Aprendiendo el oficio. Aportes y contribuciones a la historia regional desde la formación docente

 

 

Victorio Zuliani(*)

 

 

Resumen

 

Desde hace 35 años, la Sección Historia del Instituto Superior de Profesorado Nº3 “Eduardo Lafferriere” ha mantenido una compacta trayectoria en cuanto a la elaboración de producciones historiográficas en el plano regional y local. La materialización de esta implicación ha sido el establecimiento de la revista Historia Regional, espacio de difusión y transmisión de conocimientos historiográficos que ha experimentado diferentes trasformaciones hasta arribar a la publicación actual. Aprendiendo el oficio es el apartado dentro de la revista que desde hace más de una década ha recolectado las producciones de los estudiantes de la formación docente en Historia, reivindicando el principio y motivo que dio origen a esta tarea de divulgación científica. Considerando a este apartado una gran innovación por parte de la Sección Historia, este trabajo tiene como objetivo principal aportar una comprensión general de los artículos que lo componen, enfocando nuestra atención en los temas y problemas, las fuentes y las metodologías, las perspectivas de análisis; pero a su vez, pretende aportar algunas consideraciones y reflexiones en torno a la labor que la Sección ha desarrollado durante décadas en lo que respecta a la producción de conocimientos y a la relación que se establece entre la formación docente y la investigación histórica desde la perspectiva regional.

 

Palabras clave: Aprendiendo el oficio; Investigación histórica; Historia Regional; Formación docente.

 

 

Abstract

 

Learning the trade. Contributions to regional history from teacher training

Thirty-five years ago, the group "History Section" from Instituto Superior de Profesorado Nº3 "Eduardo Lafferriere" has maintained a focused path in the development of historiographical productions at regional and local levels. As a result, the congregation of this movement gave birth to the journal Historia Regional, a dissemination and transmission space of historiographical knowledge. Since then, it has experienced different transformations until arriving at its current form. "Learning the trade" is a section within the journal that has been in charge of collecting the essays of students training in History instruction for more than a decade. Considering by the "History Section" as a great innovation, the main objective of this paper is to provide a general understanding of the articles that it encloses, focusing our attention on themes and problems, sources and methodologies, and perspectives of analysis. However, it also pretends to provide some considerations and reflections on the Section's work in recent decades regarding the production of knowledge and the relationship established between teacher training and historical research from a regional perspective.

Keywords: Learning the trade; Historical research; Historia Regional; Teacher training.

 

Aprendiendo el oficio. Aportes y contribuciones a la historia regional desde la formación docente[1]

 

Introducción[2]

En el año en que se cumple el trigésimo quinto aniversario del nacimiento de la revista Historia Regional, se antoja interesante pensar en las trayectorias y recorridos de todos aquellos que han contribuido para el establecimiento y mantenimiento de esta causa. Este trabajo pretende poner la mirada en las distintas investigaciones que se encuentran recopiladas en la sección Aprendiendo el oficio, segmento publicado en la revista de manera ininterrumpida desde el año 2011, entendiéndolo como una parte de la amplia política de creación y difusión de conocimientos que la Sección de Historia del Instituto Superior de Profesorado Nº 3 “Eduardo Lafferriere” de Villa Constitución (Argentina) ha desarrollado durante el período que estamos celebrando. En esencia, los intereses que persigue este análisis están direccionados hacia una comprensión integral del apartado, es decir, las motivaciones de su aparición, los espacios académicos en los que se constituye, la relevancia de las producciones, así como las temáticas, problemáticas, perspectivas de análisis y propuestas metodológicas de las mismas. La motivación principal para el desarrollo de esta producción ha sido el interés por entender los senderos que han guiado a las investigaciones historiográficas de los alumnos provenientes de la formación docente. Esta última condición no es menor, ya que si bien es cierto que la revista ha crecido y ha ampliado sus límites abriéndose a convertirse en un medio de publicaciones historiográficas tan diversas como complejas, los números iniciales estuvieron compuestos por investigaciones históricas desde la perspectiva regional realizadas por estudiantes de la carrera de Historia. Por ello, como requisito excluyente para publicar en esta sección, se ha determinado que solo podían aparecer artículos elaborados por alumnos (y/o graduados recientes)[3] de la carrera del Profesorado en Historia, tanto del Instituto Superior de Profesorado Nº3 como de otras instituciones de formación docente de localidades de la región.

Entendiendo que la aparición de esta sección supone una importante iniciativa por parte de la carrera de Historia y, por ende, de la revista Historia Regional, en su labor por fomentar e impulsar la participación de los estudiantes en la elaboración de conocimientos en el ámbito de la historia, el análisis que aquí se pretende elaborar no busca únicamente advertir y resaltar la trayectoria y naturaleza de este apartado específico de producciones, sino que intenta ser una suerte reconocimiento intelectual a todos los sujetos y a las producciones que han contribuido a la formación y sostenimiento de una labor académica tan compacta y comprometida. Consideramos que poner el acento en esta idea resulta interesante por diferentes razones. En primer lugar, como es lógico, porque es una cuestión que nos contiene a todos y cada uno de los individuos que alguna vez transitamos por la Sección Historia, se trate de alumnos, exalumnos, docentes específicos o que provengan de otras áreas, o cualquier sujeto que se vincule con la carrera y su órgano de divulgación. Por lo tanto, sin perder la rigurosidad que exige la escritura académica, muchas de las concepciones que se aportan en este documento han surgido de las reflexiones realizadas a partir de la experiencia personal de quien escribe y de las conclusiones obtenidas fruto de formar parte de las actividades que han realizado y siguen realizando la Sección y la revista.

Además, reafirmando la hipótesis sostenida de que la Sección Historia ha cumplido un rol fundamental para la producción y el desarrollo de la disciplina histórica a nivel regional, siendo institución central en la discusión y debate sobre algunas problemáticas históricas que habían sido poco frecuentadas, o cuyos puntos de análisis y abordaje han sido escasos o limitados, el estudio de producciones históricas elaboradas a partir del trabajo y de la investigación de alumnos que pertenecen o han pertenecido a la Sección, no solo es atractivo desde el punto de vista del interés y aprendizaje intelectual, sino que advierte sobre aquellos temas y problemas que se elaboran y discuten dentro de los espacios a los que con tanta frecuencia acudimos. Reconociendo que las formas de hacer historia en nuestros espacios de estudio han ido evolucionando con el paso de los años hasta hoy, tomando diferentes senderos que han colocado en un alto nivel de difusión y reconocimiento a la revista Historia Regional, dentro del conjunto de estudios y producciones más recientes generadas en la sección, observamos que los trabajos que componen el apartado Aprendiendo el oficio, son fieles herederos y representantes del modelo de trabajo de investigación que dio origen a la publicación de las primeras producciones realizadas por estudiantes y a la aparición de la revista, por lo que advertirlos y apreciarlos supone desde nuestra perspectiva una forma de evaluar las transformaciones generadas en el interior de la Sección.

