Ricardo Caballero y el radicalismo santafesino de la primera mitad del siglo XX

 

Oscar R. Videla(*)

 

El articulo trata de reconstruir el derrotero político de Ricardo Caballero dentro de la tradición del radicalismo santafesino a lo largo de poco más de medio siglo (fines del siglo XIX a mediados del siglo XX), particularmente porque creemos que el mismo contribuye a explicar algo más que los muy particulares recorridos de un político y de la tradición política a la cual el personaje siempre se sintió adscripto (un radicalismo entendido mas como cuerpo de tradiciones políticas y filiaciones de lealtades consulares que como estructura partidaria), sino porque también es una vía de acceso para comprender una experiencia posterior, el peronismo. En este sentido postulamos que la experiencia caballerista había preparado a los actores locales para el populismo peronista. En este caso podríamos referimos al caballerismo en términos de un “populismo antes del populismo”, que a lo largo de su experiencia histórica (casi medio siglo) recorrió el camino completo de sus varias tensiones ideológicas, sean estas topologizadas a izquierda o derecha, reaccionarias o progresistas.

Ricardo Caballero, nació en Ballesteros Viejo (Córdoba) el 5 de diciembre de 1876 dentro de una familia de vieja data en la región[1]. Muy joven parte a Paraná de donde regresa egresado como maestro de su Escuela Normal, seguramente de allí provendrán algunos de los pocos rasgos positivistas en el cuadro de sus muy heterogéneas influencias[2]; allí también es donde, posiblemente, establece sus primeros contactos con el radicalismo a través de los Laurencena.

Posteriormente estudia medicina en la universidad cordobesa, recibiéndose en 1902. Allí frecuenta círculos político-literarios vinculados a ideas socialistas y anarquistas, influencia esta que se hace evidente en los primeros años de vida política.

Para el cambio de siglo, Ricardo Caballero se ha mudado a Rosario, ciudad que ya no abandonará y con la que se identificara su figura de allí en más. En ella ejerce su profesión de médico y se convertirá en un activísimo militante del radicalismo, teniendo una destacada actuación en la revuelta de 1905[3]. La acción que, más allá de su fracaso coyuntural, marcará a fuego al propio radicalismo no será solamente un paso importante en la constitución interna del partido, sino que por otra parte será una prueba más de un estrecho vínculo que el político ha estado estableciendo con algunos sectores del movimiento obrero local, y que ya se había expresado en la crítica coyuntura de la huelga de dependientes de comercio del año anterior[4]. En la ocasión Caballero escribe “Sangre proletaria” una clara convocatoria a los obreros a la insurrección:

¿Qué pueblo es este, nos hemos dicho ayer, en esa tarde melancólica, en presencia del oscuro muerto, que permite impasible el asesinato de sus trabajadores?

¿Qué pueblo es este, que contempla en silencio, quizás amedrentado, el galope de una horda asesina? ¿El espíritu sanchezco ha invadido ya todas las almas?

¿No hay un grupo de hombres que hable al pueblo para aconsejarle que no se deje asesinar cobardemente?

¿Y esto quedará impune?....

Si este no es aún el momento ¡oh! Pueblo de Rosario, preparaos, porque ya está cercano. Si por hoy es casi imposible la justicia como la soñamos, como la soñáis, pensad que la venganza es también una de sus formas.

¡Ah, si el pueblo se diera cuenta de lo que es capaz!”[5]

El vínculo con los trabajadores y algunos sectores del movimiento obrero (obreros de los mataderos, carreros, obreros municipales, etc.) tenderá a la permanencia, tanto como para que el insistente aserto que algunos militantes anarquistas participaron en la revolución de febrero de 1905 sea considerado sino una posibilidad cierta, por lo menos un resabio de las simpatías que el movimiento generó entre los trabajadores rosarinos por esos años profundamente impregnados por las ideas y prácticas del anarquismo[6].

