jornada.

 

Lo primero que debemos mencionar es la división metodológica que realizamos en el año 1976 a partir del golpe de Estado llevado adelante por las Fuerzas Armadas el 24 de marzo de aquel año, que es central para entender la dinámica del período.

Los datos demuestran que a lo largo del período son los asalariados quienes llevan adelante un mayor nivel de conflictos, pese a la caída que se marca durante los años más fuertes de la represión de la dictadura (76-79), con un repunte significativo hacia 1980 y su consolidación en los años siguientes. La mayor cantidad de estos conflictos están protagonizado por trabajadores textiles y metalúrgicos de la región, dando cuenta de una organización de los mismos pese a los avances de la dictadura sobre el movimiento obrero (Águila, 2023) y que responden a la crisis que se suscita en el sector a partir de inicios de la década de 1980.

Dentro de estos conflictos encontramos la huelga de los pescadores de la ciudad de Rawson hacia fines de 1979, que será el primer hecho de este tipo durante el período de la dictadura militar; la movilización de los trabajadores de Pesquera Ventura en la ciudad de Puerto Madryn ante el cierre transitorio de la empresa durante 30 días en febrero de 1981; la movilización de trabajadores de la fábrica textil Nylotex de la ciudad de Trelew debido a la suspensión de 30 operarios de la firma en el mes de marzo de 1981; la huelga de los trabajadores de ALUAR durante el mes de abril del mismo año, en reclamo por mejoras salariales y otros ítems.

Esta última huelga tiene una connotación significativa dentro del período al ser el primer hecho de conflicto que encontramos relacionado con la fábrica productora de aluminio. En la introducción fue mencionada la situación favorable que atravesaba la firma durante el período, pero el conflicto –y otros posteriores a los cuales adhirieron los trabajadores- significa la existencia de una resistencia obrera en la fábrica que se extendería en los años posteriores (Pérez Álvarez, 2022).

En el transcurso de 1981 también se realizan los primeros paros de centrales sindicales nacionales con acatamiento en la región durante el período: la huelga de Smata el 17 de junio, con un acatamiento del 80% de los trabajadores en la ciudad de Trelew, y la huelga de la CGT el 22 de julio, donde hubo una adhesión del 40% por parte de los trabajadores de ALUAR.

El crecimiento cuantitativo y cualitativo de los conflictos de asalariados continuaría en 1982, con una huelga de 50 trabajadores de la Industrial Pesquera del Sur en Trelew a inicios de enero ante la falta de pago de haberes; la huelga de los trabajadores de la fábrica Incemol del Parque Industrial de Trelew por falta de pago de haberes en febrero.

El 22 de agosto la CGT llevó adelante una movilización con el lema “paz, pan y trabajo”; movilización de trabajadores jubilados por un aumento en sus haberes en el mismo mes; la adhesión a la huelga de la CGT a nivel nacional a inicios de diciembre; huelga de la UOM y de trabajadores judiciales de la provincia durante el mismo mes.

Mencionamos en este apartado aquellos hechos de conflictos abiertos que existieron por parte de asalariados en el período, dejando de lado los comunicados específicos del sector en la mención. Los asalariados componen, entonces, más del 50% total de los conflictos durante el período completo, número que sube hasta más del 64% si incorporamos al conteo a la categoría asalariados + otros.

La diferencia es significativa con el siguiente sujeto que protagoniza la mayor cantidad de conflictos del período, que son los militantes y dirigentes de organizaciones o partidos políticos. Este sujeto no aparece con regularidad durante el período, sino que centra la mayoría de su actividad en el año 1982 enmarcados dentro de la “transición hacia la democracia” (Carminati, 2017) que se dio luego de la guerra de Malvinas.

Como hechos encontramos la realización en homenaje a Juan Domingo Perón el día de su nacimiento en 1980 y un comunicado de la Unión Cívica Radical en 1981 exigiendo por la normalización democrática, como hechos concretos previos a 1982. Debemos mencionar la constitución de la Multipartidaria provincial a fines de 1981, en consonancia con lo ocurrido a nivel nacional, conformada por dirigentes del radicalismo, el partido justicialista, el MID (Movimiento de Integración y Desarrollo) y el Partido Intransigente. Si bien este hecho no es considerado dentro del marco cuantitativo, si permite ser incluido dentro del análisis cualitativo para comprender la participación de los partidos políticos durante los conflictos de 1982.