Ahora bien, es necesario hacer ciertas aclaraciones para una mayor comprensión de este trabajo. Por una parte, no se pretende aquí realizar una descripción detallada y precisa de los aportes que cada uno de los estudios que son objeto de análisis ha realizado. Más bien lo que se busca es advertir y resaltar la importancia y naturaleza de estos aportes, los puntos en común que presentan, ya sean metodológicos o temáticos, el contexto en el que se producen, las formas a través de las que se ha arribado a ellos, y cómo dialogan con otras investigaciones similares dentro del marco de producciones de la región. Además, si bien es una evidencia que la perspectiva regional ocupa una parte importante en el campo historiográfico nacional y continental desde hace varias décadas, entendemos que los debates en cuanto a la definición del concepto de región, sus aplicaciones y metodologías, siguen a la orden del día (Bandieri, 2014). Las consideraciones de las que parte la presente investigación no son ajenas a estas discusiones, pero no es nuestro objetivo formar parte de las mismas, ya que parte de una posición de certeza y seguridad sobre la validez de los postulados de la investigación histórica en clave regional. Es más, reconoce la impronta que la revista Historia Regional ha mantenido en cuanto a este debate a partir de algunas publicaciones que se pronuncian al respecto, y también sobre los vínculos entre la perspectiva regional y la formación docente, lineamiento similar al análisis que en esta investigación se pretende (Sosa y Wexler, 2006; Marchioni, Raspi y Origüela, 2007; Areces, 2013; Coudannes y Jara, 2018). Fruto de esta preocupación, la Sección y la revista se han ocupado también de dar luz a libros e investigaciones de mucho valor teórico y metodológico sobre problemáticas históricas regionales. El hecho de que no sean objeto de análisis específico en el presente artículo no implica el desconocimiento de la riqueza de sus aportes.

Una vez mencionadas estas consideraciones, es necesario expresar la estructura que presentará este documento. En sintonía con lo expresado en las últimas líneas del párrafo anterior, el primer apartado busca exponer las diferentes etapas, labores y actividades que la Sección y la revista han implementado en la creación y divulgación del estudio de la historia desde la perspectiva regional. En este sentido, fue interesante preguntarnos sobre cuáles fueron las primeras motivaciones, quiénes iniciaron este proceso y qué trayectorias ha seguido hasta llegar a la actualidad. De igual manera, cuestionarse qué sentido o valor tenía y tiene estudiar la historia de la región, y de qué herramientas se disponía para tal fin. Buscamos reunir toda esta información atendiendo a la idea de que la sección Aprendiendo el oficio solo puede entenderse si rastreamos el recorrido que los estudios historiográficos han tenido en el interior de la carrera de historia en el Instituto Superior de Profesorado Nº 3. Para ello, y como ya ha sido mencionado, un componente importante en la recolección de la información han sido los testimonios y experiencias personales de los individuos que han transitado o transitan los distintos espacios de la Sección. Por esta razón, la información aportada por Berta Wexler, Oscar Videla, Ernesto Rodríguez, Diego Diz y Laura Pasquali, todos ellos antiguos y actuales docentes en la carrera, y con distintos roles en la revista Historia Regional, ha sido de inestimable valor para la elaboración de este informe.

El segundo segmento está constituido por el análisis de las producciones e investigaciones de alumnos de la formación docente que se han publicado en la sección Aprendiendo el Oficio, entre los números 29, lanzado en el año 2011, hasta el 47, que vio la luz en el segundo semestre (julio-diciembre) de este año, en la revista Historia Regional. Como se ha mencionado con anterioridad, lo que pretendemos con el análisis de los trabajos, es advertir características generales, propuestas de debate y discusión, temáticas y problemáticas que se abordan, puntos en común, rupturas con producciones anteriores, entre otras cosas. En su mayoría, estos estudios fueron elaborados en el marco del Seminario de Historia Regional contemplado por la Sección de manera intencional y voluntaria en el antiguo plan de estudio del Profesorado en Educación Secundaria en Historia en la provincia de Santa Fe. Ello nos condujo a establecer un tercer apartado en el que se destaquen las relaciones entre la investigación histórica desde la perspectiva regional y la formación docente, cómo han ido modificándose esas relaciones en los planes curriculares y las posturas que la Sección Historia ha adoptado al respecto.

Finalmente, a manera de reflexión final, trazaremos algunos lineamientos que vinculan a la formación del docente en el área de Historia y la investigación desde la perspectiva regional. Intentaremos pensar en algunas ideas dentro de un campo de estudio que cada vez es más explorado y, al mismo tiempo, valorizar el fomento a la participación de los estudiantes de la carrera docente como constructores de conocimiento.

Un espacio para la palabra de todos

La elección del título para este apartado no es aleatoria, sino que se trata de una expresión bajo la cual se inscribe el documento más detallado acerca del proceso de producción y estudio de la historia regional en la Sección Historia. Su autora, Berta Wexler, fue docente de la carrera del Profesorado en Historia durante mucho tiempo y una de las precursoras de los estudios históricos regionales en la Sección. En el momento de su incorporación a la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe, tomó como tema describir de manera minuciosa las diferentes etapas y procesos del desarrollo de la investigación histórica regional en la Sección que junto a otros docentes había iniciado décadas atrás (Wexler, 2010). Allí comenta que el Profesorado en Historia existió en Villa Constitución desde 1964, con la fundación del Instituto Superior de Profesorado Nº3, y su primera etapa se prolongó hasta 1973, año en que debió cerrar sus puertas como consecuencia de la difícil situación política que vivía el país en aquel período.

Sin embargo, la preocupación por la cuestión regional debemos buscarla en la reapertura de la carrera en el año 1981. Como consecuencia de la violenta persecución política ejercida por la última experiencia militar en el gobierno de la nación, varios docentes de la Universidad Nacional de Rosario, cuyas ideologías y prácticas político-educativas confrontaban e interpelaban al gobierno castrense, fueron excluidos del espacio académico rosarino. Por iniciativa del por entonces director del Instituto Superior de Profesorado Nº3, José Hugo Goicochea, algunos de esos docentes, como Nidia Areces, Irma Antognazzi, Edgardo Ossana, Cristina De Bernardi, Rosa Espíndola, Nelly Magnano, Monona Foster o Cristina Arrondo, arribaron y/o retornaron a la Sección Historia dando una impronta particular a la institución en la reapertura de la carrera e implantando las bases para el estudio de la problemática regional (Wexler, 2010, p.225). A su vez, los orígenes del interés por el estudio de la historia regional en la Sección concuerdan con una revitalización de la reflexión y el desarrollo de esta perspectiva de análisis histórico tanto en el país como en el continente. Las últimas tres décadas fueron testigo del avance de los estudios regionales sobre la mirada denostada y despectiva que se tenía en algunos círculos académicos sobre ellos. En cierta forma, la perspectiva regional surgió como una forma de respuesta a problemas y demandas que la historia general o nacional no podía solucionar; una suerte de herramienta que contradice, complementa y profundiza en segmentos más reducidos, a las grandes parcelas del conocimiento histórico que han ocupado a la historia tradicional. En la Sección Historia, este desarrollo fue un proceso histórico cargado de logros y conflictos, que ha tomado diferentes rumbos y ha desencadenado la investigación y la producción en múltiples áreas del conocimiento histórico.