En este sentido Caballero traía al radicalismo un bagaje (discursivo, pero pronto se hará evidente que también se podía contabilizar en votos) que este no incluía originalmente: una interpelación a los “ciudadanos”, típico del discurso radical, pero en clave “social” que en el caso de Caballero tomaba los rasgos de los obreros.[7]

Durante los años que vendrán, pero particularmente en los prolegómenos de 1912, Caballero y sus seguidores construirán un discurso político que a los clásicos tópicos del radicalismo (impugnación moral, reparación, causa contra el régimen, etc.), le agregan un agresivo nacionalismo “criollista”, pro-obrero por antipatronal y en algún sentido xenófobo por su impugnación a la burguesía local (conformada en gran medida por extranjeros); al mismo tiempo profundiza otro aspecto de su discurso político, la constante referencia a la filiación del federalismo del siglo XIX con el radicalismo yrigoyenista a través de reivindicación de las figuras de los caudillos de esa raíz, y muy en particular del Brigadier General Juan Manual de Rosas[8]. El peso de este componente discursivo es tan importante que Caballero será considerado años después como uno de los primeros antecedentes del revisionismo histórico, tanto por estos como por analistas posteriores.[9]

Para fines de la primera década del siglo XX, Caballero ya es uno de los dirigentes clave del radicalismo y en este sentido su presencia será central en la coyuntura política que derivara en la participación del radicalismo en las elecciones de 1912. Si bien es para esos años un yrigoyenista confeso, forma parte de la dirigencia santafesina que tuerce la voluntad del líder radical, promoviendo la participación del radicalismo en las elecciones a gobernador que, bajo el influjo del reformismo saenzpeñista, se realizaran en Santa Fe en 1912 (influjo y no la obligación, ya que las leyes nacionales no tenían jurisdicción sobre las elecciones provinciales).

Figura expectable del radicalismo, es mencionado como posible candidato a encabezar la fórmula gubernativa radical, aunque con menores posibilidades que el “patriarcal” santafesino Iturraspe o el “hombre nuevo” de las colonias, Lehman; pero su doble condición de ex-anarquista y de hombre identificado con el sur, frustra mayores logros quedando nominado como vicegobernador, detrás de una figura sino menor por lo menos más opaca, pero que reúne la condición de estar firmemente asentado en la ciudad capital.[10]

Con la contribución del voto rosarino, que indudablemente está compuesto en buena parte por los trabajadores a los que apelaba del discurso caballerista, el radicalismo triunfa en la provincia, haciéndose de los electores suficientes para imponer su fórmula: Manuel Menchaca – Ricardo Caballero.

 

Resultados electorales en el municipio de Rosario (1912)[11]

 

Partido

Votos

%

UCR

6.153

46,50

Liga del Sur

4.682

35,50

Coalición

2.318

17,50

Otros

76

0,50

Total

13.229

100,00

 

Ya en el ejercicio de la vicegobernación, se verá directamente involucrado en el conflicto agrario que estalla casi paralelamente a la coyuntura electoral, a su solicitud integra la Comisión que mediara en la huelga agraria (el Grito de Alcorta), junto con el terrateniente de origen español Toribio Sánchez y el también español J. Daniel Infante, con quien tejerá un fuerte vínculo político que llevará a este a la Intendencia de Rosario.[12]

La gestión de este muy particular republicano (que se autodefinía como socialista práctico, al igual que otro reformista español fuertemente vinculado a Rosario, Juan Bialet Masse[13]) fue sin dudas una de las más polémicas y particulares del periodo, tanto por el grado de conflictividad social en que se desenvolvió, pero particularmente por la nueva actitud que el ejecutivo municipal adoptaba ante la misma, reconociendo la justeza de los reclamos y aún alentándolos.[14]

Pero los conflictos rurales y obreros no son los únicos que revuelven el ámbito provincial y el rosarino en particular[15]. El propio partido gobernante rápidamente entra en un sinfín de conflictos que estallan a poco de iniciarse la gestión, las apetencias propias de un partido que ha dado cabida en los últimos meses a todo aquel que pudiera acercarle votos, la tradicional disputa regional (no solo entre el norte y sur, sino también con el poderoso impulso del oeste “colonial”), las idas y venidas del Comité Nacional en la vida partidaria provincial, pintan el panorama de un radicalismo que, en la coyuntura de un régimen de participación ampliada, demuestra tanto un dinamismo tan poderoso que le permitirá ganar cualquier elección de ahí en más, como una constitutiva inestabilidad producto del pragmatismo de las heterogéneas fuerzas que lo integran.[16]

