Arqueología en Arroyo Seco: El sitio "Playa Mansa 1"

 

Sandra Escudero[1]

 

Introducción

Las investigaciones en el sitio arqueológico "Playa Mansa" se encuadran dentro de un proyecto mayor que focaliza en el estudio de los sistemas de asentamiento, subsistencia y tecnología de los pobladores humanos que habitaron el Borde Oriental de la Pampa Ondulada, con especial énfasis en el actual territorio de la provincia de Santa Fe. Mediante un estudio arqueológico regional se prevé como objetivo general analizar las posibles formas en que se relacionaron con el medioambiente las sociedades humanas desde los primeros momentos de ocupación hasta el siglo XIX.

A los fines de este artículo, se presentan las diferentes tareas, tales como prospecciones areales, sondeos y trabajos de excavación sistemática que se han llevado a cabo en el sitio Playa Mansa 1 (Arroyo Seco), en el marco del proyecto general.

 

Planteamientos teórico-metodológicos

Las sistematizaciones arqueológicas de la cuenca del Paraná[2] enfatizaron en clasificaciones culturales basadas en estilos cerámicos. Si bien posteriormente Ceruti[3] incorporó al esquema de Serrano[4] aspectos medioambientales, el punto de apoyo continuó siendo la alfarería considerada como un marcador étnico. A diferencia de estos trabajos, esta investigación busca integrar diferentes aspectos de la actividad humana, para comprender la dinámica cultural más allá de la producción de un tipo particular de tecnología, como es la alfarería.

La estructura local, esto es, la distribución diferencial de los distintos elementos del paisaje (recursos alimentarios, combustible, materias primas, entre otros), crea a los grupos humanos problemas que son resueltos a través de la toma de decisiones en cuanto al uso de lugares para actividades específicas.

Se asume entonces que las poblaciones humanas hacen un uso diferencial del espacio, a partir de características intrínsecas del paisaje que, coadyuvando con necesidades y preferencias de los grupos humanos, determinan por parte de éstos la toma de decisiones respecto a uso y desarrollo de actividades[5].

El uso tanto ocasional como recurrente, al igual que el no uso de espacios específicos, produce un registro particular que a su vez está afectado por los procesos diacrónicos de orden natural y cultural[6].

El enfoque que se toma aquí es de "patrones remanentes de asentamiento" (en el sentido de Dewar and McBride[7]), focalizando por lo tanto en las dinámicas espaciales y temporales del uso de los lugares por parte de la gente del pasado y la forma en que esas dinámicas cambiaron diacrónicamente.

Evaluar las respuestas posibles que dieron estos grupos al problema ecológico-adaptativo, a partir de análisis intra e intersitios posibilita efectivizar inferencias sobre el uso del espacio, explotación de recursos, y tecnología de los grupos humanos que habitaron el área a través del tiempo.

 

Descripción general

"Playa Mansa 1" (en adelante, PM1) es la denominación del sitio arqueológico que se encuentra al sur de la localidad de Arroyo Seco, cercano al límite con Fighiera. El sitio se encuentra ubicado en el borde oriental de la Pampa Ondulada[8], en la desembocadura al Paraná de un antiguo cauce cuya reactivación parcial por erosión retrocedente forma en la actualidad una pequeña cañada.

Fitogeográficamente, se encuentra dentro de la Pampa santafesina, definida por Lewis[9] como una unidad donde la vegetación dominante la constituyen las praderas o pseudoestepas, con ausencia casi total de árboles, excepto en algunas áreas bajas, en que se pueden encontrar chañares.

En términos zoogeográficos, forma parte del Dominio Pampásico de la Subregión Guayano-brasileña, Región Neotrópica[10]. Por su localización en ámbito ribereño, en la clasificación de fauna acuática de Pozzi[11] , el sitio se encuentra dentro de la Región Amazónico-platense.

Las prospecciones realizadas desde 1995 evidencian material arqueológico en superficie a lo largo de la playa, tanto sobre el río Paraná como sobre el borde sur de la cañada. Asimismo, hay elementos culturales enterrados y en posición estratigráfica en el perfil sur de la cañada.