Es en este contexto, puntualmente en el año 1988, a través del impulso del entonces Departamento de Historia, en especial de los docentes Berta Wexler y Juan González, que comienzan a editarse las producciones elaboradas en el Seminario Regional de la carrera de Historia. La docente a su cargo, Irma Antognazzi, colaboró para la publicación de los primeros números de la recién nacida revista Historia Regional. Este espacio, en conjunto con la organización de las Primeras Jornadas del Seminario del año anterior, permitió a alumnos y docentes presentar a la comunidad educativa sus trabajos e investigaciones. Las primeras publicaciones tuvieron un formato bastante simple y sencillo, en función de las limitaciones tecnológicas y económicas del momento. Sin embargo, lo realmente importante era la capacidad de difusión y comunicación de las investigaciones que realizaban los alumnos y docentes de la carrera (Wexler, 2010), contradiciendo aquella ley no escrita en el espacio académico argentino que establece una división intelectual del trabajo, según la cual las universidades son las instituciones encargadas de la investigación y producción de conocimiento académico, y a los institutos profesorado les incumbe la investigación educativa y las transposición didáctica de los conocimientos producidos en el ámbito universitario.

Durante su primera década de vida, la revista vio cómo su influencia se hacía cada vez más notoria. Esto se aprecia en el apoyo que tuvo por parte de algunas instituciones culturales y sindicales de la ciudad, como el área de Cultura de la Municipalidad, el Museo Regional, la Biblioteca Popular María Perrissol, la Unión Obrera Metalúrgica, la Asociación de Magisterio de Santa Fe (AMSAFE), entre otras. Estas colaboraciones permitieron que, en el año 1998 a partir número 16 de la revista, se modificara el formato de la misma convirtiéndose en una publicación anual (con posterioridad y hasta el número anterior fue semestral y a partir del presente número es cuatrimestral) y en formato libro (actualmente es digital). A su vez, la publicación se adaptó a los requerimientos de publicación de las producciones científicas y se añadieron secciones que ampliaron los objetos y temáticas de estudio. Estas modificaciones obligaron a adquirir nuevas formas de trabajo, como por ejemplo la elección de un director, tarea que se le asignó a Oscar Videla, y también se formó un grupo de docentes y colaboradores que se encargaron de analizar los contenidos que se difundían y, a su vez, publicar en las diferentes secciones que conformaban la revista. De esta forma, renombrados investigadores nacionales e internacionales han formado parte de esta producción, como Alberto Pla, Eduardo Azcuy Ameghino, Julio Aróstegui, Marta Bonaudo, Pablo Pozzi, Elida Sonzogni o Alberto Rex González, entre otros (Wexler, 2010). También estuvieron Nidia Areces, una de las autoras argentinas más destacadas en cuanto a los aportes teóricos sobre la investigación histórica desde la perspectiva regional (Leoni, 2015, p.170), e Irma Antognazzi, ambas como representantes y exponentes de la Sección en su momento.

Además, a partir de su trasformación en las postrimerías del siglo pasado, la producción académica de la Sección Historia, en paralelo a la revista y bajo el manto de la misma, se enfocó en la publicación de libros cuyos autores fueran miembros de la Sección. Las publicaciones más notorias son El Villazo. La experiencia de una ciudad y su movimiento obrero compilado por Oscar Videla y Ernesto Rodríguez; Cepeda. Estudios sobre la historia de un pueblo en el Centenario de su fundación de María de los Ángeles Serra, Victoria Cortasa, María Bosnjak, Julio Castellanos, Damian Brandi, Valeria Maldonado y Marcela Reschin; Conflicto y gobierno. Acerca de la gestión de Nicasio Oroño en Santa Fe compilado por Oscar Videla y Berta Wexler; Heroínas altoperuanas como expresión de un colectivo (1809-1825) de Berta Wexler; Historia social e historia oral. Experiencias en la Historia reciente de Argentina y América Latina compilado por Laura Pasquali y coeditado con Homo Sapiens; El contenido de los conflictos. Formas de la lucha sociopolítica en la historia argentina reciente.1966-1996 compilado por Laura Pasquali y Oscar Videla, coeditado con ediciones La quinta pata & Caminos[4]. Sin dudas, estos aportes resultan muy valiosos para el conocimiento histórico regional, no solo por el hecho de realizar contribuciones historiográficas, sino también por abrir nuevas líneas de investigación que permitieron el desarrollo de estudios posteriores.

Por otra parte, dentro del conjunto de aportes y participaciones que ha tenido la Sección Historia al conocimiento histórico en clave regional, debemos resaltar una serie actividades que fueron organizadas en diferentes etapas, con el fin comunicar y poner en debate las investigaciones historiográficas que surgen en su interior. Destacamos dos acontecimientos notables en este sentido. Uno de ellos fue la organización en el año 2006, en conjunto con otras áreas de conocimiento, de las Jornadas sobre Memoria, pensada desde la perspectiva regional. El otro fueron las Primeras Jornadas de Historia Social Regional, organizadas en el año 2012. Se trató de un encuentro que permitió la exposición y debate de las problemáticas que se estaban investigando en la Sección, desde temáticas abordadas por la didáctica hasta problemas de la historia latinoamericana, argentina y regional.[5] Además de estas propuestas, se pensaron actividades para fomentar la participación activa de los estudiantes como complemento del espacio del Seminario de Historia Regional. En 2012 docentes y estudiantes de la carrera visitaron la Biblioteca Nacional, considerada como un gran reservorio de publicaciones periodísticas de localidades del interior. Allí acudieron con el objetivo de fotografiar diferentes números de periódicos históricos de Villa Constitución, en vistas a crear un conjunto de fuentes que posteriormente puedan utilizarse para la investigación. Otra actividad con características similares tuvo lugar en el año 2017, cuando se trabajó sobre la importancia de los archivos y las fuentes en la investigación histórica, jornada que contó con la participación de docentes, alumnos y antiguos alumnos en un marco de comunicación y debate. Actualmente, la Sección y la revista pretenden sostener una política de difusión y acompañamiento en sintonía con su desempeño histórico, buscando abrir un camino cada vez más amplio en cuanto a los horizontes a los que aspiran, con el enriquecimiento de los aportes de investigadores y líneas de investigación cada vez más novedosas, ya sea a través de la publicación de artículos en los distintos números o la invitación a realizar charlas y exposiciones en los espacios que brinda la carrera, y con el fortalecimiento de la participación estudiantil a través de la invitación a publicar sus producciones y la difusión de los ejes temáticos por los que circulan en la actualidad los estudios históricos desde la perspectiva regional y su articulación con la formación docente.