Conforman como tal solo dos hechos particulares en aquel año: una nota a finales de marzo solicitando el levantamiento definitivo de la veda política en el ámbito provincial, dirigida al gobernador interventor; y un acto realizado el día 17 de agosto en la sede del Partido Justicialista. El resto de los hechos encontrados corresponden a asambleas o comunicados realizados por la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista. Finalmente, la multipartidaria tuvo una participación activa en el conflicto regional de octubre, que será mencionado luego.

Hay tres sujetos que encontramos con frecuencia dentro del período, aunque el número concreto de conflictos protagonizado por cada uno es relativamente bajo en comparación a los asalariados. Los estudiantes, la pequeña-burguesía y los vecinos agrupan en conjunto más del 20% de los conflictos totales. Los primeros tienen una centralidad mayor en los últimos años del período representados por los universitarios en el marco del traspaso del Instituto Universitario de Trelew (IUT) al ámbito de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), que acarreó distintas tensiones acerca de la continuidad de las carreras dictadas, los planes de estudio y, en el momento más álgido de las tensiones, la continuidad de las carreras dictadas en la sede Trelew. Los estudiantes no realizaran conflictos abiertos de movilizaciones, solo la emisión de comunicados y notas, hasta su participación activa, y de forma clave, durante el conflicto regional de 1982.

La pequeña-burguesía tiene su pico de conflictos durante el año 1979 cuando se inició la crisis económica que afectaría a la Provincia. Destaca para esta categoría la realización de comunicados por parte de productores ovinos, comerciantes y la Federación Rural; a lo que se le suma la huelga de los productores tamberos.

Los vecinos por su parte agrupan una cantidad de conflictos repartida en todos los años del período centrados en reclamos de tipo infraestructurales y edilicios que se generaban a partir del proceso de urbanización que afectó a todas las ciudades de la región (Hermosilla Rivera [et.al], 2016).

Ahora veamos los números según la organización convocante.

 

Cuadro 2: Hechos entre 1976 y 1982 en el noreste de Chubut según organización[6] convocante.

 

 

Sindi

Cal

Multisect.

Estu

diantil

Partidos y organiz.

Otros

Total

h/24 de marzo 1976

6

-

-

-

2

8

d/24 de marzo 1976

1

-

-

-

2

3

1977

-

-

1

-

1

2

1978

1

-

-

-

2

3

1979

-

-

-

-

12

12

1980

6

-

2

1

5

14

1981

12

-

2

1

7

22

1982

27

7

3

10

7

54

Total

53

7

8

12

38

118

%

44,91

5,93

6,77

10,16

32,02

 

 

Fuente: elaboración propia en base al registro de Diario Jornada.

 

El Cuadro 2 remarca dos datos principales: en primer lugar, la centralidad de la organización sindical, principalmente durante los años 1981-1982 donde se observa una recuperación luego de la caída de los años anteriores, principalmente durante el período post 24 de marzo de 1976 hasta 1980, lo que da cuenta de la retracción en la actividad sindical que propició el golpe militar. Pese a centralizar su actividad en dos años, la organización sindical representó el 44% de los hechos, focalizando la importancia que tiene dicho sector en la región.

La segunda organización convocante es la que denominamos como “otros”, donde se agrupan todos los hechos que no corresponden a ninguna de las otras categorías. En este caso, agrupa a los conflictos señalados en el cuadro anterior correspondientes a vecinos y pequeña burguesía, aunque debemos señalar un elemento específico que denota el cuadro para el período.

La totalidad de los conflictos de 1979 es considerada dentro de esta categoría debido a que aquellos que fueron protagonizados por los asalariados, como muestra el Cuadro 1, se dieron por fuera de las estructuras sindicales y fue llevado adelante de forma independiente por estos trabajadores. Esto permite realizar una lectura entrecruzada entre los datos de este año y los de 1980, donde se observa ya la recuperación del movimiento sindical como hemos mencionado. Lo encontrado en el relevamiento demuestra que las mismas todavía no se habían re-organizado en la región o que no habían abandonado su postura más cercana al gobierno interventor de la provincia y por ende a las Fuerzas Armadas.