En la actualidad, el sector norte del sitio tiene ocupación humana permanente (con edificaciones), como así también ocupaciones ocasionales de pescadores y acampantes. El sector oeste está dedicado a la explotación agrícola, y hay una casa en proceso de construcción. El tránsito animal y vehicular es cotidiano.

 

Geología y geomorfología

El sitio forma parte de una unidad geomorfológica que Iriondo[12] denomina "Area con paleocauces enterrados", dentro de la Región Loéssica (Dominio Eólico). Pasotti[13] denominó a este conjunto como el "último paleomodelo de red hidrográfica pleistocénica", cuyo entramado se alteró por neotectónica, habiéndose generado tres grandes bloques separados por geofracturas a su vez cortadas por dislocaciones transversales. Este conjunto interrumpió el paleomodelo dando como resultado la red hidrográfica actual, superpuesta a la anterior, con la cual sólo coincide de manera excepcional y por breves trechos.

San Cristóbal (comunicación personal), ha establecido que el sitio arqueológico está ubicado en una ensenada originada en la desembocadura de uno de estos antiguos tributarios del Paraná. La erosión actual del río Paraná forma un corte en la barranca de materiales aluvionales donde se diferencia el contraste entre la paleosuperficie ‑un paleosuelo que contiene el material arqueológico‑ y la cubierta de aluvión que vería entre uno y tres metros en sección vertical.

El material arqueológico se encuentra localizado en el paleosuelo, que es una misma unidad caracterizada por un color cuyas tonalidades varían del gris al negro y de un ancho que en el perfil expuesto varía entre los 0,40 y los 0,80 m.

Por debajo del yacimiento arqueológico la actividad natural es relativamente calma, sin escurrimiento severo, a diferencia del depósito ulterior moderno, en que aparecen paleocauces y líneas de tosca (stonelines), que indican una dinámica mucho más intensa, intervalos de inestabilidad ambiental en que la superficie no presentaba condiciones de protección suficiente. El tránsito y el cultivo son los dos factores principales del proceso erosivo y deposicional.

 

Antecedentes de investigación

En cuanto a investigación arqueológica en la zona, los antecedentes se reducen a hallazgos aislados de tierras cocidas hasta mediados de siglo, y de una punta de proyectil confeccionada sobre hueso[14] . Más recientemente, se han localizado cinco sitios arqueológicos, dos de los cuales han sido parcialmente excavados, recuperándose restos cerámicos, líticos y faunísticos[15].

En la Pampa Ondulada bonaerense han sido localizados varios sitios arqueológicos[16] en contexto fluvial, y los materiales recuperados consisten recurrentemente en restos de alfarería de factura y decoración similar, material lítico y en ocasiones elementos arqueofaunísticos.

 

Las investigaciones en el sitio PM1

Desde Junio de 1995, y en virtud del permiso otorgado en el Convenio Nº104/95 firmado entre las Municipalidades de Arroyo Seco y de Rosario, se realizaron algunas visitas al sitio arqueológico PM1, llevándose a cabo tareas de evaluación y diagnóstico, y de clasificación de materiales arqueológicos depositados en el Museo Público Municipal de Arroyo Seco.

Los materiales localizados en el Museo, producto de recolecciones superficiales efectuadas con anterioridad tanto por vecinos como por personal del Museo en distintas oportunidades, se encontraban pre-clasificados en bolsas etiquetadas, por cuanto la política de la institución fue de requerir al/los recolector/es información acerca del sector de proveniencia de los mismos dentro del área del sitio. Los materiales consisten en: cerámicos, líticos, osteológicos y arqueofaunísticos. Los tiestos cerámicos, son por lo general de buena factura, y los hay tanto lisos como decorados (incisos y con pintura roja); los elementos líticos consisten fundamentalmente en desechos de talla de calcedonia y secundariamente de cuarcita; el material óseo humano está muy fragmentado, tratándose de huesos del cráneo (incluyendo maxilares, con dientes que evidencian marcado desgaste abrasivo), fragmentos de una pelvis, y epífisis proximales de dos fémures (derecho e izquierdo). Los restos arqueofaunísticos son muy fragmentarios, la mayoría no identificables, y algunos correspondientes a fauna hoy localmente extinta (cérvidos).

