Entre lo regional y lo nacional: Una propuesta metodológica a través de una selección historiográfica del Partido Liberal y el Partido Laborista de Inglaterra

 

 

Edgardo Ramírez-Rivera(*)

 

 

Resumen

 

La historiografía inglesa ha establecido la importancia de la historia regional para alcanzar una historia política distinta. Los estudios sobre el Partido Liberal y el Partido Laborista han demostrado que la fortaleza electoral de los partidos se encontraba en las regiones, siendo estas las que establecerían el avance de las colectividades. La historiografía hace hincapié en cómo las dinámicas políticas regionales se diferencian a las nacionales, creando así toda una complejidad política partidista. Esta “personalidad” que se le atribuye a la política regional es interesante pues parte de la premisa que el poder partidista no emerge necesariamente desde la cúpula, sino desde la base. La historiografía inglesa, además, afirma la existencia de una relación entre ambos espacios. Pareciera contradictorio, pero esa relación no es continua, aunque sí necesaria para el entendimiento de los procesos políticos. Este ensayo hace un recorrido por la historiografía política regional inglesa centrada en el Partido Liberal y Laborista, para así identificar un nuevo enfoque metodológico, donde el espacio regional es de vital importancia para alcanzar una historia política más precisa y completa.

 

Palabras clave: Política partidista regional, historiografía inglesa, historia regional vs. historia nacional, Partido Liberal inglés, Partido Laborista inglés.

 

 

Between the regional and the national: A methodological approach to the historiography of the Liberal Party and the Labor Party in England

 

Abstract

 

The English historiography has established the importance of the regional history to reach a different political history. Studies about the Liberal Party and the Labor Party have enriched with this methodological approach, thus proven that the electoral strength of the parties relies in the regions. The historiography emphasizes in how the regional political dynamics are different to those at the national level, thus creating a whole political complexity. This “personality” that is attributed to regional politics is interesting because it starts from the premise that party power does not necessarily emerge from the top, but from the base. However, English historiography affirms the existence of a relationship between both spaces. It seems contradictory, but that relationship is not continuous, although it is necessary for understanding political processes. This essay makes a journey through the English regional political historiography focused on the Liberal and Labor Party, in order to identify a new methodological approach, where the regional space is of vital importance to achieve a more precise and complete political history.

 

Key words: Regional party politics, English historiography, Regional history vs. National history, English Liberal Party, English Labor Party.


 

Entre lo regional y lo nacional: Una propuesta metodológica a través de una selección historiográfica del Partido Liberal y el Partido Laborista de Inglaterra

 

Introducción

 

La historiadora británica Patricia Lynch sostuvo que “es imposible estudiar la historia política a nivel nacional sin un entendimiento de las variaciones locales en las cuales cada partido fue finalmente compuesto” (Lynch, 2003, p. 225).[1] Esta premisa recoge muy bien cómo se puede cambiar un paradigma metodológico para alcanzar distintas consideraciones y explicaciones de la historia política partidista a través de la historia regional.

La historia política partidista ha experimentado un lento desarrollo en comparación a otros intereses investigativos. Este rezago perpetúa la fijación en los estudios biográficos, las políticas públicas del Estado o el comportamiento del liderazgo de los partidos. Acercamientos históricos de mucha valía, pero que pocas veces dan paso a un desarrollo metodológico. Esto no quiere decir que no existan estudios políticos que con creatividad y dinamismo ofrezcan otras alternativas metodológicas que refresquen el quehacer investigativo político, como por ejemplo la historiografía inglesa.

La historiografía inglesa a través de los años ha establecido la importancia de la historia local y regional para alcanzar una historia política distinta, donde se dé cuenta de las realidades y particularidades de todo un partido. Desde la obra de David Clarke en el 1971, donde se estudia el liberalismo en el condado de Lancashire, la historiografía política inglesa ha aumentado su interés en acercarse a las regiones. De esta manera vemos cómo los estudios sobre el Partido Liberal y el Partido Laborista (dos partidos principales ingleses) se han enriquecido de este acercamiento metodológico. Los trabajos ponen a discusión otras perspectivas sobre las relaciones entre los liberales y laboristas en miras de establecerse como la oposición principal ante los conservadores a comienzos del siglo XX.

De tal forma que han demostrado que la fortaleza electoral de los partidos se encontraba en las regiones, siendo estas las que establecerían el avance de las colectividades. Autores como Duncan Tanner, George Bernstein y Jon Lawrence entre otros, hacen hincapié en cómo las dinámicas políticas regionales se diferencian a las nacionales, creando así toda una complejidad política partidista. Esta “personalidad” que se le atribuye a la política regional es interesante, pues parte de la premisa que el poder partidista no emerge necesariamente desde la cúpula, sino desde la base. Bajo este paradigma la historiografía inglesa se ha enfocado en el comportamiento político de las masas (trabajadores, profesionales, artesanos etc.) dentro de un espacio determinado. Como resultado, se utilizan los conceptos de radicalismo, comunidad y política popular para ofrecer una estructura al análisis.

Interesantemente, a pesar de estos intereses y de destacar las complejidades regionales y su personalidad distinta con lo nacional, la historiografía inglesa afirma la relación entre ambos espacios. Pareciera contradictorio, pero esa relación no es continua, aunque sí vital para el entendimiento de los procesos políticos tanto regionales como nacionales. En fin, este ensayo hace un recorrido por la historiografía política regional inglesa de los partidos liberal y laborista a comienzos del siglo XX. Enfocándose en las masas, se identifican nuevas preguntas y respuestas que no se encuentran a nivel nacional, pero que esclarecen la realidad de ambos espacios. De este modo, se presenta un nuevo enfoque metodológico, donde el espacio regional es de vital importancia para alcanzar una historia política más precisa y completa.