 

Aprendiendo el oficio. Perspectivas de análisis y contribuciones

Dentro de los múltiples aportes que la Sección Historia ha realizado al conocimiento histórico regional que se acaban de escribir, consideramos que la creación de una sección específica para la producción de los estudiantes en el órgano de divulgación más grande que tiene la propia Sección, la revista de Historia Regional, es una muestra de la importancia que se le asigna a dos elementos fundamentales; por una parte y siendo reiterativos, al conocimiento histórico en clave regional como forma de preservar y valorar los procesos históricos de la región. Por otro lado, a la importancia en términos teóricos y metodológicos de la investigación histórica en la formación docente en el área de historia, ya que en su mayoría son trabajos que vieron la luz bajo el marco del Seminario de Historia Regional, asignatura que a partir de la reformulación curricular del año 2000 pasó a ser un Espacio de Definición Institucional (EDI), es decir, un lugar pensado exclusivamente por la Sección Historia para cubrir conocimientos que el plan de estudios no contemplaba. Más adelante volveremos sobre este punto. Por el momento, el análisis de los trabajos que componen la sección Aprendiendo el oficio, nos permite establecer ciertas características y puntos en común que poseen las diferentes investigaciones. El objetivo de este apartado será atender a distintos criterios para lograr una descripción de los elementos que constituyen a las producciones.

Sin embargo, como sostiene Sandra Fernández en su descripción sobre la revitalización de los estudios regionales dentro la historiografía argentina, “múltiples temas, abordajes originales y desarrollos diferenciados, aplicados en análisis sobre diversos procesos y épocas históricas, son algunos de los rasgos más significativos desplegados por este perfil historiográfico” (2007: p.9). Las producciones analizadas en este escrito no son la excepción. La notoria multiplicidad de temas y objetos de estudio, las herramientas metodológicas empleadas y la diversidad, y complejidad, de las conclusiones a las que la totalidad de las investigaciones han arribado, convierten esta tarea en un difícil ejercicio de clasificación. A pesar de ello, resulta interesante y nutritivo en términos intelectuales al menos poder intentarlo. Para ello, los criterios que utilizaremos como referencia para poder analizar las investigaciones son tres: temáticas y objetos de investigación; propuesta metodológica y trabajo con fuentes; aportes y contribuciones. En este sentido, buscaremos establecer vínculos entre las producciones y, a su vez, buscar patrones que se repitan en los escritos así como aquellos que los diferencian. Creemos que de esta forma las consideraciones que podemos obtener como conclusión se hacen más claras y observables. Es necesario reiterar que no se pretende hacer un análisis minucioso y detallado sobre cada investigación en particular, sino aportar una mirada íntegra y absoluta sobre la totalidad de las producciones con el fin de entender los factores y variables que las caracterizan y que imprimen una impronta particular a la sección de la revista.

 

 

Temáticas y objetos de investigación

En cuanto a la naturaleza de los objetos de estudio y temáticas que las distintas producciones pretendieron abordar, observamos que existe una palpable diferencia entre las investigaciones que sitúan a uno y otro lado de la línea temporal marcada por un concepto introducido fundamentalmente durante las dos últimas décadas en la historiografía argentina como es el de historia reciente. Sin dudas se trata de un concepto que no escapa a la discusión y al debate, hasta el punto de la existencia de propuestas que difieren en la nomenclatura como historia actual o historia del presente. Dicho esto, la evidencia académica nos muestra que las transformaciones políticas experimentadas en el país con la llegada del nuevo siglo generaron cierto interés en reivindicar, denunciar y visibilizar el atropello contra los derechos humanos y las libertades de los individuos experimentadas durante las últimas experiencias militares en el poder. De esta forma, un importante sector del campo académico direccionó sus estudios hacia espacios como la memoria, la violencia sufrida por parte de la sociedad civil y la defensa de los principios y derechos democráticos (Águila y Alonso, 2017). Como señalan Franco y Lvovich (2017), “la historia reciente refiere a procesos históricos cuyas consecuencias directas conservan aun fuertes efectos sobre el presente, en particular en áreas muy sensibles, como el avasallamiento de los derechos humanos más elementales” (p. 91). A su vez, los citados autores reflexionan sobre la complejidad de definir un marco temporal para establecer los límites del concepto. Parece lógico, para los intereses que se marca este trabajo, pensar en establecer como límite cronológico del concepto a la práctica del terrorismo de Estado y la sistemática violación de los derechos humanos que se desarrollaron en nuestro país durante la segunda mitad de la década de los setenta, modus operandi iniciado con el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, focalizado de manera muy precisa y puntual en nuestra región, y continuado e intensificado por Proceso de Reorganización Nacional,[6] como punto de frontera entre las temáticas abordadas. En este sentido, las producciones cuyas temáticas se encuentran en el marco cronológico propio de la historia reciente ponen fundamentalmente el acento en el impacto de determinadas condiciones políticas, económicas o culturales en actores o sectores sociales concretos en función de las definiciones conceptuales de cada investigación. Dadas las circunstancias históricas por las que ha atravesado Villa Constitución y su zona de influencia durante las tres últimas décadas del siglo pasado y el inicio del nuevo milenio, y coincidiendo con la idea sobre la historia reciente esbozada líneas más arriba, los trabajos que presentan este perfil abordan problemáticas principalmente vinculadas a la memoria, la identidad y la subjetividad de los individuos, y el impacto de las condiciones socioeconómicas, a la vez que se nutren de aportes y conceptos provenientes de otras disciplinas dentro de los estudios sociales.

En función de lo afirmado, los estudios sobre el movimiento obrero, las relaciones político-sindicales dentro del mismo, y el impacto de las políticas económicas en grupos sociales definidos, han sido ejes temáticos recurrentes en este primer grupo de producciones. En esta dirección, un primer grupo de trabajos realiza notables aportes en materia de identidad y subjetividad de los trabajadores y su vinculación con un contexto político-económico específico. Dentro del conjunto, encontramos al estudio sobre el impacto de las políticas neoliberales, y la consecuente flexibilización laboral, en la subjetividad de los trabajadores de la planta de Acindar realizado por Valeria Filippa (2012); el trabajo sobre los vínculos entre la lucha obrera y el apoyo de la comunidad a esta causa durante el conflicto de Paraná Metal entre los años 2008 y 2010 desarrollado por Magalí Rivera (2020); y un análisis acerca de las implicancias culturales e ideológicas en la subjetividad del grupo de obreros de la fábrica Somisa (actualmente Ternium), fruto de las trasformaciones generadas durante las últimas décadas, elaborado por Nicolás Cipriani (2022). En una sintonía similar, sin alejarse de las temáticas vinculadas a los sectores obreros pero haciendo foco en las relaciones político-sindicales en conflictos laborales bien puntualizados, se encuentran el trabajo de María Lourdes González (2017) con una investigación que analiza las prácticas del gremio y de los trabajadores en la última huelga del conflicto en la autopartista Paraná Metal en 2010, y los estudios en torno a los trabajadores de la planta Acindar; uno de ellos publicado por Giorgina Lo Giudici (2020) sobre el accionar de Alberto Piccinini y la Lista Marrón durante el paro general de las dos CGT el 6 de diciembre de 1982, y el otro bajo la autoría de Agustín Ramírez (2021), quien realizó una producción en torno a las estrategias de la UOM Villa Constitución durante los meses de febrero y mayo de 1991 producto de las políticas de ajuste y flexibilizadoras propias de los comienzos de la etapa neoliberal en Argentina.