El repunte del movimiento sindical en 1980 y la caída de los “otros” como organización convocante se corresponde a la crisis económica que afectó principalmente al Parque Industrial de Trelew, que agrupaba a la mayor cantidad de industrias durante el período. La crisis del sector fue denunciada en repetidas ocasiones en el Diario, tanto por editoriales del mismo como por la Unión Industrial Patagónica,[7] como por ejemplo declaraba esta última a inicios de 1980: “la situación de las industrias radicadas en el Chubut es grave y se encuentra próxima a su punto de crisis pues se está trabajando en promedio con el 50 por ciento de su capacidad instalada.”[8]

Se suscitarían a partir de aquel año el cierre de fábricas —Future, INTECO, Nylotex, Huamac— y la suspensión de operarios —como vimos anteriormente—. A mediados de 1981 Juan Moravek, presidente de la UIP, expuso que en la región existió una caída del 40% de la mano de obra ocupada comparando a los datos de 1976; a inicios de período se empleaban entre 5.000 y 6.000 trabajadores, número que cayó a 2.000 para mediados de aquel año.

Destaca también la aparición de la categoría multisectorial solamente para el año 1982, en el cual se llevó adelante un conflicto que involucró a todos los sectores de la región e incluyó movilizaciones en Trelew, Puerto Madryn y Rawson. Este hecho cobra principal significado en nuestro relevamiento, ya que en su punto más álgido incluyó una movilización de 4.000 personas en el mes de octubre de aquel año.

El conflicto se inició a fines de octubre, concretamente el día 25 con una asamblea de los estudiantes de Ingeniera Civil de la sede de Trelew de la UNPSJB ante el anuncio del rector de la eliminación de las carreras completas en la sede para todas las facultades. El día siguiente realizaron otra asamblea y consiguieron el apoyo de la Multipartidaria de Chubut, que acompañaban el reclamo. Al mismo tiempo que los estudiantes realizaban su asamblea, la UIP declaraba que la ley 19.640 que promovía la radicación industrial en Tierra del Fuego estaba perjudicando a la industria regional; esta declaración fue acompañada el día siguiente por la Coordinadora Gremial del Valle,[9] quienes también apoyaban a los estudiantes universitarios en su reclamo.

El día 27 se realizó una asamblea multisectorial en Trelew que contó con la presencia de estudiantes y profesores universitarios, empresarios, dirigentes gremiales y políticos, en la cual se conformó una comisión multisectorial para llevar adelante un plan de acción en defensa de los derechos de la zona. La CGT Regional Trelew también acompaño el reclamo de ambos sectores con un comunicado, lo cual también realizaron la Democracia Cristina, el Partido Socialista Popular, la Cámara de Construcción y la Agrupación Textil Nacional (Lista Verde).

La realización de una asamblea multisectorial, con una masiva presencia, el día 1 de noviembre decretó la realización de un paro total de actividades con movilización para el día 3 de aquel mes. La consigna de la movilización apuntaba al repudio a las medidas que atentaban contra los intereses económicos y culturales de la región.

El paro total fue llevado adelante con total acatamiento por parte de trabajadores, comerciantes y empresarios, congregando a 4.000 personas en la plaza independencia de la ciudad de Trelew, donde fue realizado un acto con posterior movilización a la ciudad de Rawson donde fue entregado un documento elaborado por la multisectorial a las autoridades interventoras de la provincia. Una movilización del mismo tenor se llevó adelante en Puerto Madryn con el mismo reclamo, agrupando a 1.000 personas. Al reclamo presentado en Trelew se le sumó la protesta de trabajadores portuarios ante la derogación de la resolución 287/72 de reembolso portuario para las exportaciones de puertos patagónicos.

Como observamos en el relato el conflicto multisectorial agrupó el reclamo de diversos sectores: trabajadores, empresarios y estudiantes, congregando a un numeroso grupo de personas en defensa de los intereses regionales. Esto fue sintetizado por el Diario Jornada en los títulos de los días de la movilización: “El Valle se moviliza”[10] y “Rotunda repuesta popular.”[11] Se constituye, además, como el conflicto de mayor envergadura del período, en un momento de crecimiento dentro de los ciclos que veremos luego.

Veamos ahora de qué forma fueron realizados los conflictos.

 

Cuadro 3: Hechos entre 1976 y 1982 en noreste de Chubut según forma o instrumento[12] utilizado

 

Año/

forma

Manifestación

Huelga

Comunicado

Lock-out

Otros

Total

h/24 de marzo 1976

1

4

1

2

-

8

d/24 de marzo 1976

1

-

1

-

1

3

1977

-

-

2

-

-

2

1978

1

-

1

-

1

3

1979

-

3

7

2

-

12

1980

1

-

12

-

1

14

1981

6

5

10

-

1

22

1982

21

11

19

-

3

54

Total

31

23

53

4

7

118

%

26,27

19,49

44,91

3,38

5,93

 

 

Fuente: elaboración propia en base al registro de Diario Jornada.