 

Las primeras propuestas regionalistas

 

Considerado un estudio base para futuras investigaciones regionalistas, Lancashire and the New Liberalism de Peter F. Clarke es de los primeros trabajos en recurrir a una localidad para desencadenar la disyuntiva sobre las relaciones entre los laboristas y liberales (1971). Para esto, el autor se enfoca en el comportamiento electoral del Partido Liberal en el condado de Lancashire entre las últimas décadas del siglo XIX y comienzos del XX. A través de una amplia variedad de documentos, desde prensa escrita hasta anuarios y archivos privados, Clarke arguye que el éxito del liberalismo en la primera década del siglo XX fue resultado de un cambio en la sociedad y la política. Este cambio consistió en que la conciencia política se movilizó de una de comunidad a una de clase, donde grupos religiosos fueron perdiendo importancia ante las nuevas circunstancias económicas (Clarke, 1971, pp. 4, 249-259). El “Home Rule”, la Guerra Boer y la Reforma Tarifaria entre otros, despertaron la presencia activa de los trabajadores en la política partidista. Junto a un discurso progresista, el Partido Liberal pudo atraer este sector, creando así un nuevo liberalismo. Clarke añade además que estas nuevas circunstancias nacionales desplazaron los intereses locales de los electores.

Como ciudad industrial del algodón, el autor afirma que Lancashire es un prototipo de las realidades políticas a nivel nacional. Un condado industrializado, con gran capital, conservador y religioso, que a comienzos de siglo se inclina por un nuevo liberalismo, ejemplifica a la Inglaterra de la época. Sin embargo, es interesante notar que para Clarke el estudio local no necesariamente se limita a las realidades exclusivas de su espacio, sino que destaca las relaciones de la política nacional con los electores locales. De tal manera que se identifican los problemas nacionales como la motivación electoral local. No nos debe extrañar por consiguiente que líderes nacionales como Winston Churchill y David Lloyd George estén activos en la política local, desplazando así a los líderes de la región. De esta manera se contraponen las dinámicas en la era victoriana frente a la era eduardiana, donde en la primera las identidades comunitarias religiosas mantenían unas dinámicas esencialmente locales, y en la segunda la nueva conciencia de clase transcendía lo local para responder a la política pública nacional.

Es importante poner relieve en el acercamiento localista de Clarke. El autor establece la importancia de las relaciones regionales y nacionales, dado que se perciben circunstancias que podrían determinar tanto un espacio como el otro. En Lancashire, de haber ignorado la política nacional dentro de su estudio regional, se hubiera dificultado el entendimiento de la identidad comunitaria versus la de clase. De hecho, como estudio marxista, era necesario identificar la política pública nacional y su impacto en las clases sociales, y así ver el movimiento laborista en todo su contexto.

Diez años después surge la obra de David Clark, Colne Valley: Radicalism to Socialism: The portrait of a Northern constituency in the formative years of the Labour Party 1890 – 1910 (1981). El trabajo se interesa por el desarrollo del movimiento obrero dentro del distrito de Colne Valley llamado “Colne Valley Labour Union” (CVLU). El autor arguye que lo que comenzó como un deseo por representación obrera en el Parlamento dentro del ala radical de los liberales, terminó como un cuerpo político independiente socialista. Sin embargo, este socialismo, considerado ético, no cargaba una conciencia económica, sino una política, pues se entendía era el medio para alcanzar la verdadera igualdad de los hombres (Clark, 1981, pp. 2, 182). Esta modalidad socialista es el resultado de la falta de trade unions y la influencia del Partido Liberal entre los primeros líderes del CVLU. No en balde, Clark afirma que este estudio es muestra de que los movimientos socialistas no dependen necesariamente de la existencia de una unión obrera.

El socialismo ético como convicción y motor de los trabajadores muestra otras dinámicas locales dentro de todo el andamiaje liberal y laborista. Contrario a P.F. Clarke, donde se desarrolla una conciencia de clase tras décadas de una identidad comunitaria, David Clark muestra que en el caso de Colne Valley los trabajadores solo desean una representación obrera y, por ende, igualdad. La sola existencia de una motivación política, fuera de consideraciones económicas, aparenta la inexistencia de una conciencia de clase consolidada, siendo así más bien, utilizando el concepto de P.F. Clarke, una comunidad. De manera que la política no es uniforme en todo el país, y el estudio local pone relieve en ello.

Es interesante notar las similitudes y diferencias entre el estudio de Lancashire y Colne Valley. A pesar que ambos utilizan lo regional para ejemplificar el desarrollo político nacional, P.F. Clarke pone relieve en la importancia de las dinámicas nacionales en el desarrollo político de las localidades. No obstante, David Clark se enfoca en las circunstancias y desarrollo regional de la política, no entrando en los eventos nacionales, salvo en los resultados electorales al Parlamento. Es así que estos dos historiadores manifiestan dos acercamientos distintos de hacer historia local. Por un lado, se integra la política nacional a la regional, y por el otro se limita a las realidades regionales. Esto no necesariamente responde a una convicción metodológica, sino al desarrollo de la región y sus circunstancias políticas.

De igual manera las fuentes utilizadas de ambos trabajos exhiben una variedad envidiable, demostrando la creatividad necesaria para llevar a cabo los estudios regionalistas. La prensa escrita es la fuente principal de ambos trabajos, pero David Clark suma recursos como los archivos de los trade unions y los partidos locales, aparte de panfletos políticos.

