Entrevista a Alberto Rex González. De la marcha zapatista, indigenismo y otros temas

 

El Dr. Alberto Rex González, nació en Pergamino, Provincia de Buenos Aires, en l918. Estudió en la Universidad Nacional de Córdoba y se recibió de médico cirujano en 1945. Pero muy tempranamente se dedicó de lleno a la arqueología. Doctor en Antropología por la Universidad de Columbia en 1948, fue profesor en las Universidades del Litoral, Córdoba, La Plata y visitante en Harvard. Es profesor honorario y doctor honoris causa de varias otras universidades. Autor de 120 trabajos y libros de su especialidad, presidió el XXXVI Congreso Internacional de Americanistas; integró la expedición franco-argentina a Nubia, Sudán; visitó los templos Kmer en Camboya y el sitio prehistórico de Olduvai en Tanzania. Fue consultor de la UNESCO para la preservación de monumentos en Perú y Bolivia, Jefe de Arqueología del Museo y Facultad de Ciencias Naturales de La Plata, Director Nacional de Antropología y Director del Museo Etnográfico de la UBA. Fue Investigador e integró el directorio del CONICET. Miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes y Ciencias y del Instituto Alemán de Arqueología.

Fechó y dató en el tiempo culturas enteras como la de la Aguada o Condorhuasi y miles de piezas arqueológicas excavadas en Catamarca, Córdoba, Salta, Tucumán, San Luis y Santiago del Estero, en la provincia de Buenos Aires y en el Sur argentino.

Entre sus distinciones figuran: Premio Nacional de Ciencias (1964), Premio Cincuenta Aniversario de la Society for American Archeology (1986), Ciudadano Ilustre de Buenos Aires, Diploma de honor de la Asociación Indígena Argentina, Konex de Platino, Premio Diego Alcorta de la Sociedad Argentina de Humanismo Médico y Medalla del Bicentenario de la Smithsonian Institution, de Washington, en 1999.

 

- Parece difícil poder llegar a tan importante personalidad, como es Usted, pero este recibimiento en su casa, nos causa mucha emoción por el reencuentro. ¿Cómo está Don Alberto?

 

Muchas gracias, el agradecido soy yo por esta visita. Saben que recuerdo con mucho cariño a los amigos de Villa Constitución. Estoy recuperándome de una intervención quirúrgica que me hicieron en diciembre y para hacerlo mejor, viajé a México. De allí vengo con las fuerzas renovadas y con muchas ganas de trabajar porque seguí la marcha del Ejército Zapatista. La marcha del Subcomandante Marcos, que pasó por las tierras de Emiliano Zapa­ta. Los miembros de este ejército de Liberación Nacional impulsan una ley sobre derechos y cultura indígena. Fue algo grandioso el apoyo popular a nivel de cada región por la que pasaban y la serie de personalidades del mundo que los acompañaron, como el caso de José Saramago, premio Nobel portugués, Alan Touraine, politólogo francés, Manuel Vázquez Montalbán, escri­tor español, y otros como Danielle Mitterrand.

 

- ¿Cómo fue la marcha?

 

Salió el 24 de febrero de La Realidad, San Cristóbal, desde la selva Lacandona, el corazón sureño del estado de Chiapas para iniciar un reclamo justo que lleva siete años de luchas.

La ruta de este viaje siguió por Juchitán, Oaxaca, Puebla, Ixmiquilpan, Nurio, Toluca y continuará con una caravana de tres mil personas, por los núcleos más representativos de presencia indígena en México. Lamentablemente por razones de pasaje no pude quedarme hasta la llegada al Distrito Federal el próximo 11 de marzo.

 

- ¿Que impresión se trajo?

 

La situación que los pueblos indígenas mexicanos, sufren desde hace más de quinientos años se reflejó en las palabras de este nuevo líder tan preparado que es Marcos. Somos la dignidad rebelde.

Y en la localidad de Nurio sesionó entre el 2 y 4 de marzo el Congreso Nacional Indígena, que aprobó la realización de una movilización en respaldo a la caravana zapatista que marcha hacia la capital recorriendo en dos semanas tres mil kilómetros, para que reconozcan los derechos indígenas en la Constitución.

Realmente son manifestaciones multitudinarias las que apoyan el movimiento. Se cree que la llegada será el acontecimiento de masas más multitudinario de estos tiempos.

Los reclamos están basados en la "Ley Cocopa" que en l996 fue elaborada por una comisión de legisladores y en ella se retoma lo más importante de los Acuerdos de San Andrés, firmados al co­mienzo de ese año por el gobierno y el ejército zapatista. Los puntos más importantes son el derecho a la autonomía incluyente, es decir que se reconoce su diferencia, pero siguen siendo mexi­canos, sin romper la unidad nacional, respetando los derechos humanos, especialmente el de la mujer indígena. Que deben ser tomados en cuenta cuando se tomen decisiones que los afecten, que tienen derecho a estar representados en el Congreso. En definitiva que se respete su cultura y organización social; la historia y su lengua al igual que la forma de gobernarse.

 

- Cuéntenos sobre sus proyectos.

 

En México pude consultar bibliografía y materiales para trabajar sobre la cultura Hualfín. Los hualfines, pertenecían a la "nación diaguita" o "calchaquí" y ocuparon los valles Calchaquí en Salta, Tucumán y casi todo el territorio de las provincias de la Cata­marca y La Rioja. El área de los diaguita se define porque hablaban la lengua kaka o kakana -"serrano" en quichua-. Por los datos arqueológicos se conocen tres grupos culturales asentados en los valles Calchaquí, Yocavil y Halfín.