 

La inclusión de los comunicados como un elemento cuantitativo (Laitano, 2022) nos permite observar cómo se convierte en una de las principales formas de conflicto durante el período, principalmente durante los años donde el aparato represivo fue más contundente. Esto no significó una disminución en su utilización en los años siguientes, incluyendo su pico en términos cuantitativos en 1982, donde se combinaría con otras formas en las cuales los conflictos eran realizados. Componen la forma más utilizada a lo largo del período estudiado.

La utilización de los comunicados como forma de lucha se condice con la caída cuantitativa de las formas clásicas de conflicto de la clase obrera como lo son las manifestaciones y las huelgas, como una forma de mantener reclamos de forma latente. Sin embargo, debemos aclarar que no corresponde la utilización de comunicados solamente a la clase obrera, sino que se utiliza de forma transversal por todos los sujetos durante el período.

Los comunicados –o notas, que fueron incluidas dentro de esta categoría- eran enviados a la redacción del Diario Jornada, además de ser presentadas a las autoridades intervinientes; y fueron utilizados por diversos actores: docentes, vecinos, comerciantes, sindicatos (UOM, SETIA, SMATA, UOCRA), trabajadores, CGT, partidos políticos, multipartidaria, comisión multisectorial, entre otros.

Esto nos permite observar como la conflictividad atravesaba a la sociedad toda, afectando a todos los sectores, que utilizaban diferentes formas de llevar adelante sus reclamos. Ante una situación represiva extendida, como ocurrió hasta 1979, la realización de comunicados o notas significaba una forma de, a partir de su publicación en los periódicos, mantener activo el reclamo.

La dictadura provocó una caída marcada de la conflictividad a partir del 24 de marzo de 1976, modificando las dinámicas que encontramos en los primeros 3 meses de aquel año, iniciando un período de recesión en la cantidad de conflictos que se extendería hasta 1978. En 1979 encontramos ya los primeros números de recuperación de la conflictividad, aunque con una dinámica cualitativa particular: la utilización de comunicados como forma principal de llevar adelante los conflictos; por otra parte, la huelga de trabajadores pesqueros de finales de 1979 da cuenta de la re-aparición de formas clásicas de lucha.

El crecimiento definitivo se daría a partir de 1981 el cual no se dará únicamente en forma cuantitativa – de 14 conflictos en 1979 a 22 en 1980- sino también en lo cualitativo con la realización de huelgas y manifestaciones. Esto es la recuperación de la clase obrera del espacio público como un lugar de confrontación (Carminati, 2017). La tendencia se terminaría de confirmar en 1982, con un crecimiento elevado de los conflictos, y la continuidad de la misma tendencia de 1981.

 

Ciclos de la conflictividad

 

Periodizar la dinámica conflictual implica expresar la concepción sobre las causas del movimiento de la sociedad y la manera de delimitar sus puntos de quiebre e identificar hitos hacia dentro del período. El periodo relevado está marcado por el desarrollo de la última dictadura militar, en el cual comenzaron a gestarse profundas transformaciones de la estructura económico-social del país, mediante las cuales se gestan las bases para para la realización de la hegemonía de la oligarquía financiera (Cotarelo, 2016).

Dividimos al período en 4 ciclos, con un primer ciclo que abarca los últimos meses del gobierno peronista. El resto de los ciclos están marcados por el devenir de la dictadura militar.

Identificamos así 3 hitos que modificarán la dinámica general de la conflictividad: el primero será el golpe de Estado de las Fuerzas Armadas, que marcará el ciclo hasta 1978. El segundo será la crisis económica del sector industrial textil, y en menor medida del manufacturero, que afectará al Parque Industrial de Trelew, principalmente durante el año 1980, aunque el relevamiento marca que la situación tuvo un período de acumulación durante el año anterior. Por último, el tercer hito es la finalización de la guerra de Malvinas que abre un nuevo ciclo que concentramos en el año 1982. En este último año encontramos la concentración de los conflictos que se habían ido acumulando del ciclo anterior y del período de “transición hacia la democracia” iniciado en junio de este año.