La dirección y desarrollo de la conciencia trabajadora y su relación con los liberales no es unísona en el país. Tanto el condado de Lancashire como el distrito de Colne Valley así lo demuestran. Por tanto, como parte del auge en los acercamientos políticos regionales, el historiador estadounidense George L. Bernstein se suma dos años después a esta metodología. Con su ensayo “Liberalism and the Progressive Alliance in the Constituencies, 1900-1914: Three Case Studies” (Bernstein, 1983), se acerca a los distritos de Norwich, Leeds y Leicester, los cuales se encuentran en diferentes regiones de Inglaterra y, por ende, manifiestan otras dinámicas políticas a la dualidad liberal y laborista. El autor arguye que mientras la llamada alianza progresista entre estos dos grupos pudo ser efectiva a nivel nacional, este no era el caso a nivel local. Nacionalmente, los conservadores gozaban de privilegios sociales y económicos por su composición de clase alta anglicana. Esto los hacía un enemigo común ante la clase media no conformista religiosa como lo eran los liberales. De tal manera que medidas sociales eran impulsadas, siendo viable una alianza con los laboristas.

En las regiones la dinámica política fue distinta, por la composición política, social y económica particular de cada distrito o municipio. Norwich, Leeds y Leicester son ciudades que varían en su geografía, industrialización y sociedad. Sin embargo, Bernstein apunta que tuvieron un similar resultado, pues existe una constante pugna local entre liberales y laboristas. Las razones son variadas, pero el autor pone relieve en la influencia socialista entre los laboristas. Estos últimos abogaban en contra del “monopolio natural”, quienes proveían gas, electricidad, agua, leche y cuidado médico entre otros (Bernstein, 1983, p. 638). Los liberales se preocupaban igualmente porque no se vieran amenazadas las consideradas instituciones inglesas, como familia, religión, economía y un estado libre (Bernstein, 1983, p. 623). Bernstein sostiene, por tanto, que en los municipios las diferencias entre los liberales y conservadores no estaban muy bien marcadas, como así lo era con los laboristas. Esto dificultó la unión, e incentivó a los continuos conflictos internos.

El artículo de Bernstein utiliza solamente la prensa escrita como base de su trabajo. Además, solo se interesa por discutir las dinámicas de la alianza en los tres distritos de una manera breve. Esto no lo imposibilita de resaltar la importancia de la localidad para identificar otras dinámicas de la política partidista. Para el autor, es aparente que la relación entre lo nacional y regional se reduce a la jerarquía partidista que impone ciertas políticas a seguir. Sin embargo, estas políticas no son representativas de las realidades regionales, por lo que se establece un desfase entre ambos espacios, que obliga a estudiar cada uno en su contexto. Por tal razón, Bernstein establece brevemente el funcionamiento partidista a nivel nacional, para luego contraponerlas con las regionales.

Este acercamiento nacional parece similar al estudio de P.F. Clarke sobre Lancashire. Sin embargo, en realidad son dos modelos distintos de estudio regional. Al utilizar Berstein las políticas partidistas nacionales para enfatizar las diferencias con lo local, no reconoce una relación directa entre ambos espacios, más allá de órdenes directas del partido central como la alianza progresista. Clarke, por el contrario, utiliza lo nacional como parte integral del desarrollo regional, por lo que establece una continua relación entre ambos espacios, los cuáles se influencian entre sí. Puede ser que las diferencias en el acercamiento regionalista sean resultado de la región seleccionada. Como bien señala Bernstein, Lancashire era un condado esencialmente conservador, por lo que medidas laboristas eran integradas con mayor facilidad por los liberales. Pero en el caso de Norwich, Leeds y Leicester, el Partido Liberal era mayoritario, por lo que adoptar medidas laboristas puede ser considerado adverso a los intereses de una colectividad que ya es mayoría. No nos debe sorprender por tanto las pugnas contra los laboristas, contrario a lo que ocurría en Lancashire y el partido central.

El estudio de David Clark sobre Colne Valley mientras tanto, se mantiene relativamente al margen en estos debates sobre lo nacional y local. Su trabajo se centra expresamente en la ciudad de Colne Valley, no dando mucha importancia a las políticas nacionales. De esta manera es aparente que para el autor las regiones desarrollan sus propias dinámicas sin mucha intervención de la política nacional.

Estas dinámicas entre los liberales y laboristas en Colne Valley se ven reconsideradas varios años después con el estudio de Keith Laybourn y Jack Reynolds titulado Liberalism and the Rise of Labour 1890 – 1918 (1984). Estos autores se interesan por el desarrollo del Partido Laborista en el condado de West Yorkshire, al cual pertenece Colne Valley. Utilizando igualmente la prensa escrita, Laybourn y Reynolds arguyen que el crecimiento y movimiento de los trade unions fueron la razón del eventual éxito del Partido Laborista en West Yorkshire. La unión entre liberales y laboristas en el condado no rindió grandes frutos debido a liberales de la vieja guardia; entiéndase familias ricas no conformistas que se mostraban apáticos a reformas sociales. Muchos preferían unirse a los conservadores que a los laboristas (Laybourn y Reynolds, 1984, p. 151). Es por tanto que los trabajadores fueron organizándose, creando continuos grupos políticos y creando lazos con sindicalistas y trade unions. Es así que atemperan su discurso a los nuevos cambios, como la ampliación al sufragio masculino y luchas contra las nuevas tarifas al mercado.

Contrario a, donde el liberalismo adoptó medidas sociales o no había una fuerte trade union, los autores Lancanshire y Colne Valley afirman que West Yorkshire refleja de una manera más efectiva el comportamiento entre ambos partidos, debido a que el Partido Liberal tenía mayor fortaleza electoral. En su mayoría, los liberales no apoyaron a los laboristas, pero al no hacerlo garantizaron su futura caída, dado que los laboristas con su expansión e ideales fueron consolidando su poder. Aunque los liberales se encontraban en mayoría en el parlamento, Laybourn y Reynolds afirman         que los laboristas estaban erosionando el partido desde la raíz (Laybourn y Reynolds, 1984, p. 154).