Desde el mes de Septiembre de 1995, comenzaron a participar activamente en el proyecto tanto alumnos como maestras de escuelas de Arroyo Seco. Se llevó a cabo una recolección sistemática de superficie, esto es, se trazó una transecta paralela a la playa, estableciéndose cada 15 metros unidades de recolección de 2 m. x 2 m., recogiéndose todo lo que cayera dentro del rango de la unidad. El material recolectado fué colocado en bolsas etiquetadas y trasladadas al Museo, donde se procedió a su clasificación, la que consistió inicialmente en tipológica (cerámica - hueso - lítico - valva - vidrio); posteriormente se distinguieron características de tamaño y forma, para determinar preservaciones superficiales diferenciales en función de la actividad del río.

Asimismo, se prospectó a pié la zona al norte y al sur del sitio, localizándose y recogiéndose materiales arqueológicos en la playa.

A partir de estas tareas, se programó una campaña de excavación arqueológica que se efectivizó entre el 10 y el 20 de Octubre de 1996, y que contó con la colaboración de estudiantes de las carreras de Licenciatura en Antropología (orientación arqueología) de la Universidad Nacional de Rosario, y de Conservador de Museos de la Municipalidad de Rosario.

Se realizó el cuadriculado del terreno a excavar, en unidades de 2 m. x 2 m., nominadas alfanuméricamente (v.g., A1, B1, B2, etc.). Alfabéticamente, desde A, de Este a Oeste a partir de la cañada, y numéricamente en orden creciente desde el río Paraná. Según las posibilidades logísticas, se decidió excavar 3 unidades, las cuadrículas E1, E4 y F4.

La parte superior del sitio, una cubierta aluvional de unos 0,30 m., estéril arqueológicamente, se retiró a pala. A partir de allí, la excavación se realizó con cucharín, estecas, cepillos, pinceles, etc., como es habitual. Dada la indiferenciación del sedimento, se establecieron niveles artificiales de 5 cm., pasándose por cernidor (en agua) de 0,01 m. de malla todo el sedimento extraído. Asimismo se tomaron por nivel muestras de sedimento para ser analizadas en laboratorio. Se tomaron alrededor de ochocientos registros tridimensionales, recuperándose varios miles de tiestos cerámicos, instrumentos líticos y desechos de talla (sobre calcedonia, cuarcita y cuarzo), y restos arqueofaunísticos, principalmente de roedores como nutria -Myocastor coipus-, otros más pequeños aún no identificados, y un cérvido.

Se registró la proveniencia de los ítems recuperados, entendiéndose por tal el registro tridimensional de su localización (la profundidad y las distancias al Norte y al Este de la cuadrícula). Esto permite una posterior reconstrucción del sitio en un modelo de simulación del mismo, al poder re-situar cada elemento en su localización original.

Asimismo se registró la orientación, esto es, el ángulo de desviación de la longitud mayor del ítem con respecto al eje Norte-Sur de la cuadrícula. Se establecieron cuatro categorías de orientaciones (Norte-Sur, Sudoeste-Noreste, Sudeste-Noroeste u Oeste-Este), para poder evaluar la incidencia de factores naturales tales como cursos de agua que pudieron en el pasado afectar la distribución de los materiales.

Durante el trabajo de campo fue registrada también la horizontalidad de los materiales, estableciéndose tres categorías según el grado de inclinación (directamente observable) con respecto al suelo:

- Buena (B): de 0° a 30°,

- Regular (R): de 30° a 60°, y

- Mala (M): de 60° a 90°.

Los recaudos metodológicos tienen que ver con la obtención de la mayor cantidad de información fiable posible en cuanto a la estructura interna del sitio. Es conocido el hecho de que los arqueólogos, al excavar, destruyen su fuente de información, y por lo tanto toda información que no haya sido convenientemente registrada en el momento e in situ, se perderá para siempre.