Los conflictos en este período que se extiende desde mediados de junio hasta finales de año siguen la misma línea de los conflictos de 1980 y 1981: reclamos salariales, a lo que se le suma la organización de distintos sectores (jubilados, amas de casa) y el conflicto multisectorial que se desarrolló anteriormente. Algunos conflictos fueron mencionados anteriormente también, como las huelgas de la CGT, la huelga de la UOM; a lo que podemos sumar las asambleas de trabajadores de salud y judiciales.

Observemos ahora las variables analizadas anteriormente –sujetos, organización y formas del conflicto- pero distribuidas en ciclos para observar las variables del período.

 

Cuadro 4: Hechos entre 1976 a 1982 en noreste de Chubut por sujeto que lo protagoniza según periodización

 

 

Asalariados

Asalariados +otros

Estudiantes

Peq. burguesía

Vecinos y pobl.

Militantes, dirig.

Otros

Total

h/24 M 1976

5

-

-

2

-

1

-

8

%

57,1

-

-

28,5

-

14,2

-

100

d/24 M 1976- 1978

3

-

1

-

4

-

-

8

%

37,5

-

12,5

-

50

-

-

100

1979 - 1981

29

-

4

7

5

2

1

48

%

60,41

-

8,33

14,5

10,41

4,16

2,08

100

1982

30

8

3

-

2

10

1

54

%

55,55

14,8

5,55

-

3,70

18,51

1,85

100

 

Fuente: elaboración propia en base al registro de Diario Jornada.

 

Se observa la drástica caída que supone el segundo ciclo, que alcanza la totalidad de 2 años y 8 meses- con respecto a los 3 meses que corresponden al primero, en los cuales observamos la misma cantidad de conflictos. La caída de la participación de los asalariados, que se sitúa en un 20%, tiene el mismo índice de recuperación de cara al siguiente ciclo (79-81) y que mantienen su centralidad hacia el año 1982, protagonizando más de la mitad de los conflictos en ambos.

La escalada de la represión es el signo que marca el ciclo 76-78. En la región encontramos la existencia de un aparato de seguridad que llevaba adelante allanamientos de hogares, controles de identidad y de circulación constantes, razzias y también secuestros ilegales. En el relevamiento encontramos las denuncias de desaparición de los casos de Elvio Ángel Bel, Mario Abel Amaya e Hipólito Solari Yrigoyen, Recchia y Cegura, todos ellos durante este período.

La des-escalada del aparato represivo en conjunto a la crisis económica que provocó el cierre de empresas, el despido de obreros y las continuas suspensiones conllevó un incremento en la conflictividad del sector asalariado, como se vislumbra en los dos últimos ciclos.

Se observa la continuidad de la conflictividad por parte de los estudiantes, que componen una pequeña fracción en cada uno de los ciclos. La tensión del traspaso del IUT a la UNPSJB es la que atraviesa los últimos dos ciclos. En términos numéricos su actividad baja para el cuarto ciclo, pero como se ha desarrollado anteriormente, forman parte activa y clave en la realización del conflicto multisectorial que esta agrupado en la categoría de “asalariados + otros”.

La otra categoría que tiene una continuidad significativa es la que corresponde a los hechos llevados adelante por vecinos y pobladores, que tienen una matriz principal en los reclamos infraestructurales, y que salvó una excepción de movilización en 1981, los mismos se canalizan a través de comunicados, notas y solicitadas en el Diario.

Observamos también la irregularidad de la conflictividad de la pequeña burguesía, que centra su actividad en 1979, que agrupa a reclamos de productores ovinos y tamberos. A partir de aquel momento ya no realizan hechos de conflicto. La última categoría es “otros”, que apenas contiene dos conflictos: ambos realizados, en diferentes períodos, que corresponden a denuncias de familiares de detenidos en la Unidad 6, uno en 1980 y otro en 1982, ambos por maltratos físicos y psicológicos.

 

Cuadro 5: Hechos entre 1976 y 1982 en noreste de Chubut según organización convocante, por periodización

 

 

Sindical

Multisec.

Empres.

Estud.

Partidos y organizac.

Otros

Total

h/24 M 1976

6

-

1

-

-

1

8

%

75,00

-

25,00

-

-

25,00

 

d/24 M 1976- 1978

2

-

-

1

-

5

8

%

25

-

-

12,5

-

62,5

 

1979 – 1981

18

-

-

4

2

24

48

%

37,5

-

-

8,33

4,16

50,00

 

1982

27

7

-

3

10

7

54

%

50,00

12,96

-

5,55

18,51

12,96

 

 

Fuente: elaboración propia en base al registro de Diario Jornada.