La dicotomía entre lo nacional y regional para los autores es similar al estudio de P.F. Clarke y George Bernstein, donde la relación entre ambos espacios es estrecha, pero a la vez autónoma. Esto quiere decir que no identifica la localidad como un ente totalmente aparte de lo nacional por condiciones inherentes como economía, sociedad, y política. Sino que esas condiciones se relacionan, en ocasiones directamente, y en otras indirectamente. Por tal razón, Laybourn y Reynolds establecen la importancia de la industrialización, política liberal y movimientos laboristas constantes en West Yorkshire. Pero de igual manera reseñan la intervención de líderes nacionales laboristas como Ramsay MacDonald, Keir Hardie y Philip Snowden. Estos tienen una importancia sustancial en el desarrollo de la política regional, pues con continuas intervenciones organizaron los movimientos laboristas. Laybourn y Reynolds añaden que a través del tiempo el balance de poder se inclinó hacia los nacionales debido a su acceso al dinero y su dominio de las organizaciones laboristas. Como recordaremos, esto es similar al planteamiento de P.F. Clarke cuando afirma que la política nacional estaba acaparando la local debido a los nuevos intereses nacionales de los electores.

Aparte del análisis regionalista que establezca un autor, los resultados son variados de acuerdo a la región escogida. Esto parecería elemental, pero es importante poner relieve en ello. A los autores les interesa establecer el desarrollo y las relaciones entre los laboristas y liberales y, por tanto, el espacio que seleccionen puede o no representar la historia política regional de todo el país. Aunque la política de una región nos dice mucho en sí misma, no necesariamente nos refleja los otros espacios. Con esta premisa Laybourn y Reynolds arguyen que contrario a Lancashire, en West Yorkshire los liberales no asumían políticas de clase, y las convicciones religiosas no conformistas continuaban solidificadas. Así que el llamado nuevo liberalismo era prácticamente inexistente, tomando protagonismo un viejo liberalismo conservador. Por tal razón, los laboristas se organizaron lentamente para reclamar un espacio en la política partidista local. Asimismo, los autores sostienen que aunque Colne Valley no tenía un trade union con fuerza, en el Partido Laborista local sí existían sindicalistas, siendo estos el motor de la colectividad. Considerando que para Laybourn y Reynolds el condado de West Yorkshire es una mejor representación del resto del país, el estudio político regional los acerca al entendimiento del andamiaje laborista. Es decir, a las dinámicas presentadas en la estructura y liderazgo del partido desde lo local hasta lo nacional.

 

Desarrollo del estudio político regional

 

Desde la década de los noventa los estudios políticos regionales comenzaron a considerar otros enfoques teóricos y metodológicos. Un estudio emblemático que enfatiza y armoniza la relación entre el ámbito nacional y regional es el libro del británico Duncan Tanner titulado Political- change and the Labour party 1900 – 1918 (1990). Publicado en 1990, el autor sostiene que tanto los electores como los partidos no son monolíticos, pues no dependen solamente de la ideología de los intelectuales o de los intereses de los electores. Sino que también la maquinaria política, como la estructura del partido y la naturaleza del poder institucional, tanto nacional como regional, determinan los problemas y acciones hacia el futuro (Tanner, 1990, p. 12). Por tal razón Tanner indica que las localidades tienen sus propias particularidades, que para entender la política nacional hay que acercarse a cada una de ellas. Igualmente añade que la relación entre ambos espacios es estrecha, pero de acuerdo a la localidad, existe o no una influencia directa o indirecta.

Para poder reflejar su teoría sobre las particularidades de cada región, Duncan Tanner no se limita a un condado, distrito o municipalidad. Por el contrario, utilizando la prensa escrita identifica varios espacios, y reseña sus dinámicas tanto internas como externas con el partido central. Entre ellas, destaca varias ciudades del noroeste de Inglaterra, así como el condado de Yorkshire. Temas de cómo los liberales radicales se apoderaron de la política regional gracias a la ayuda de líderes nacionales, saltan a la atención (Tanner, 1990, p. 134). Sin embargo, la relación entre lo nacional y lo regional es dual, por lo que el autor afirma que el “radicalismo desde arriba a través de políticas nacionales y propaganda, debe estar acompañada de radicalismo de abajo, para garantizar la implementación de la política nacional” (Tanner, 1990, p. 81). Naturalmente esta relación variaba entre localidades, más aún si existía una presencia fuerte de la oposición. Por ejemplo, en West Lancashire y Manchester los laboristas se unieron con la clase trabajadora, desafiando así la alianza con los liberales y creando un frente a las directrices nacionales como al Partido Liberal de la región.

En fin, Tanner concluye que debido a las particularidades de cada región, no se puede ser categórico en el tipo de desarrollo de los liberales o laboristas. La política para el autor es descrita como un “sube y baja”, por lo que establecer un motivo en particular para el éxito de un partido u otro no es posible. Las dinámicas de cambio eran distintas y, por tanto, también los partidos que eran producto de estos cambios (Tanner, 1990, p. 420). Por tal razón, Tanner concuerda con P.F. Clarke y George Bernstein sobre la importancia del espacio nacional en las localidades. Esta afinidad solo se limita a lugares como Lancashire o West Yorkshire, pues no representan el resto del país. De manera que Tanner establece toda una estructura y maquinaria política complicada, que para entenderla hay que acercarse a todos los espacios posibles y sus relaciones entre sí.

Aunque la propuesta del autor parezca razonable, ningún estudio anterior se había aventurado a coquetear con conclusiones que bien podrían rayar con la ambigüedad. Anteriormente, todos los autores describían las regiones estudiadas como el modelo político del resto del país. No obstante, Tanner no está muy seguro de ello, pues acentuar un espacio sobre otro sería ignorar las innumerables dinámicas que surgen en la política regional.