Por otra parte, las otras investigaciones que se ocupan de un pasado reciente cuentan con un enfoque más amplio y diverso, encontrando trabajos como el de Elizabeth Cánepa Moretti (2013), cuyo objetivo es el estudio de las transformaciones en la subjetividad de los sectores marginales del barrio Villa Pulmón (San Nicolás) a consecuencia de las políticas neoliberales de la década de 1990, o los aportes en los que Valeria Ré (2014) analiza el impacto y las consecuencias de la crisis financiera en la sociedad, puntualmente la quiebra del Banco Integrado Departamental (BID) y las repercusiones en los bancos que previamente había absorbido, como el Banco de la Ribera con sucursal en Villa Constitución. También en esta dinámica se sitúan las investigaciones de Darío Moroni (2018) con un artículo sobre el establecimiento de una nueva ciudadanía generada como consecuencia de la problemática de la inseguridad en Villa Constitución en el pasado reciente, y la producción de Yennifer Elilia Cerminato en conjunto con Romina Soledad Silvero (2018), cuya labor se marca como objetivo analizar el vínculo existente entre factores determinantes en un período concreto de la localidad de Arroyo Seco: el desarrollo industrial-agropecuario surgido desde los años ’90, el crecimiento demográfico de la ciudad como producto de este desarrollo y los problemas ambientales que surgen de esta interacción.

En otro sentido, las investigaciones que no se ocupan de temas y problemas ubicados temporalmente en un pasado reciente, en general focalizan su mirada en la participación de actores e instituciones cuya condición es difícil de agrupar o clasificar, pues no existe una unidad en cuanto el período estudiado y tampoco presentan homogeneidad los objetos de análisis en cuestión. A diferencia de los estudios definidos en los párrafos anteriores, en los que los aportes guardan un fuerte contenido en materia de identidad, subjetividad y memoria, partimos del reconocimiento de que lo que se pretende ampliamente en este tipo de producciones es explorar, revalorizar y construir los contextos históricos en los que tuvieron lugar ciertas condiciones y sujetos que los estudios históricos habían olvidado o no le otorgaron el espacio que merecían. Encontramos, por un parte, las investigaciones que se interesan por la participación de determinados grupos sociales en relación a una función o a una institución específica. Tal caso lo constituye la producción de Antonela Sosa (2015) con un estudio sobre el asociacionismo femenino en vista y las prácticas de beneficencia en un marco de espacio y tiempo definido: Villa Constitución a fines del siglo XIX y principios del XX. Dentro de este campo, Florencia Mangold (2017) se preocupa por labores desarrolladas por las Sociedades de Socorros Mutuos creadas en la localidad de Las Rosas por inmigrantes italianos y españoles, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, puntualmente el accionar de estas instituciones a través de la acción y los lazos tejidos por sus propios miembros.

También encontramos tres investigaciones que analizan problemáticas vinculadas a cuestiones de índole económicas y demográficas, dos de ellas con situaciones históricas localizadas en pueblos del departamento Constitución, como el abordaje de Elisabet Pieretti (2016), quien estudia los intereses y la impronta económica-social en el origen de la fundación de la localidad de Rueda, y el aporte que realizan Aldana Pulido y Cecilia Franco (2016), cuyo artículo investiga las causas que produjeron las migraciones internas en el Departamento Constitución entre 1945 y 1976, centrándose en el análisis de caso de la ciudad de Villa Constitución y la localidad de Godoy. En esta misma tendencia, la producción de Javier Darío Aspas y Luciana Celeste Magnano (2019) estudia las transformaciones en la ribera rosarina y sus relaciones con las políticas gubernamentales entre 1992 y 2017. Si bien se trata de un marco cronológico propio de las investigaciones que se ocupan de un pasado más reciente, el recorrido histórico que realizan sobre la problemática y su gran componente expeditivo, ameritan que esta investigación sea considerada junto a los trabajos que contienen estas características.

Las problemáticas relacionadas con cuestiones religiosas han tenido lugar en esta sección a través de la producción inaugural y la publicada en el número más reciente. La primera de ellas es la investigación de Alberto Grassi y Nina Seremczuk (2011) con su estudio sobre las relaciones que se establecieron entre las instituciones estatales y la Iglesia en Villa Constitución debido a la propiedad de la tierra, en este caso puntual el cementerio, durante la segunda mitad del siglo XIX. La más reciente de las publicaciones es la de María Eugenia Demarchi (2022) que versa sobre las transformaciones, procesos y vínculos que posibilitaron la aparición y el establecimiento de la primera Iglesia Evangélica Bautista en la ciudad de Rafaela.

En otro orden de cosas, la representación de dos contextos históricos peculiares en localidades bien definidas lo han aportado los artículos de Victorio Zuliani (2019), con el estudio de experiencias agrarias incipientes que vinculan el cultivo de soja y de amapola, y las implicancias de esta relación, en Coronel Bogado, y el trabajo de Marcos Andrés Pascal (2021) con un estudio de caso sobre las condiciones sociales y técnicas que propiciaron la fabricación del vehículo de carreras “Alesso Especial” realizado de manera íntegra en la localidad santafesina de Esperanza.

 

Propuesta metodológica y trabajo con fuentes

Además de la variedad y diversidad de temas, abordajes y problemáticas que se pueden apreciar en las investigaciones, ciertos rasgos como la multiplicidad de los instrumentos y métodos de aproximación analíticos y técnicos, y la amplitud y profundidad de los enfoques y la riqueza de los resultados obtenidos, han caracterizado a las producciones historiográficas en clave regional (Leoni, 2015). Toda práctica investigativa está limitada por el alcance de los recursos disponibles para su realización y los objetivos que persigue cada propuesta se enmarcan en la naturaleza propia de cada campo de estudio. Pensamos, por lo tanto, que las diferentes propuestas metodológicas y el trabajo de fuentes advertido en la totalidad de las producciones, más allá de que los criterios y encuadres teóricos sean establecidos por cada investigador, cuentan con una diversidad de materiales, enfoques y métodos que proporcionan una multiplicidad de factores que aportan mucho valor a los estudios presentes.