 

Como hemos señalado anteriormente, el cuadro muestra el cambio más exponencial que atraviesa al período como lo es la caída de la conflictividad sindical durante el período que abarca hasta 1978. La política del gobierno militar tuvo una fuerte orientación anti-gremial, considerándolos un foco de subversión, por lo que atacaron directamente a las centrales obreras allanando sus locales e interviniendo sus conducciones (Águila, 2023) como parte de su intento de disciplinar al movimiento obrero. El allanamiento de los centros obreros de la región y la detención de dirigentes el día 24 de marzo fue parte de dicha ofensiva, lo cual afectaría a la incidencia del aparato sindical en el período (Águila, 2023).

Pozzi (1988) explica que las dirigencias del interior fueron las más golpeadas tanto por la represión como por la situación económica, dificultando sus posibilidades de acción. La división en ciclos que hemos realizado y los hitos mencionados nos permiten visualizar como a partir de la crisis económica de 1979 se volvería a reorganizar la actividad gremial, aunque los conflictos de aquel año se darían por fuera de las organizaciones sindicales.

La burocracia sindical entró en un período de negociación y colaboración durante los primeros años de la junta militar (Pozzi, 1988), a la vez que buscaban la normalización de la actividad sindical. En nuestra región esta perspectiva encontraría un fuerte arraigo con gremios abocados a la construcción de barrios para sus afiliados en Trelew y Rawson en colaboración con la dictadura. Lo relevado demuestra que la actividad sindical se centró entonces en mantener un diálogo abierto con el gobierno interventor de la provincia. sosteniendo dos reuniones con el mismo durante agosto de 1976, en la primera participaron miembros del SOYEAP (Sindicato de Obreros y Empleados de la Administración Provincial), y en la segunda la conducción de la CGT Regional. Dentro de estas reuniones uno de los focos fue la construcción de barrios por parte de los sindicatos, que alcanza no solo a los que participaron en la reunión, sino a un amplio marco de sindicatos. Los mismos estuvieron a cargo de SOYEAP, UPCN, SETIA, SITRAVICH y SEC, con convocatorias hacia los afiliados en las secciones “gremiales” del Diario Jornada.

La re-organización del aparato a partir de 1980 a partir de la situación económica y una conflictividad creciente conllevó a la centralidad nuevamente del sector en el último ciclo, que supone a su vez el de mayor cantidad de conflictos del período, dando cuenta de que no hubo una derrota del aparato como lo buscaban las fuerzas armadas. El pico de 1982 se explica a raíz de la normalización sindical que se inicia en junio de aquel año (Sangrilli, 2010), en el que se termina de condensar la re-organización de las organizaciones sindicales.

Esto a su vez trajo la caída de la categoría “otros” como organización convocante, que como hemos visto en el Cuadro N° 2 acapara una centralidad total en el año 1979, y decae sistemáticamente en el último ciclo. Estos conflictos corresponden a un comunicado de docentes de escuelas primarias de Trelew por el atraso en el pago de salarios, los conflictos correspondientes a la pequeña-burguesía, solicitadas y comunicados de vecinos de Puerto Madryn por reclamos infraestructurales, y la huelga de trabajadores pesqueros de Puerto Rawson que se realiza sin apoyo sindical.

La participación de esta categoría de manera sistemática durante todos los ciclos debe ser igualmente señalada, dando la existencia de una conflictividad que se produce en los márgenes de formas más “clásicas” de organización, como lo es el ámbito sindical, o que responden a otros reclamos específicos de la clase obrera, como lo son los hechos realizados por vecinos en diferentes ocasiones.

Como se ha ido demostrando en la sección anterior, los estudiantes participan de forma continua en la mayoría de los años del período, con participación activa en los ciclos de mayor conflictividad. Corresponden a reclamos propios del sector que encuentran un hilo de unión con los reclamos de los otros sectores durante el conflicto multisectorial de 1982.

 

Cuadro 6: Hechos entre 1976 y 1982 en el noreste de Chubut según forma utilizada, por periodización

 

 

Manifestac.

Huelgas

Comunicado

Lock-out

Otros

Total

h/24 M 1976

1

4

1

2

-

8

%

12,5

50%

12,5

25

-

100

d/24 M 1976- 1978

2

-

4

-

2

8

%

25

-

50

-

25

100

1979 – 1981

7

8

29

2

2

48

%

14,58

16,66

60,41

4,16

4,16

100

1982

21

11

19

-

3

54

%

38,88

20,37

35,18

-

5,55

100

 

Fuente: elaboración propia en base al registro de Diario Jornada.