Tras su inquietud de la manera en que se estudia la política regional, Duncan Tanner publica un año después el artículo Elections, Statistics, and the Rise of the Labour Party, 1906-1931 (1991). Un ensayo conciso pero revelador, el autor arremete contra los estudios que se acercan a las regiones de una manera superficial e inexacta por medio de los resultados electorales. Tanner sostiene que números como las sillas parlamentarias pueden llevar a un análisis erróneo del éxito o fracaso de un partido. Añade que hay que ser incisivos con los números para que se puedan reflejar luchas internas de las colectividades, como alianzas contra un partido, o la concentración de electores en un área geográfica (Tanner, 1991, p. 895). Por ejemplo, en la ciudad de Leeds, tras una huelga de trabajadores en 1913 se establece como el comienzo de la hegemonía de los laboristas ante los liberales en la zona. No obstante, Tanner afirma que llegar a estas conclusiones sería ignorar que la huelga solo garantizó los votos de un área de Leeds, pero que en todas las otras comunidades los laboristas iban perdiendo votos exponencialmente.

Ante estas inquietudes, el autor propone que se favorezcan los sondeos internos sobre el apoyo a un miembro del parlamento luego de varios años en el cargo. Al compararlos año tras año se puede apreciar los cambios, la extensión y las herramientas del apoyo electoral (Tanner, 1991, p. 905). Esto prueba tener mayor efectividad que analizar las elecciones generales, las cuales se ven influenciadas por todo el andamiaje electoral. Asimismo, Tanner sugiere que se estudie las primarias parlamentarias dentro de las municipalidades, pues revelan los intereses de aquellos electores que no ven a su candidato alzarse con la victoria.

Duncan Tanner es el primer historiador que plantea y reflexiona sobre los posibles errores al estudiar la política partidista regional. Las investigaciones hasta el momento se limitaban a una localidad y sus dinámicas internas, utilizando como validación los resultados electorales. Las sugerencias del autor sobre las particularidades de los espacios y las inexactitudes de algunos análisis cuantitativos desarrollan una metodología que ha estado en crecimiento por los últimos años. Esto no implica que los planteamientos de Tanner no sean debatibles, dado que se puede argumentar que el estudio de cada región no es necesario para alcanzar un análisis apropiado de las circunstancias políticas; tanto nacional como regional. De igual manera se puede cuestionar su apatía ante los resultados electorales. A pesar de que podrían estar influenciados por campañas políticas, y que los sondeos internos puedan ser más precisos sobre el apoyo partidista, el propósito de las colectividades en fin de cuentas es establecerse en el poder, y los resultados electorales son el medio para ello. De modo que el apoyo electoral es considerado por muchos el barómetro del éxito.

El debate que incentiva Duncan Tanner es necesario para el desarrollo de la metodología que ha estado en crecimiento en los años posteriores. La historia política regional ha sido reveladora de muchas dinámicas que de otra manera pasarían desapercibidas. Consciente de esto el autor desea refinar las investigaciones, y sostiene que las diferencias socioeconómicas y políticas entre las ciudades y sus electores crean un “monstruo municipal cuyos tentáculos se extienden a través de todo el país” (Tanner, 1991, p. 894).

Mientras Duncan Tanner hacía sus planteamientos sobre cómo alcanzar una historia política local más efectiva, la historiadora Pat Thane daba un vistazo a varias localidades. Para la autora, la importancia del estudio político local en la dualidad Liberal/Laborista, radica en que los eventos se reflejaron primero a nivel micro y no macro. Es así que igualmente en 1991 publica el ensayo “Labour and local politics: radicalism, democracy and social reform, 1880 - 1914”, donde se centra en el radicalismo democrático de la sociedad local inglesa (Thane, 1991). La autora arguye que el radicalismo democrático, manifestado por reformas sociales como vivienda, luz eléctrica, librerías, participación política de las mujeres y derecho al trabajo, fue la piedra angular de las luchas políticas entre liberales, laboristas y en ocasiones hasta los conservadores.

Aunque cada localidad tiene su particularidad política, en todas, el desempleo fue quien despertó e incentivó una conciencia radical entre los electores. Sin embargo, este radicalismo no podía ser totalmente empatado con los intereses de un partido, pues reducía la capacidad de apoyo electoral. Como consecuencia, en ciudades y regiones como Londres, el West Riding de Yorkshire, Bradford y Leicester se aprecian innumerables ideologías que parten desde liberales izquierdistas hasta laboristas conservadores. Interesantemente, la autora sostiene que en localidades como Leicester hubo un cambio de discurso, de uno de clase a uno de comunidad (Thane, 1991, p. 257). Existía el interés en que todos los electores se sintieran representados por las colectividades; todos unidos por mejoras sociales, independientemente su estrato social. Contrario a los deseos de Duncan Tanner, la autora utiliza los resultados parlamentarios para su análisis, pero de igual manera utiliza una variedad de localidades que la dirige por uno de los caminos trazados por el autor. Concluye, por tanto, que a pesar de las particularidades, las localidades estudiadas demuestran que fue el radicalismo, no las trade unions, quienes llevaron eventualmente al Partido Laborista a un éxito político.

Los planteamientos de la autora son novedosos y cuestionan estudios pasados de la política regional. Historiadores como Keith Laybourn y Jack Reynolds ven en entredicho su afirmación sobre la conciencia de clase en distintas regiones. A pesar de no haber considerado otros condados aparte de West Yorkshire, los autores hicieron un buen trabajo en acercarse a distintas ciudades y municipalidades de la zona. Sin embargo, como bien demuestra Duncan Tanner, está tomando fuerza un nuevo acercamiento regional que considera insuficiente el limitarse a pocos espacios. Pat Thane, al cuestionar indirectamente hallazgos como los de Laybourn y Reynolds, ejemplifica esta nueva metodología.

