Las mujeres y el desarrollo: Una aproximación a las investigaciones de la Universidad de Nairobi en el distrito Kakamega

 

Mirta Noemí Pieroni[1]

 

Durante la década pasada se publican, en casi todas partes del mundo, numerosos trabajos que abordan la problemática de las relaciones de género, y más específicamente, de las mujeres. Las universidades y sus institutos de investigaciones no quedan al margen de esta tendencia, sino que por el contrario, aportan métodos y herramientas conceptuales que permiten superar las problemáticas iniciales de las biografías individuales y de la “invisibilidad” de las mujeres en la historia y el desarrollo humano, para incorporarlas definitivamente, junto a los hombres, como protagonistas y hacedoras de la historia, aunque su voz, casi siempre, resulte un eco lejano mediatizado por la palabra y la voluntad de los hombres.

En el marco de las investigaciones emprendidas, durante esa década, por institutos universitarios africanos, específicamente, pueden mencionarse aquellas que realiza el Institute of African Studies perteneciente a la Universidad de Nairobi, en Kenia, que ejecuta el programa denominado The Woman Studies Project.

Éste proyecto se corresponde con la acuciante situación de las mujeres de Kenia, debido a que ellas son, en más del 18 % de los casos, las que encabezan los hogares del país. Kenia, hoy, cuenta con más de 25 millones de habitantes que aumentan a un ritmo aproximado del 4 % anual, y que para el 2000 duplicarán la oferta de mano de obra existente antes de los 80, en una nación que desde hace años se caracteriza por la desocupación crónica.

El proyecto se propone realizar trabajos de campo en catorce distritos, a razón de dos por provincia, con el objetivo expreso de obtener información referida a la participación de las mujeres en el desarrollo tanto a nivel local como nacional. Además se trata, a partir de estas informaciones y de su difusión, de identificar y eliminar aquellos elementos que obstaculicen la eficaz participación de las mujeres en las tareas productivas.

Resulta sumamente interesante verificar las continuas revisiones y rectificaciones a que es sometido el proyecto. Así, en Kakamega y Siaya se abordan las cuestiones vinculadas a las mujeres en la historia, la agricultura, la salud, y la división de tareas. Es, a partir de la discusión de esas experiencias, que se proyecta ampliar las investigaciones para abarcar también a las mujeres y la ley, la literatura y los medios de comunicación, el empleo formal, la educación, y el status en la sociedad.

No obstante la valiosa información que proveen los textos incluidos en Women and Development in Kenya. Kakamega District[2], puede observarse que el exclusivo interes por abordar la cuestión de las mujeres y el desarrollo, llevan a un descuido por las precisiones conceptuales. También podría aprovecharse mejor el esfuerzo investigativo e incluir algún tipo de recopilación de la tradición oral, y preservar la memoria colectiva de las mujeres.

La mayoría de los estudios, asimismo, se refieren a las mujeres que viven en el ámbito rural de Kakamega, pues es en el campo donde habita la mayor parte de la población de Kenia. Sin embargo, el constante aumento de la población disminuye la escasa tierra cultivable disponible para cada campesino –0,75 ha. en 1975 a 0,2 ha. que se calcula para el año 2000. La excesiva subdivisión de la tierra torna al sector de pequeños propietarios rurales inviable económicamente hablando y da origen a migraciones internas del campo a las ciudades, no preparadas para recibirlas, incrementando así el hacinamiento y la marginalidad.

Los hombres son los primeros en migrar, por lo tanto las esposas quedan solas en el campo con sus hijos, a los que no pocas veces deben mantener sin ninguna ayuda, pues con frecuencia los esposos forman una nueva familia en los suburbios de las grandes urbes.

El estado keniano implementa planes a nivel nacional para tratar de revertir esta situación, pero sus resultados positivos se observarían en el siglo que viene. Mientras tanto, tal como comprueban los trabajos de campo en Kakamega, las entidades estatales difunden sólo entre el campesinado masculino los avances técnicos, pero como parte de ese sector emigró a las ciudades, entonces en muchos casos las mujeres son las que realmente trabajan sin conocer esas nuevas técnicas (aplicación de fertilizantes y plaguicidas entre otras) o las usan mal y de manera contraproducentes para los cultivos.

Las investigaciones realizadas en trece divisiones de Kakamega por Colette Suda demuestran que el uso de plaguicidas y tractores quedó en manos de los hombres de una restringida y próspera[3] minoría, que reparte de manera desigual entre hombres y mujeres los beneficios obtenidos de la mayor productividad de sus cultivos comerciales. En este sentido, los estudios de campo demuestran que en el interior de los grupos domésticos involucrados en este proceso, las decisiones en materia de inversiones se constituyen en una prerrogativa casi exclusiva del esposo que agudiza, así, la brecha entre los géneros en el distrito.

Las investigaciones publicadas en 1990 acerca del distrito Kakamega, uno de los más poblados de Kenia, ponen en evidencia el nivel generalizado de pobreza y las desventajas de las mujeres respecto de los hombres. En este sentido, resultan sumamente ilustrativas las estadísticas que se publican, y en las que es dable observar el desigual reparto de las tareas entre los géneros, en el interior de los grupos domésticos de Kakamega, ya que existen actividades que los hombres nunca realizan –preparación de comidas, acarreo de agua, limpieza de la casa y ropa- o que solo realizan ocasionalmente –recolección de leña, cuidado de niños-. Las mujeres, en cambio, realizan desde niñas todas esas tareas, más algunas de las tradicionalmente reservadas a los hombres, como el pastoreo de ganado y además, suelen buscar trabajo asalariado ocasional fuera del hogar.

Uno de los pocos paliativos, a la situación de las mujeres, que hasta ahora muestran algún resultado positivo, parece provenir de la solidaridad entre las propias mujeres que integran grupos de autoayuda orientados a colaborar en algunas de las muchas tareas que deben desempeñar.

 



[1] Profesora de Historia. Instituto Superior del Profesorado Nº 3. Docentes en Institutos de Educación Superior y Media.

[2] WERE, Gideon; Women and Development in Kenya. Kakamega District, Nairobi, 1990.

[3] El término próspera tiene sentido no como valor absoluto sino en comparación a la paupérrima situación del resto del campesinado de Kenia.