No obstante, un análisis general de las producciones nos permite establecer algunos lineamientos que consideramos relevantes. En el primero de ellos, una idea ya mencionada que tiene que ver con la variedad y diversidad en la naturaleza de las fuentes empleadas. Podemos encontrar, por tanto, fuentes que provienen de documentos oficiales, como censos, estadísticas, actas fundacionales, documentos religiosos y legislativos, planos, entre otros elementos. La información periodística, ya sea de medios de comunicación local o nacional, así como recursos provenientes del ámbito de la publicidad, también han formado parte importante del corpus documental en un elevado porcentaje de las investigaciones. Algunas de las investigaciones que componen la sección no cuentan con una base de antecedentes sólidos en cuanto al estudio de problemáticas vinculadas a la propia o a aplicaciones metodológicas similares, por lo que entendemos que la utilización de fuentes que puedan aportar información de primera mano debe ser considerado como una labor nutritiva del cuerpo de documentos históricos sobre una región determinada.

Por otro lado, consideremos que existe nuevamente una línea que separa a las publicaciones que se encargan del estudio de la historia reciente de aquellas que estudian el pasado más lejano de acuerdo a la definición sostenida con anterioridad. Reiterando que la utilización de las fuentes, y sus correspondientes aplicaciones metodológicas, se establecen acorde a las pretensiones que posee cada investigación y a la naturaleza de la misma, la utilización de las herramientas propia de la historia oral, puntualmente las entrevistas, se emplean con una finalidad diferente. Las producciones que apuntan hacia una comprensión y análisis de aspectos o realidades que involucran factores como la identidad, la subjetividad o la memoria, conciben a la voz y el discurso de los sujetos como una herramienta fundamental e imprescindible desde el punto de vista de la obtención de información que contribuya a la construcción de ese contenido que se pretende conseguir. Por lo tanto, la oralidad es un elemento distintivo. Es decir, el hecho de poder contar con fuentes y testimonios cercanos y recientes, que no han sido sepultados o eliminados por el paso del tiempo, marcan una diferencia clara entre la naturaleza de los abordajes y le imprimen una impronta propia. En cambio, para los trabajos cuyos objetivos se distancian de un análisis volcado al sentir de los sujetos, las herramientas y métodos de la historia oral han jugado un importante papel a la hora de aportar información y testimonios que complementen, sostengan y contradigan a lo que los registros documentales pudieran aportar.

De todas maneras, encontramos que las investigaciones dedicadas a problemáticas históricas recientes, se encuentran con un camino más allanado en cuanto a la obtención y utilización de fuentes, es decir, cuando más cercano al presente es el proceso histórico que se pretende describir, mayor es la disponibilidad de fuentes y recursos. No estamos afirmando que se trate de una desventaja o diferencia en cuanto a la cantidad o calidad del trabajo con fuentes, ya que la utilización de los diferentes recursos no tiene que ver con la cronología del proceso, más bien con sus características, sino que consideramos que esta idea nos habla de una deficiencia importante en los organismos públicos en cuanto la preservación de los registros documentales y gráficos.

En el plano conceptual, apreciamos que existen algunas variaciones en relación al cuerpo de contenidos y conceptos teóricos que se utilizan en cada investigación en función a la temática abordada y su lugar en el tiempo. En su mayoría, los artículos analizados se apoyan en conceptualizaciones previas provenientes de otros marcos de investigación, es decir, retomando planteos de autores que hayan trabajado en condiciones similares. No obstante, las investigaciones que apuntan hacia una interpretación de la subjetividad de los actores, o a la descripción de realidades sociales complejas, acuden a conceptualizaciones teóricas formuladas específicamente por autores o líneas de pensamiento precisos. Por esta razón, cabe destacar el fuerte componente de conceptos propios del materialismo histórico y también del ámbito sociológico que poseen las investigaciones preocupadas por temáticas recientes. De esta manera, estos análisis se tornan más ricos y precisos en cuanto a los componentes meramente teóricos, lo que combinado con un minucioso trabajo de fuentes, convierte a las producciones en aportes de una riqueza intelectual muy considerable.

 

Aportes y contribuciones

Tras un primer acercamiento poco profundo hacia la totalidad de las producciones, podríamos afirmar que, en su conjunto, guardan un rasgo en común en cuanto a los aportes y contribuciones realizadas, y es que todas y cada una de ellas supone un avance con respecto al estado anterior en el que se encontraban las problemáticas abordadas. Es decir, todas han ayudado a acrecentar los conocimientos en el plano historiográfico dentro del cual se enmarcan. Algunas investigaciones buscaron en el pasado explicaciones a problemáticas históricas que no contaban con respuestas precisas y sólidas en el presente. Otras, en cambio, intentaron crear líneas de investigación en un terreno en el que los análisis eran escasos, limitados o nulos. También encontramos propuestas que pretendieron describir realidades históricas puntuales dentro de marcos más generales de investigación. A todas ellas las une la idea de realizar un aporte o desarrollo en lo que respecta a la creación de conocimiento histórico.

Si realizamos un enfoque más preciso, a todas las contribuciones específicas que se pueden percibir en cada investigación, es decir, nuevas hipótesis sobre temáticas ya investigadas, miradas más completas sobre problemáticas definidas, o la creación de líneas de investigación sobre realidades que fueron ignoradas, se le debe sumar toda la ampliación del cuerpo de fuentes consultadas y la información que proviene de ellas. Como ya ha sido considerado, las interpretaciones llevadas a cabo en las investigaciones que conforman la sección han requerido de encuadres metodológicos flexibles, incorporando recursos y herramientas diversas. Esto viene dado en gran parte por las dificultades que muchas veces presenta el acceso a un determinado tipo de fuente, o bien por no encontrarse en estado idóneo, o bien por las contrariedades burocráticas del acceso a las mismas, aunque en gran parte de los casos, se trate de una brutal y sistemática indiferencia hacia la conservación de los documentos históricos.

En otro sentido, si nos alejamos por un momento de las cuestiones disciplinares propiamente dichas, la multitud de contribuciones específicas que realizaron estos trabajos elaborados bajo la impronta del Seminario de Historia Regional, posteriormente publicados en la sección Aprendiendo el oficio, son de mucho valor para reafirmar a la Sección Historia, a través de la revista Historia Regional, como espacio de creación y difusión de la investigación histórica desde la perspectiva regional. La impronta que le aportan las condiciones necesarias para publicar en esta sección, es decir, ser o haber sido alumno de una carrera docente, nos permite pensar en una acción de reciprocidad entre la formación del docente y su incursión en la investigación de problemáticas históricas regionales. Por lo tanto, la riqueza de los conocimientos producto de la propia investigación, no deben valorarse únicamente en el manejo de la información específica que conlleva el proceso investigativo, sino también en potenciales conocimientos y habilidades que pueden ser trasladadas a la formación del profesorado y en su posterior desempeño en labores educativas.