El radicalismo descrito por Thane cuestiona igualmente, o al menos es distinto, a los planteamientos de David Clark y Colne Valley. Para la autora el radicalismo sobrepasa los límites del socialismo, mientras que para el autor el radicalismo encontró sus límites en el socialismo ético. Nuevamente el problema radica en el objeto estudiado. Los hallazgos de Clark son convincentes y reveladores, pero es aparente que son exclusivos no solo de Colne Valey, sino de su unión obrera. Thane por el contrario aglomera una serie de regiones que le pueden dar un análisis más amplio de las dinámicas de los laboristas.

De otra parte, la autora también se suma a las discrepancias con algunos argumentos de P.F. Clarke y su estudio sobre Lancashire. La dicotomía entre clase y comunidad se ve inversa para cada historiador. Contrario al autor, la noción de comunidad que Thane utiliza se extiende más allá de la religiosa, y el fin de esta comunidad no se limita a los intereses de clase. Es aquí donde la autora introduce entre otros argumentos la figura de la mujer en la política. Las mujeres no solo tuvieron participación política dentro del radicalismo democrático, sino que para Thane son una de las causas primordiales en que los partidos decidieron extender sus reclamos sociales. De modo que la noción de comunidad fue en gran medida el resultado de la inclusión de las mujeres. Esto es interesante porque en los estudios anteriores se ignoraba la figura femenina, pasando desapercibido las aportaciones políticas y todo lo que esto significa.

Para los años noventa el interés en la política regional inglesa fue decayendo. No fue hasta el 2002 que se retomó la metodología y el interés en las dinámicas liberales y laboristas de comienzos de siglo. El libro de Jon Lawrence, Speaking for the people: Party, language and popular politics in England, 1867 - 1914, se interesa por las relaciones del Partido Laborista con los electores regionales desde la expansión del sufragio masculino hasta la venida de la Primera Guerra Mundial (2002). A raíz del sufragio, Lawrence utiliza el término política popular para referirse al nuevo electorado y su relación con la maquinaria partidista. El autor arguye que la política popular no pudo ser dominada por los laboristas, pues, aunque en teoría reclamaban ser la voz del pueblo, en la práctica se cuestionaban y temían a la nueva participación electoral dentro del nuevo modelo democrático (Lawrence, 2002, p. 264).

De tal manera que Lawrence señala que la relación entre “partido” y “público” era más bien ambigua. Una no representaba a la otra, sino que entraban en negociaciones siempre y cuando el partido así lo entendiese necesario (Lawrence, 2002, p. 164). El autor concluye, tal y como sugiere Pat Thane, que los liberales e incluso los conservadores asumían políticas radicales o sociales para atraer a los electores. Mientras tanto los laboristas se preocupaban por no verse muy radicales, por lo que asumían políticas conservadoras que no representaban la base de su electorado.

La obra de Jon Lawrence puede ser considerada como una continuación de los trabajos de Duncan Tanner, en especial por armonizar corrientes investigativas pasadas, pero a la vez plantear nuevas formas de hacer política regional. Es por tanto que intenta cubrir todas las bases del análisis regional. Primero discute las posturas historiográficas de la política popular, luego se acerca a la ciudad de Wolverhampton sin perder de perspectiva otras regiones, y por último reseña la política nacional. Bajo esta estructura, sugiere analizar las colectividades modernas como el producto y fenómeno de la política popular. Asimismo, continúa lo que Duncan Tanner y Pat Thane habían realizado sobre el considerar otros espacios regionales para un análisis más completo. Más importante aún, el reseñar la política nacional con la regional refleja su interés en abordar todas las consideraciones posibles, despertando así el debate sobre el nivel de relación entre ambos espacios.

Para el autor la influencia nacional en las regiones es continua, ya sea directa o indirecta. El solo hecho de la alianza progresista entre liberales y laboristas a nivel institucional, creaba grandes problemas locales, independientemente hubiese o no comunicación entre ambos espacios. Lawrence, al igual que George L. Bernstein, sostiene que mientras a nivel nacional la unión funcionaba, en el plano regional propició continuos conflictos por las deslealtades de un grupo hacia el otro. Ambos competían por el dominio del partido local para consolidar su poder electoral, pero al mismo tiempo no se oponían a la alianza nacional, porque esta era necesaria para combatir la política pública conservadora (Lawrence, 2002, p. 169).

Por otro lado, aparte de estudiar la política popular, Lawrence también reflexiona sobre la vida urbana; sus cambios, funcionalidad e importancia para entender igualmente la política partidista (Lawrence, 2002, p. 30). El autor sostiene que cambios de población ya sea de nativos o migrantes, y nivel de alfabetismo son esenciales para identificar el nivel de organización social y política de las regiones.

Por último, el autor recurre a otros métodos de investigación como los informes oficiales de vivienda para conocer las condiciones personales de los electores. Esto es interesante, porque a pesar de no identificar los individuos y limitarse a los resultados del colectivo, la fuente alcanza una fibra de suma importancia para los electores. De manera que se facilita el análisis por la amplitud de consideraciones.