En este contexto, Caballero será uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical de Santa Fe, que se escinde del radicalismo del Comité Nacional en 1915 y será más conocida como “disidente”, y que al año siguiente llevara a la gobernación a Rodolfo Lehmann. El año 1916 lo es también de la crucial elección presidencial donde se aplica por primera vez las leyes del 12. Junto con las provinciales los disidentes ganan también la mayoría de electores presidenciales, convirtiéndose de hecho en el fiel de la elección nacional. En esa coyuntura le cabrá a Caballero una participación clave como negociador por radicalismo disidente durante el colegio electoral que le daría la primera presidencia a Yrigoyen.[17]

Elegido diputado nacional por el radicalismo disidente para el periodo 1916-18 y luego para el 1918-22, no llega a cubrir este último al ocupar una banca en el Senado nacional en 1919; en la función parlamentaria se destacará por sus preocupaciones sociales, la reivindicación de los caudillos y ciertas intervenciones de impacto en la época: como en el debate sobre derogación ley de jubilaciones o en el desafuero del senador socialista Del Valle Ibarlucea.[18]

No por ello esta ajeno a la política local y santafesina, implicado constantemente en las refriegas partidarias que pululan en el radicalismo rosarino, en particular sobre el recurrente tema de la cuestión social, logra mantener durante estos años su presencia tanto dentro del partido disidente, como sus vínculos con partes significativas del movimiento obrero (empleados municipales, carreros, ferroviarios, etc.) a partir de su clásico discurso nacional-obrerista (compuesto por dosis variantes de criollismo, reivindicaciones obreras, exaltación del federalismo y sus caudillos, xenofobia antiburguesa, etc.).

Su peso político en la ciudad se ve expresado fundamentalmente en el éxito electoral relativo que logra mantener en una posición solo expectante a la oposición demoprogresista. A punto de la disolución del radicalismo disidente, producto de las profundas divisiones internas tanto entre los representantes del norte y sur como al interior de cada una de estas (1919), y en las vísperas de su pérdida de apoyos en el gobierno provincial, tras el ascenso de los partidarios antipersonalistas el Comité Nacional, logra ser elegido senador nacional. Las gestiones de Cepeda, Mosca y Aldao, lo mantendrán relativamente alejado de ejercicio del poder directo a través del aparato provincial, razón por la cual enfocara su labor en el parlamento nacional.[19]

Incorporado nuevamente en el radicalismo del Comité Nacional (luego del cisma antipersonalista) y con el triunfo del radicalismo yrigoyenista provincial en 1928, ejerce una función en algún sentido ejecutiva en Rosario, esta vez como jefe político. En esta función otra vez se destaca por la intervención directa a favor de las reivindicaciones de los obreros en huelga y la profunda inquina que genera tanto entre los líderes políticos locales (demoprogresistas, radicales antipersonalistas, luego también dentro de los yrigoyenistas) como también entre los corporativos, en particular la dirección de la Bolsa de Comercio.[20]

Durante ese álgido año la ciudad (y la campaña circundante) están en constante zozobra por la combinación de las huelgas (particularmente del transporte en la ciudad y de los braceros en el campo) y la represión que pronto se desatará con fuerza, en ese contexto la gestión caballerista de los conflictos obreros en Rosario han creado tantos adversarios dentro como fuera del partido de gobierno que este se ve obligado a renunciar cuando el gobierno provincial lo abandone a su suerte y aliente la intervención de tropas por parte del ejecutivo nacional.[21]

Nuevamente alejado del yrigoyenismo en los últimos años de la década del veinte, el golpe de 1930 lo encuentra en la oposición interna a este.[22] Aunque todavía dentro del partido, no por ello deja de alentar alguna que otra experiencia obrerista local, como el intento de constitución de un Partido Radical Obrero por referentes de su tendencia interna.[23]