La limpieza, clasificación y análisis de los materiales recuperados se lleva a cabo en los Laboratorios de la Escuela Superior de Museología, con miras a determinar la funcionalidad del sitio arqueológico en el pasado.

 

Discusión

De los sitios arqueológicos relevados hasta el momento en la zona, PM1 es sin duda el más complejo tanto por la cantidad como por la variabilidad de los materiales que lo conforman. El instrumental lítico presenta recurrentemente rastros de talla bipolar, una técnica que permite maximizar el aprovechamiento de las rocas. Puesto que en la provincia de Santa Fe no existen canteras de rocas, las fuentes de aprovisionamiento de materia prima lítica se encuentran a distancias de varios cientos de kilómetros desde el sitio -posiblemente de las sierras de Córdoba o del sur de provincia de Buenos Aires-. Esto, sumado a que los aspectos tecnológicos del material cerámico estarían señalando por su parte una confección basada en la potenciación de la transportabilidad de los objetos, permite afirmar tentativamente que se trataría de grupos cazadores-recolectores nomádicos o semi-nomádicos.

En cuanto a los factores de formación del registro arqueológico, la cañada al norte del sitio PM1 es una característica fisiográfica configurando una frontera natural que establece el límite de las dispersiones del material arqueológico. Enfatizando el rol de la perturbación y transporte fluvial, se considera que, originadas en concentraciones discretas de artefactos (= sitios), las piezas individuales han sido removidas de su contexto por acción fluvial, y diseminadas a través del terreno. En este sentido, Bintliff y Snodgrass[17] señalan que la distribución de la alfarería a partir de un sitio debería ser mínima pendiente arriba de la fuente supuesta, por lo que no es esperable que los tiestos estén siendo transportados varios centenares de metros contra la corriente natural del Paraná. En todo caso, y en concordancia con lo anterior, es esperable que el registro superficial al norte y al sur de la cañada sea consecuencia de la erosión del río sobre otros loci de actividad hoy indetectables salvo por estos hallazgos ocasionales.

La distribución espacial de los ítems ‑su orientación y horizontalidad‑ como así también su tamaño y estado de abrasión por rodamiento, son consecuencia de las condiciones en que se produjo su depositación. En este sentido, el análisis de los tiestos y la presencia bien conservada de restos óseos implicarían que el sitio retiene un alto grado de integridad conductual.

 

Conclusión

Todo problema de investigación requiere de relevancia científica, humana y contemporánea (en el sentido de Pardinas[18]). Considerando que la investigación arqueológica posibilita el estudio de los procesos socioculturales de los grupos humanos que habitaron una región determinada a través del tiempo, la investigación que se propone aquí está enfocada hacia la búsqueda de información y conocimiento acerca de un área casi marginal en la arqueología argentina. C. Ceruti[19], ha señalado que el vacío en el conocimiento arqueológico de la zona produce sesgos en la interpretación arqueológica nacional, los que no pueden salvarse mediante especulaciones, sino con trabajo profesional.

Complementariamente, el conocimiento del pasado y de la vida de los antiguos pobladores de la Pampa Ondulada aparece como extremadamente fragmentario y confuso, carente de bases arqueológicas o de análisis etnohistóricos confiables. El resultado es la negación o la distorsión del pasado pre-hispano, con consecuencias negativas en la construcción de una identidad local propia. Se establece un corte absoluto con el pasado regional, que comienza así con la llegada de los europeos, con cuya descendencia biológica y cultural se busca primariamente la identificación.

En cambio, la apropiación cultural del pasado indígena aparece como una opción interesante en cuanto a interpretación y uso del pasado. Esta alternativa permite a la comunidad reconocer un origen diferente al indígena, pero al mismo tiempo le posibilita encontrar en el pasado aborigen elementos útiles desde distintas perspectivas, sea como elemento simbólico de diferenciación con respecto a otros grupos y regiones, como elemento de cohesión de grupo, o bien como recurso económicamente explotable, a través del turismo, de la manufactura de objetos y del uso de diseños conocidos arqueológicamente.

Se establece así una adscripción cultural en la construcción de una identidad, que se reconoce

como esencialmente diferente de las de otras localidades y regiones. Hay interés y valorización de toda la historia, la propia y la de la región.