Mientras Jon Lawrence se concentraba en las zonas urbanas, un año después la historiadora Patricia Lynch propone el estudio de las zonas rurales. La obra The Liberal Party in Rural England se concentra en tres condados rurales, y establece que entre ellos la política partidista dentro del Partido Liberal era distinta dependiendo de tradiciones políticas y religiosas, la proximidad o no de la industria, o lo predominante del sistema agrícola (Lynch, 2003). Lynch arguye que, si un condado dependía de una industria agrícola, las extensiones territoriales eran de tal amplitud que la organización política se dificultaba. Por el contrario, condados numerosos con una población industrial se organizaba con mayor facilidad por su conciencia trabajadora. Sin embargo, aunque el desarrollo partidista es distinto, el producto es el mismo, manifestándose lo que Lynch denomina como “radicalismo y comunidad”. Esto responde al sentido de comunidad que alcanzaron estas localidades, impulsando medidas radicales como una reforma agraria donde se expropie a la Iglesia y a los terratenientes de gran parte de sus tierras para proveérselas a los trabajadores. Esto buscaba otorgar una independencia política a la masa electoral rural, pues así ya no dependían social o económicamente de una elite regional.

La personalidad que se identifica en las regiones estudiadas es muestra que la política regional asume dinámicas distintas a las nacionales. Para Lynch los trabajadores rurales son el objeto principal de su estudio. Estos suman la mayoría de los electores en estas zonas y, por ende, representan los intereses del Partido Liberal local. El resultado es una categorización estricta entre lo que son los trabajadores y la elite, donde demuestra que el primero reconocía su poder electoral y ante esto hacía reclamos que fueran acorde a sus intereses. Esto es parecido a lo que Jon Lawrence destaca en su trabajo, donde la colectividad y sus electores alcanzaban unas negociaciones para verse de alguna manera representados. Es así que una vez más se pone relieve en la organización localista, y cómo estos responden a las nuevas realidades sociales y políticas. Estudios anteriores como los de David Clark sobre Colne Valley o Keith Laybourn y Jack Reynolds sobre West Yorkshire habían identificado este tipo de dinámicas.

Para Patricia Lynch la política nacional no tiene mucha participación en estos espacios. Su enfoque en las regiones rurales la enajenan de cualquier consideración nacional, pues un nuevo foco investigativo requiere toda la atención. Por tal razón la autora gira todo su trabajo alrededor de los conceptos de radicalismo y comunidad. Utilizados anteriormente por P.F. Clarke, David Clark y Pat Thane, la autora comparte algunas similitudes y diferencias con estos trabajos. Contrario a P.F. Clarke, el sentido de comunidad es el resultado de las políticas y circunstancias locales, no una afiliación religiosa preexistente a la política popular. Por tanto, al igual que Thane, trasciende la religión, pero esta vez cimentándose en los intereses comunes de los trabajadores, no de toda la región. El radicalismo por tanto es la acción de corte social de estos trabajadores. No obstante, las aspiraciones de estas acciones se limitan a una reforma agraria, y no a toda una reforma a la calidad de vida como plantea Thane. Claro está, el contraste rural y urbano pone en perspectiva los intereses regionales, por lo que una reforma agraria para las zonas rurales significaría probablemente todo un cambio a la calidad de vida. Esta limitación al radicalismo es parecida al socialismo ético de David Clark, quien afirma que en Colne Valley lo único que se aspiraba era a unas igualdades inherentes al hombre, destacándose así la representación política.

Las aportaciones historiográficas de Jon Lawrence y Patricia Lynch son importantes, en especial por el interés de identificar lo urbano y lo rural como espacios distintos que tienen sus propias particularidades. Sin embargo, estudios posteriores no necesariamente siguieron este modelo. Este es el caso de Matthew Kidd y su artículo “The Evolution of the Northampton Labour Party, 1888-1918” (2014). Kidd se enfoca en el pueblo de Northamton para establecer que el crecimiento y desarrollo del Partido Laborista local fue el resultado de un conglomerado de factores, pero que se podrían resumir en tres principales: la industrialización, los debates en torno al Estado, y la Primera Guerra Mundial.

Kidd sostiene que, como resultado de la industrialización, la industria de zapatos y botas asume un papel protagónico en la economía del pueblo (Kidd, 2014, p. 3). De este modo, el trade council fue adquiriendo cada vez más terreno en los espacios políticos y sociales. Esto no significó que de entrada el Partido Laborista tuvo representación en la localidad, pues desde finales del siglo XIX y la primera década del XX, el trade council y los trabajadores se sentían cómodos con el Partido Liberal. Esto es parecido a las regiones estudiadas por Peter Clarke, David Clark y Pat Thane. Sin embargo, la ruptura comenzó cuando el Partido Liberal se resistía a reconocer los problemas de clase, y como tal, no permitir que sus líderes obreros se adentraran a la política fuera de los confines de la colectividad. El trade council entendió que el Partido Liberal le servía como una camisa de fuerza, por lo que poco a poco fue gravitando fuera de la colectividad. En este proceso el trade council fue creando alianzas con líderes socialistas de la localidad, quienes luego fundan el Partido Laborista de Northampton.

Este proceso, según Kidd, no fue unilateral y uniforme, por lo que hay que tomar otras consideraciones para entender el desarrollo del Partido Laborista. En este escenario se encuentra la legitimación de los líderes obreros. Para Kidd, el trade council y los socialistas tuvieron que demostrar su compromiso y liderazgo con los trabajadores a través de huelgas, trades unions, y puestos políticos locales y nacionales (Kidd, 2014, p. 15). Figuras como James Gribble y Edward Poulton fueron ejemplo de esto, cuya imagen garantizó además una legitimación de los trabajadores y del Partido Laborista, que a su vez le incrementó el electorado. Pero no fue hasta la Primera Guerra Mundial que el electorado comenzó a cruzar líneas partidistas de forma exponencial al Partido Laborista. En esta coyuntura la colectividad comenzó a impulsar la intervención del Estado en las actividades económicas y sociales del pueblo, como así también la participación del país en la guerra.