 

Como se ha señalado en el análisis del Cuadro N° 3 la dictadura militar y su accionar represivo generó profundas modificaciones en las formas mediante la cual era llevado adelante el conflicto. La división en ciclos nos permite observar principalmente tres elementos.

El primero es la variación cuantitativa de las manifestaciones, que recién se recuperan de manera significativa en el último ciclo, concentrando casi la totalidad de las mismas en el año 1982. Este último año contiene el evento cualitativo más sustancial que hemos encontrado en el relevamiento como lo son las manifestaciones relacionadas al conflicto multisectorial de 1982, el cual condensó los reclamos regionales del período con otras demandas: “se va a acabar, la dictadura militar.”[13]

El segundo elemento a destacar son las huelgas. La falta de conflictos de este tipo en el segundo ciclo corresponde al momento de mayor actividad del aparato represivo, que en la región tendrá como hechos significativos las desapariciones forzadas de Mario Abel Amaya, Hipólito Solari Yrigoyen, Elvio Ángel Bel, Sergio Maida, Liliana Toiberman, Emiliano Cugura, Alberto Recchia; además de constantes operativos, allanamientos de hogares y razzias. Esto supuso que la conflictividad obrera se centrará en los lugares de trabajo mediante acciones de diferente índole (Pozzi, 1988). Este mecanismo de conflictividad no aparece en nuestro relevamiento, pero no podemos descartar su existencia durante el período, pero para registrarlos deberían ampliarse las fuentes utilizadas, lo cual será posible en una futura investigación.

La recuperación de los últimos dos ciclos se relaciona a la crisis económica del Parque Industrial de Trelew, principalmente del sector industrial. En este marco los obreros decidieron volver a las acciones de fuerza más “clásicas” para hacer frente a las suspensiones, despidos y atrasos en el pago de sus salarios.

El tercero son los comunicados, que encontramos su mayor centralidad durante los dos ciclos que marcan el grueso del período de la dictadura militar. En un momento de resguardo de los cuerpos, que evitaban ser un blanco fácil para la represión (Pozzi, 1988), los comunicados se convirtieron en la forma de reclamo de distintos sectores que dejaban constancia de una conflictividad latente (Laitano, 2022). Un ejemplo lo encontramos en el inicio de la crisis económica del Parque Industrial de Trelew, cuando el 17 de abril de 1980 el SETIA (Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines) elevó una nota a la delegación local del Ministerio de Trabajo para alertar la falta de pago de haberes por parte de la empresa Textil Punilla S.A, solicitando la intervención del delegado regional para evitar el conflicto.

Su utilización disminuye para el último ciclo, donde se vuelven preponderantes las formas más clásicas (manifestaciones y huelgas), pero sigue siendo un elemento resonante en la manera en la que eran llevados adelante los conflictos. Mientras los obreros retomaban el espacio público (Carminati, 2017) seguían utilizando los comunicados como forma de realizar reclamos.

 

Conclusiones 

 

El análisis cuantitativo y cualitativo de la conflictividad en el período nos permite afirmar que en la región no se evidenció una “derrota” (Ghigliani, 2008) de la clase obrera como fuera el objetivo de la dictadura militar desde un inicio, al igual que lo han afirmado otros autores a nivel nacional y para otras regiones del país (Pozzi, 1988). La experiencia acumulada de la clase, que proviene al menos desde los conflictos de inicios de 1970 (Binder, 2021), se condensa en el proceso multisectorial de 1982 en Trelew y Puerto Madryn. Los niveles de conflictividad de las siguientes décadas (Pérez Álvarez y Suárez, 2022) dejan en evidencia que el período estudiado en este trabajo tiene momentos de retracción durante el primer ciclo, pero la fase ascendente posterior refleja la continuación de una tradición de lucha de larga data en nuestro país.

Hemos observado como la mayor cantidad de conflictos fue realizado por el sector asalariado, con centralidad en los años correspondientes a la década de 1980 y que se generan principalmente a partir de la crisis que atraviesa el Parque Industrial de Trelew, situación que se extendería hasta la década siguiente (Pérez Álvarez, 2020). La realización de la mayoría de los hechos de conflicto relevados por este sector no puede dejar de lado la existencia activa de otros, como los estudiantes, que encontramos a lo largo de los diferentes ciclos.