Los objetos y sitios arqueológicos son los indicios que posibilitan el acceso al pasado, su reconstrucción, conocimiento, apropiación y difusión.

 

Notas



[1] Licenciada en Antropología. CONICET. Departamento de Arqueología, U.N.R.

[2] Torres, L. M. "Arqueología de la Cuenca del Río Paraná". En: Revista del Museo de La Plata, XIV, La Plata, 1907; Outes, F. "Nuevo jalón septentrional en la dispersión de las representaciones plásticas de la cuenca paranaense y su valor indicador". En: Anales de la Sociedad Científica Argentina, LXXXV, Bs. As., 1917; Lothrop, S. K. "Indians of the Parana Delta", Annals of the New York Academy of Science, XXXII, 72, New York, 1932; Serrano, A. "Líneas fundamentales de la arqueología del Litoral. (Una tentativa de periodización)". Instituto de Antropología, XXXII, Córdoba, 1972.

[3] Ceruti, C.N. "Cambios climáticos y poblaciones prehispánicas en el litoral argentino". Conferencia en el Primer Simposio Internacional sobre el Holoceno en Sudamérica. Paraná. 1988.

[4] Op. Cit.

[5] Wandsnider, L. "Archaeological Landscape Studies". en: J. Rossignol and. L. Wandsnider (eds.), Space, Time, and Archaeological Landscapes. Plenum Press, New York and London, 1992, pp. 285-292.

[6] Schiffer, M.B; Formation Processes of the Archaeological Record. University of New Mexico Press, Albuquerque. 1987; Toward the Identification of Proceses of Formation. American Antiquity, 1983 (48):675-706.

[7] Dewar, R. and K. Mcbride. "Remnant Settlement Patterns", en: J. Rossignol and. L. Wandsnider (eds.), op.cit., pp 227-255.

[8] Pasotti, P. "La Neotectónica en la llanura pampeana. Fundamentos para el Mapa Neotectónico". Instituto de de Fisiografía y Geología. Publicaciones LVII, Rosario, 1974.

[9] Lewis, J.P. "La vegetación de la provincia de Santa Fe". Sociedad Argentina de Estudios Geográficos, Serie Especial 9. 1981.

[10] Ringuelet, R. "Rasgos fundamentales de la zoogeografía de la Argentina". Physis 1961 (22):151-170.

[11] Pozzi, A. "Sistemática y distribución de los peces de agua dulce de la República Argentina". Anales de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos GAEA 7.

[12] Iriondo, M.; "Geomorfología del cuaternario santafesino", EN: D´Orbinyniana, 1987.

[13] Pasotti, P., op. cit.

[14] Castellanos, A. "Punta de flecha ósea descubierta en el pampeano medio del arroyo Saladillo (Rosario, Sta. Fe)". Instituto de Fisiografía y Geología, Publicaciones 22, Rosario, 1944.

[15] Escudero, S. "Evaluación de contexto de depositación en ambientes fluviales. Propuesta de un modelo y su aplicación al sitio Bajada Guereño (Provincia de Santa Fe)". Tesis para Licenciatura en Antropología, Rosario, 1996. Mimeo.; Escudero, C.S. y F. Letieri. "Informe preliminar del sitio “Bajada Guereño” (V°. Gdor. Gálvez, Provincia de Santa Fe)". En: Actas del XI Congreso Nacional de Arqueología Argentina, San Rafael, Mendoza, 1994.

[16] Ameghino, F. La Antigüedad del hombre en el Plata. 1917; Conlazo, D. Los indios de Buenos Aires (Siglos XVI-XVII). Búsqueda-Yuchán, Bs.As., 1990.

[17] Bintliff, J. and A. Snodgrass. "Off-Site pottery distributions: A Regional and Interregional Perspective". Current Anthropology 29:506-513. 1988.

[18] Pardinas, F. Metodología y técnicas de investigación en ciencias sociales. México, S. XXI, 1993.

[19] Ceruti, C. N. "Algo sobre crítica y autocrítica en arqueología". En: Revista de Antropología, Año I, Nro. 1:19-24.