Los españoles se establecieron como señores en estos pueblos, obligando a los nativos a trabajar y pagar tributo. El hecho de tomarlos como mano de obra indiscriminada, generó la resistencia que a partir de 1560 estuvo al mando de "Juan Calchaquí".

Los hualfines formaron uno de los señoríos. Señorío es una reunión de tribus y el jefe de los hualfines, fue el cacique Chalimín, que produjo el Gran Alzamiento en 1630. Y es en Améri­ca una de las primeras rebeliones contra los españoles. Y quiero unirlo con este último gran alzamiento que se está produciendo en México con los zapatistas.

Porque este Chalimín era un personaje extraordinario, peleó durante cinco años hasta que lo vencieron, lo descuartizaron y su cabeza fue enviada a la plaza de La Rioja.

El general español Gerónimo Luis de Cabrera tenía intenciones de acabar definitivamente con este levantamiento en todo el ámbito diaguita. A lo largo del valle Hualfín los primeros tiem­pos de la guerra hicieron que la figura del gran jefe se encum­brara. Finalmente otro Capitán Pedro Ramírez de Contreras hizo su entrada en el valle y venció al gran curaca. Lo tomó preso y lo descuartizó.

Entonces yo lo que quiero es reivindicar la memoria de este líder indígena y generar un gran movimiento para que se levante un monumento en el lugar donde estuvo expuesta su cabeza. Toda su lucha fue una epopeya de movimiento libertario.

 

- Es poco conocido el tema.

 

Sí, y lo importante es que ahora continúa ese movimiento no solamente indigenista, sino también agrario, pero esto no es más que una lucha de más de quinientos años de opresión, que con­tinúa.

Vamos a ver si con una colega hacemos un libro, empezando por el origen de esta cultura, dado que ya tenemos toda la arqueolo­gía y la información histórica que empalma con lo arqueológico, entonces continúa una sola cosa y ver cómo un movimiento que se inicia tan temprano (1630) continúa hasta la actualidad y tiene un sentido de contenido humano y social. Porque realmente es una enseñanza.

En el segundo período, el Gran Alzamiento no es un episodio aislado en la historia del Noroeste Argentino, es la verdadera guerra de la Independencia Diaguita, durará casi treinta años con el armamento más común de los rebeldes: "las puntas de flecha".

Después vienen los movimientos del falso inca Bohórquez, que no era inca, era español. Un embaucador, andaluz, Pedro Chamijo, que renunciando a su apellido se hizo llamar "Titaquín" (señor, padre, rey en lengua kakana) y también Huallpa (como su supuesto abuelo Atahualpa en lengua quechua) porque decía ser nieto del Inca. Un impostor que engañó a estos pueblos, con la anuencia de la Iglesia y el poder real dándoles otra vez la ilusión de liber­tad. Muchos jefes lo siguieron gestando un movimiento importan­te. Sin embargo luego de tantas mentiras y peripecias, fue apre­sado y ejecutado en Lima, como "Falso Inca Pedro Bohórquez", después de acabar con la libertad y cultura de un pueblo.

Los hualfines quedaron abatidos, despedazados una vez que los han vencido a los jefes. A lo que queda del pueblo lo mandan a Córdoba y ahí desaparecen y a los otros después del movimiento de Bohórquez los mandan a Quilmes. Desarraigo y destrucción.

 

- El triste destino de los Quilmes que finalizó con otra historia.

 

Según datos cerca de 11000 almas fueron trasladadas fuera de su tierra natal. Dramático final, que castigó el propósito liber­tario de estos movimientos. Era la manera que tenían los españo­les de hacer desaparecer estas etnias.

Así como la barbarie cometida con sus ruinas, excavaciones y reconstrucciones, por ej. cuando hicieron "hombres-muñecos- para ilustrar la vida del Pucará. En la actualidad construyeron sobre su perímetro un gran hotel con fines turísticos.

 

- Usted, en su último libro habla de "barbarie cultural".

 

Y por eso es tan importante hacer conocer estas rebeliones porque se han difundido otras como las de Tupac Amaru, las de Estados Unidos entre los indios pueblos y en México, pero son bastante más tardíos. Este alzamiento que está entre los prime­ros es interesante por lo espontáneo ante la opresión, la expo­liación, porque el tratamiento que le daban los españoles era realmente "inhumano" a lo largo de los Andes y en toda América.

En la actualidad, y volviendo nuevamente a México, estos movimien­tos universales de liberación adquieren una dimensión que nunca tuvieron. Uno ve estos grupos mayas, tienen una conciencia increíble. Han matado millones y los que quedan siguen con una lucha que no es para los grupos indígenas solamente, sino para los agricultores y también el proletariado; una causa nacional. Son problemas de tipo universal, que pasan las fronteras de las etnias.

 

- ¿Hay otro tipo de trabajo sobre estos temas?

 

El caso de mi hija Ana, que es Antropóloga y está en estos momentos participando de una Convención en Washington con agrupaciones indígenas. Hay luego otra reunión en Ginebra, donde ya se incorporan los sociólogos, antropólogos para estudiar el problema de estos pueblos. Porque ellos han tomado una conciencia muy grande de sus problemas y los pueden discutir en pie de igualdad con los dirigentes blancos. Sin embargo lo más relevante son los movimientos de lucha generados en estos últimos años como el liderado por el Subcomandante Marcos, que solicitan leyes de derecho, cultura y autonomía para las cincuenta y seis etnias que pueblan México.

 

- Agradecemos nuevamente la amabilidad para recibirnos y a la espera de su nuevo libro nos haremos eco de su inquietud para generar un movimiento que reconozca la figura del Gran Chalimín y se construya un monumento en la Plaza de la ciudad de La Rioja.

 

 

Entrevista realizada por Berta Wexler

en Buenos Aires, el 06 de marzo de 2001.