La condensación de los reclamos sectoriales en el conflicto multisectorial de octubre de 1982 nos permitió observar cómo lo estructurante fue la defensa de los intereses regionales, convocando a los distintos actores en una movilización con gran convocatoria. Esto nos permitió también trazar lazos de continuidad dentro de un ciclo histórico más amplio en la historiografía regional.

Esta primera aproximación al período nos permitió sacar conclusiones sobre la situación de la clase obrera y la sociedad en la región en un momento de modificaciones sustanciales sobre toda la estructura económico-social del país, que afectarían de igual manera a nuestra región. Los datos provienen de una fuente única que puede y debe ser problematizada, pero que nos permite realizar las primeras afirmaciones sobre un período que carecía de un estudio en nuestra historia regional.

A su vez, abre nuevas posibilidades de investigación hacia el futuro cercano con la ampliación de las fuentes utilizadas. Expandir la mirada para abarcar más desde la prensa, utilizando a la historia oral y documentos de las Fuerzas Armadas, permitirá ampliar el registro histórico del proceso, atendiendo a la experiencia de los trabajadores y dar cuenta de aquello que no aparece en el registro del Diario, principalmente la existencia o no de una resistencia hacia dentro de las fábricas durante el primer ciclo hasta 1979; o los efectos más profundos que tuvo la red represiva del régimen militar en la región, entre otras preguntas que nos podrá ir acercando la investigación en el camino.

 

Bibliografía

 

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Schvarzer, J. (1986). La política económica de Martínez de Hoz. Buenos Aires: Hyspamérica Ediciones.

 

 

Recibido: 14/09/2023

Evaluado: 04/10/2023

Versión Final: 02/12/2023

 



(*) Licenciado en Historia (Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco) Argentina. Email: demiansuarez67@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0009-0000-2063-4164.

[1] Proyectos inspirados en las teorías de la planificación indicativa, cuya elaboración estuvo a cargo de diversos economistas franceses. El teórico más conocido en Argentina fue François Perroux (1955).

[2] Diario Jornada, 25/07/1978, Trelew, Chubut.

[3] Diario Jornada, 25/03/1976, Trelew, Chubut.

[4] El relevamiento fue llevado a cabo, en su mayoría, en la Hemeroteca de la Biblioteca Popular Agustín Álvarez de la ciudad de Trelew. El archivo tiene como acervo principal el Diario Jornada, pero en días específicos ante la falta del periódico el mismo era reemplazado por la versión del Diario el Chubut.

[5] Asalariado: incluye jubilados, profesionales asalariados y familiares de trabajadores. - Asalariado y otros: asalariados más pequeña burguesía, estudiantes, patrones, propietarios, militantes, vecinos, usuarios, pobres, etc. - Estudiantil y comunidad educativa. - Pequeña burguesía: comerciantes, empresarios, productores agropecuarios, profesionales – Militantes y dirigentes de partidos políticos - Otros: familiares de víctimas, familiares de detenidos, madres de un barrio, hinchas de club de fútbol, pueblo.

[6] Sindical: incluye de jubilados y profesionales asalariados y todas las instancias de organización sindical, sea nacional, seccional, comisiones internas, delegados, etc. - Sindical y otros: sindical y partidos políticos, y grupos de DDHH, y organizaciones vecinales, de pequeños propietarios, estudiantiles, multisectoriales, de empresarios. - Estudiantil: incluye estudiantes y comunidad educativa y estudiantes y grupos políticos. – Partidos Políticos y Organizaciones: incluye a partidos políticos, movimientos políticos - Otros: espontánea, vecinal, autoconvocada, de DDHH, de pequeños propietarios, etc.

[7] Durante los primeros años de la dictadura militar la UIP mantuvo una posición cercana a la misma, cambiando de postura a partir de la crisis económica. Para ver más sobre las posiciones de la UIP desde sus inicios ver Pérez Álvarez (2017).

[8]  Diario Jornada, 24/01/1980, Trelew, Chubut.

[9] Agrupamiento sindical que se oponía a la CGT Regional Trelew.

[10] Diario Jornada, 03/11/1982, Trelew, Chubut.

[11] Diario Jornada, 04/11/1982, Trelew, Chubut.

[12] Manifestación: incluye marcha, concentraciones, asambleas públicas, caravanas de vehículos – Huelga – Comunicado – Lockout - Otros:  Reclamos, misa de conmemoración, etc.

[13] Diario Jornada, 03/11/1982, Trelew, Chubut.