Las conclusiones de Matthew Kidd sobre las dinámicas entre los distintos espacios de estudio ameritan ser destacados. El autor sugiere que la relación entre lo internacional, nacional y local no se debe ignorar en los estudios regionales. Todo es un proceso que depende de distintos factores y circunstancias. Duncan Tanner había hecho hincapié en esto, al igual que Peter Clarke varias décadas antes. Sin embargo, Kidd hace un esfuerzo por mantener un balance entre las aportaciones de distintos espacios al partido político estudiado. Considerar, por ejemplo, los efectos de la Primera Guerra Mundial en una localidad, demuestra las innumerables posibilidades históricas que pueden ofrecer otros espacios.

Es interesante notar que Matthew Kidd asume un enfoque metodológico más tradicional en comparación a los estudios de las dos décadas anteriores. El autor enfatiza en el problema de clase y no se aventura a desarrollar conceptos tales como la política popular de Jon Lawrence o la comunidad de Pat Thane. Sin embargo, esto no mina su análisis, dado a su enfoque inclusivo donde todos los eventos y circunstancias aportaron de una forma u otra al Partido Laboral. Para Kidd, asumir conceptos como los anteriores, sería reducir y encasillar toda la complejidad existente de la época.

 

A manera de cierre

 

A manera de cierre, el estudio político regional inglés en su modalidad sobre el debate laborista y liberal, ha demostrado una conciencia y desarrollo regionalista que le ha permitido identificar, cuestionar y aclarar las dinámicas políticas de todo el país. Desde el estudio de P.F. Clarke se ha identificado la localidad como una de las mejores maneras para entender todo el andamiaje político. Sin embargo, este método investigativo no es sistemático ni estático. A través de los años ha sido objeto de debate, en especial su rol dentro de la política, como así también los resultados que esta ofrece.

La dicotomía entre lo local y nacional es un tema obligado en este tipo de estudio, pues para entender los límites y significados de la primera hay que establecer su relación con la segunda. Aunque historiadores como David Clark no establecieron una relación entre ambos espacios, es evidente que el consenso entre los otros autores es la existencia de la misma, ya sea directa o indirectamente. Mientras que trabajos como los de P.F. Clarke establecen cómo la política nacional acaparó las localidades, historiadores como Duncan Tanner hacen hincapié en las particularidades de cada espacio. De tal manera que las políticas o líderes nacionales influyen a una localidad de acuerdo a sus propias dinámicas políticas. Esta misma afirmación es utilizada como sugerencia a una nueva forma de política local, cuestionando así el modelo investigativo de un solo condado o municipio. No nos debe sorprender por tanto algunos resultados e interpretaciones distintas entre algunos autores con temas como el radicalismo y la comunidad.

Además de las sugerencias de Duncan Tanner, los estudios políticos locales fueron introduciendo otros acercamientos que refinaron la investigación. Estudios de la mujer de Pat Thane, la política popular de Jon Lawrence y las dinámicas rurales de Patricia Lynch son solo algunos ejemplos. No obstante, quedan otras consideraciones que no se han utilizado.

Los estudios hasta el momento se han basado en el colectivo, poniendo relieve en el desarrollo de una comunidad o un grupo ideológico dentro de una región. Pero sería interesante que se resaltara y analizara a los electores individualmente. De manera que, al identificar datos personales como la edad, familia, o comunidad donde reside se pueda crear perfiles que al sumarlos resulten en otras fuentes de análisis. Ejemplo de esto sería establecer conflictos o movimientos generacionales, familias o linajes en el poder, o las influencias de ciertas comunidades sobre otras. Desafortunadamente, un estudio de esta clase dependería grandemente de los censos, los cuales no siempre están disponibles. Sin embargo, ciertamente su manejo ofrecería otro modelo aparte de la tan utilizada prensa escrita. En fin, es evidente que el estudio regional ha demostrado que abre la puerta a un sinnúmero de posibilidades y consideraciones de la cual la historia política partidista puede beneficiarse.

 

Bibliografía

 

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Clark, D. (1981). Colne Valley: Radicalism to Socialism: The portrait of a Northern constituency in the formative years of the Labour Party 1890 - 1910. United Kingdom: Longman group.

Clarke, P. F. (1971). Lancashire and the New Liberalism. Cambridge: Cambridge University Press.

Kidd, M. (2014). The Evolution of the Northampton Labour Party, 1888-1918. Ex Historia. 1-33. Recuperado en: https://www.academia.edu/34663295/The_Evolution_of_the_Northampton_Labour_Party_1888_1918

Lawrence, J. (2002). Speaking for the people: Party, language and popular politics in England, 1867 - 1914. Cambridge: Cambridge University Press.

Laybourn, K. y Reynolds, J. (1984). Liberalism and the Rise of Labour 1890 - 1918. New York: St. Martin’s Press.

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Tanner, D. (1990). Political change and the Labour party 1900 - 1918. New York: Cambridge University Press.

Thane, P. (1991). Labour and local politics: radicalism, democracy and social reform, 1880 – 1914. En E. F. Biagini y A. J. Reid (eds.) Currents of Radicalism: Popular radicalism, organized labour of party politics in Britain, 1850 - 1914. Cambridge: Cambridge University Press.

 

 

Recibido: 09/03/2021

Evaluado: 19/04/2021

Versión Final: 03/06/2021

 



(*) Magister en Historia de África y Doctor en Historia de Puerto Rico y el Caribe (Universidad de Puerto Rico). Catedrático Auxiliar (Universidad de Puerto Rico). Puerto Rico. Email: edgardo.ramirezrivera@upr.edu. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5166-1277

[1] Traducido por el autor de este ensayo, la oración original dice “it is impossible to study political history on the national level without an understanding of local variations of which each party was ultimately composed.” Patricia Lynch escribió esta oración haciéndose eco del también historiador británico Duncan Tanner.