 

Investigación histórica regional y formación docente

 

En esta relación, la Sección Historia del Instituto Superior de Profesorado Nº 3, ha sido una institución pionera en cuanto al fomento de la investigación histórica desde la perspectiva regional en la carrera docente. Prueba de ello, son las consideraciones mencionadas en el primer apartado de este trabajo, denotando una trayectoria encomiable en la difusión y divulgación de las producciones historiográficas realizadas por docentes y alumnos de la carrera. Sin embargo, esta labor no solo pudo apreciarse en esta preocupación académica, sino que también tuvo repercusiones en las acciones y reflexiones sobre la elaboración de los proyectos curriculares para la carrera docente en Historia. Precisamente, son algunos de los docentes de la casa los primeros que comienzan a interesarse por la cuestión regional en los planes de estudio de la formación del profesorado, como Edgardo Ossana y Nidia Areces, precursores en la realización de propuestas para la incorporación de contenidos históricos regionales tanto en la carrera docente como en la educación secundaria. Además, la política de la Sección Historia se ha mantenido firme y clara con respecto a esta cuestión. Durante la segunda mitad de la década de 1980, se produce una reformulación curricular que desemboca en la aplicación, en el año 1986, del Plan de Estudios de la carrera de Historia N.º 830. En parte, el proyecto académico sostenido por la Sección era acompañado por las transformaciones curriculares, ya que los objetivos de esta modificación apuntaron a superar limitaciones conceptuales del modelo anterior, que consideraba “a la Historia como ciencia social cuyo objeto de estudio principal eran los aspectos económicos, socio-políticos y materias de formación general con un carácter humanista” (Sosa y Wexler, 2006, p. 219). Además, el plan previo estaba estructurado de la siguiente manera:

 

Las asignaturas de la especialidad trataban de formar docentes productores de conocimiento. El saber pedagógico se planificaba para los últimos años de la carrera y la didáctica apuntaba a la adquisición de hábitos o habilidades para la planificación, conducción y evaluación de los aprendizajes. Tenía una fuerte impronta normalista, con una preparación de los docentes para la enseñanza secundaria. La carrera estaba basada en las historias tradicionales: europea, americana y argentina, con ausencia de planteos epistemológicos sobre la disciplina y sobre la metodología de la investigación (Plan de Estudios de la carrera de Historia Nº 830, Provincia de Santa Fe)

 

En este sentido, el quiebre que supone el nuevo plan de estudios se advierte en la interdisciplinariedad, que afectó a todas las carreras de la formación docente, y en la aparición de contenidos vinculados con la investigación y la cuestión regional. De esta manera, encontramos los espacios curriculares de Historia Argentina y de la provincia de Santa Fe I y II (s. XIX y s. XX), el Seminario Regional y el Seminario de Integración y Síntesis. Vemos, por tanto, una sintonía similar y favorable para los intereses y pretensiones de la Sección en cuanto al ideario de contenidos.

Sin embargo, durante los últimos años del siglo pasado, momento en el que la revista Historia Regional comienza a transformarse y a ampliar sus horizontes, se produce nuevamente un cambio de planes de estudio. En el año 2000 se sustituye el Plan Nº 830 por el Plan de Estudio 696/01, y el punto de encuentro entre las aspiraciones curriculares de la Sección comenzó a distanciarse de los planteamientos curriculares en el nivel superior provincial. Existía aquí una contradicción en el diseño curricular que no queremos pasar por alto y que consideramos que la Sección Historia supo sortear con enorme éxito. Una de las preocupaciones que sostenía el diseño en la formación específica de la carrera, atendiendo al Diseño Curricular Jurisdiccional para el Tercer Ciclo de la EGB (Plan de Estudio 696/01), era la siguiente:

 

Afianzar la conciencia histórica de los jóvenes, interesarlos en el pasado, apreciando y valorando los logros anteriores y reconociendo las cuestiones a resolver en las dimensiones local, regional y mundial, desarrollando el sentido de pertenencia y responsabilidad con su comunidad frente al futuro (Anexo VIII del Decreto 696/01)

 

A pesar de esta concepción, el nuevo plan había eliminado el Seminario Regional, y los espacios de Historia Argentina y de la Provincia de Santa Fe I y II pasaron a llamarse Historia Argentina I y II. Es decir, existe una intención discursiva que reconoce y se interesa por el estudio de conocimientos históricos regionales, pero en la práctica se suprimieron los espacios dedicados a ello. No obstante, el Plan de Estudios Nº 696 contemplaba dos espacios accesorios: el Espacio Curricular Opcional (ECO) y el Espacio de Definición Institucional (EDI), que eran de cursado obligatorio para los alumnos y representaban un espacio libre para la decisión institucional de focalizar ciertos aspectos de la formación o compensar carencias del Proyecto Educativo Institucional. Una de las preocupaciones fundamentales de la Sección para llenar estos espacios giró en torno a la perspectiva histórica regional que el nuevo plan no contemplaba. Es por ello que en el Profesorado de Historia del ISP Nº 3, el Espacio de Definición Institucional (EDI) se dividió en dos y adoptó los nombres Problemática Americana Contemporánea, no vinculada a lo regional, pero ocupándose de las problemáticas históricas del continente en el siglo XX condensadas de manera poco coherente en Historia Americana II, y el Seminario de Historia Regional, encargado de cumplir las funciones del Seminario Regional previsto en el plan anterior. Por otra parte, el Espacio Curricular Opcional (ECO) fue diseñado en función de ofrecer una amplia gama de temáticas que podían seleccionar los estudiantes. Entre ellas destacó el espacio curricular denominado Historia de Villa Constitución, sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y de la provincia de Santa Fe. Además, en los años previos a la nueva modificación curricular para la carrera de Historia, publicada en mayo de 2017 e implementada desde el comienzo del ciclo lectivo de 2018, docentes de la Sección formaron parte de la discusión en torno a las temáticas y espacios que debía adquirir el nuevo plan de estudio que sustituye al Plan de Estudio 696/01. Una de las preocupaciones centrales era recuperar y revitalizar estos espacios que abordaran temáticas regionales, ausentes en el plan anterior. Las propuestas que partieron desde la Sección, en conjunto con otras instituciones tuvieron un impacto positivo y se reflejaron en la adopción, por ejemplo, del Seminario de Investigación Histórica, que no se refiere exclusivamente a la investigación histórica regional, pero permite un espacio para ello. De esta manera, consideramos que la Sección realizó grandes esfuerzos para que los espacios destinados al estudio e investigación de conocimientos históricos regionales, que le habían dado una impronta institucional particular, no desaparecieran de los dictámenes curriculares.

 

Reflexiones finales

 

Lo hasta aquí expuesto nos permite recapitular en ciertos puntos las ideas desde las que ha partido este trabajo. En primer lugar, el reconocimiento de la Sección Historia y de la revista Historia Regional como espacio de elaboración y divulgación del conocimiento histórico en clave regional, a través de múltiples acciones e intervenciones que han sido debidamente valoradas en este documento. Dentro de esa labor, entendemos que la concreción de un espacio dentro de la Revista destinado en exclusividad para la participación estudiantil nos habla de una clara política de fomento a la creación de nuevos contenidos y perspectivas. Las producciones contenidas en la sección Aprendiendo el oficio cumplen con los caracteres que han dado entidad a los estudios regionales en el plano nacional y continental, y sin dudas han supuesto avances en cuanto a los aportes teóricos y metodológicos en sus respectivos campos de estudio, a partir de la creación de nuevas líneas de interpretación, reformulación de hipótesis, nuevas interpretaciones de fuentes y el ensanchamiento del acervo documental acerca de las diferentes problemáticas y procesos históricos. A su vez, también consideramos que esta iniciativa concuerda con la lucha y disputa que la Sección ha mantenido en torno a la inclusión y consideración de la historia regional en los diseños curriculares de la educación media y superior de la provincia de Santa Fe. Por ello, a modo de cierre, parece oportuno exponer algunas reflexiones personales fruto de la participación y la práctica en los espacios que este trabajo ha considerado.

La relación entre historia regional y la enseñanza es una temática que cada vez se va abriendo más espacio entre las discusiones didácticas en torno a nuestra disciplina. Prueba de ello son los estudios de caso que trabajan la relación entre la historia regional o local y su enseñanza en los diferentes niveles del sistema educativo, así como la cuestión curricular (Angelini y Bertorello, 2009; Leoni, 2015; Dapelo, 2018; Zapata y Portalis, 2021). Es por eso que pensamos que es una línea de investigación en desarrollo, cuyos alcances se hacen cada vez más visibles en las preocupaciones curriculares por incluir contenidos históricos regionales o locales a los planes de estudio. Al respecto, nuestra posición sostiene que la investigación histórica en perspectiva regional, durante la formación docente, aporta muchas posibilidades en el traslado de conocimientos históricos regionales o locales a situaciones áulicas concretas, práctica que se está demandando con mayor frecuencia, si consideramos el hecho de que los presentes diseños curriculares para el área de historia en la enseñanza media no siempre contienen este tipo de abordajes y perspectivas. Entendemos, por lo tanto, que la manera tradicional de trabajar las problemáticas históricas, de manera general y globalizada, puede no responder a las inquietudes y curiosidades de los nuevos actores que transitan los espacios educativos, y el docente debe estar capacitado teórica y metodológicamente para producir estos ajustes, pensando en la idoneidad de los recursos empleados en la formación dada a estos sujetos y lo pertinente de los abordajes históricos desde la perspectiva regional. Para ello, las diferentes modalidades y herramientas que aporta la investigación histórica en la formación docente contribuyen a esta preparación, ya que esta práctica requiere de determinados procedimientos (elaboración de proyectos de investigación, formulación de hipótesis, manejo de fuentes), valores y conocimientos (como la preocupación por la construcción del propio conocimiento o el reconocimiento de la historia como problema) que resultan necesarios en la preparación de un docente que debe asumir la responsabilidad de seleccionar y distinguir los contenidos que debe incluir en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Las últimas líneas nos invitan a reflexionar sobre el compromiso que creemos que la formación del docente en Historia debe tener con respecto al conocimiento en sí mismo. Con ello queremos decir que el docente es un sujeto que se desenvuelve en espacios e instituciones en relación con otros individuos y no puede ser ajeno a las diferentes realidades y problemáticas históricas que tienen en común, que comparten por el simple hecho de transitar los mismos lugares y pertenecer a una comunidad determinada. Este compromiso es realmente importante si entendemos que hay aspectos del conocimiento histórico, como los de una región o localidad particular, cuya elaboración no se contempla en las estructuras curriculares. Además, en lo que respecta a la construcción del conocimiento, consideramos que la investigación de la perspectiva regional en la carrera de Historia fomenta el interés por diferentes problemáticas históricas que es necesario abordar con el fin de que no pasen desapercibidas o caigan en el olvido, ya que muchas veces se trata de procesos históricos cuyo impacto en una órbita más general no necesariamente es muy notorio y, a menudo, los abordajes más amplios no hacen foco en las particularidades regionales o locales. Es por ello que pensamos que la investigación regional permite el conocimiento de las particularidades de un determinado proceso histórico enmarcado en un contexto más extenso, y en los espacios en los que no abundan grandes centros de investigación histórica, las propuestas que parten desde la formación docente suponen un aporte y una contribución de una riqueza y magnitud considerable.

 

Bibliografía

 

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Documentación oficial

 

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Plan de Estudios de la carrera de Historia Nº 830, Provincia de Santa Fe.

Resolución 1968/17. Diseño curricular. Profesorado de Educación Secundaria en Historia. Disponible en: http://ispel3.edu.ar/profesorado-de-historia/

 

 

Recepción: 26/08/2022

Evaluado: 28/10/2022

Versión Final: 15/11/2022

 



(*) Profesor de Educación Secundaria en Historia (Instituto Superior de Profesorado Nº 3). Argentina. Máster Universitario en Historia (Universidad de Granada). España. Email: vctrzuliani@gmail.com . ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6923-9827

[1] Este trabajo fue originalmente presentado en la sección Artículos y en tal condición evaluado positivamente; no obstante, dada su temática y enfoque el Comité Editorial de la revista decidió incluirlo en la Sección Textos en tanto consideró que el mismo podía constituir en un excelente modelo para alentar de una forma creativa tanto la conmemoración de nuestros 35 años de permanencia como promover investigaciones similares en el ámbito de nuestra ciudad y región.

[2] Este trabajo es una ampliación y reformulación del realizado en el año 2019 en el marco del Seminario de Integración y Síntesis previsto en el diseño curricular de la carrera de Profesorado de Educación Secundaria en Historia en el Instituto Superior de Profesorado Nº3 “Eduardo Lafferriere” de Villa Constitución (Argentina).

[3] Como veremos más adelante, una u otra condición están articuladas, en tanto buena parte de los trabajos fueron elaborados precisamente en instancias curriculares que aseguraran la graduación de los autores.

[4] Los libros publicados por la Sección Historia, se encuentran disponibles on line en la página de la revista Historia Regional (https://historiaregional.org/ojs/index.php/historiaregional/librosSeccionHistoria), como en la del ISP Nº 3 (http://ispel3.edu.ar/revistas-seccion-historia/)

[5]El programa de las Jornadas está disponible en https://historiaregional.org/ojs/index.php/historiaregional/article/view/645/1191

[6] Más allá de la delimitación cronológica, desde la perspectiva que pretende sostener este trabajo resulta importante remarcar la idea de que, como lo han demostrado diferentes investigaciones y producciones historiográficas, muchas de ellas con origen en la Sección Historia, el terrorismo de Estado fue ejercido en nuestra región con anterioridad al resto del país bajo las directrices de un gobierno elegido a través del voto popular, lo que supuso una auténtica experiencia piloto para las prácticas genocidas y exterminadoras en contra de la “subversión” que posteriormente desplegó el gobierno liderado por las Fuerzas Armadas entre los meses de marzo de 1976 y diciembre de 1983.