La inconstancia del personaje al interior de las líneas internas del radicalismo, es una atribución característica de Caballero, pero no por ello deja de serlo de buena parte de los componentes del radicalismo local y aun del mismo Partido Demócrata Progresista. Tal vez sin la misma asiduidad que en los tiempos del régimen oligárquico, pero en ocasiones con la misma celeridad, los dirigentes partidarios locales tienen un algo grado de “volatilidad” respecto de sus lealtades, ejemplo de los cuales pueden ser precisamente Ricardo Caballero o el mencionado J. Daniel Infante o el siempre ubicuo Juan Cepeda.[24]

Un buen ejemplo de ello nos lo ofrece la coyuntura posterior al golpe. Tras el mismo, junto con otros referentes del radicalismo local participa de las primeras gestiones tendiente a la reorganización del partido; Pero luego de la fracasada experiencia electoral del radicalismo en la provincia de Buenos Aires y en las vísperas de las nuevas elecciones, Caballero rompe lanzas, nuevamente, con el Comité Nacional y forma parte de los radicales que se acercan a Agustín P. Justo, integrándose a través de la Unión Cívica de Santa Fe, que formará parte de la alianza que llevara a aquel (fraude mediante) a la presidencia de la Nación, a la Concordancia. En la ocasión su presencia nuevamente es central en las negociaciones, personalmente el mismo Caballero se había entrevistado con Justo en octubre del 30 para ofrecerle ser prenda de unidad de un radicalismo reconstituido en un obvio lanzamiento de su candidatura, meses después, ya en representación de la UCR de Santa Fe será uno de los máximos promotores de esta.[25]

La abstención del radicalismo del Comité Nacional, hace innecesario el fraude, habiendo entonces ganado la provincia el Partido Demócrata Progresista y por tanto controlando también la administración rosarina, sea por el designado Intendente, como por su control del Concejo Deliberante.

 

Composición del Concejo Deliberante 1932[26]

 

Agrupación

N° de Concejales

Partido Demócrata Progresista

15

UCR de Santa Fe

5

Partido Socialista

3

UCR Comunal

1

Partido Socialista Independiente

1

Total

23

 

La aplicación de la Constitución de 1921 y la inmediata convocatoria a elecciones para convencionales municipales y renovación del Concejo, no mejora la situación, quedando en manos del PDP la mayoría y relegando a los partidarios de Caballero (el más importante Faustino Infante, hijo de su aliado político de 1912) al lugar de oposición obstruccionista típico de la política municipal.[27]

En este contexto, las perspectivas del reciente tránsfuga se ven claramente disminuidas de lograr algún lugar espectable en cualquiera de éstos ámbitos (provincial y/o municipal); situación que salva logrando ser designado por Justo, Presidente de la Caja Nacional de Ahorro Postal, desempeñándose en ese cargo entre 1932 y 1936.[28]

Durante esos años, donde trasiega entre Buenos Aires y Rosario, logra fortalecerse como uno de los líderes más importantes del sur provincial (junto con su anterior “enemigo” interno, Juan Cepeda) de radicalismo de Santa Fe, partido que durante esos años (en particular a partir de 1937) adoptara el camino del fraude como el más experto de los partidos conservadores.[29]

También de esos años es la clara evolución hacia la derecha de Ricardo Caballero, en contracara con su denigrado PDP, mientras este más se recuesta hacia un discurso de izquierda (o con más precisión, liberal de izquierda), Caballero tensa las vetas más reaccionarias de su discurso nacionalista. El nativismo que lo había caracterizado desde fines del siglo XIX, se refuerza ya no con el componente antipatronal (aun antiburgués) de las décadas pasadas, sino con cada vez más constantes referencias casi xenófobas tanto hacia los extranjeros (de los que solo se salvan los llamados “gringos viejos”, acriollados por las circunstancias y el tiempo), como hacía las “ideas foráneas”[30], todo un tópico del discurso reaccionario de la década del treinta.[31]

Luego de la intervención nacional al gobierno demoprogresista de Luciano Molinas en 1935 y de los trágicos sucesos del mismo año que dejaran nuevamente vacante la senaduría nacional por Santa Fe por el asesinato de Enzo Bordabehere en el recinto del Senado, el clima político santafesino se enrarece crecientemente, pero es también la oportunidad para que el líder rosarino vuelva a tener una mayor figuración.

Con el acceso de la UCR de Santa Fe a la gobernación, mediante el ejercicio de un fraude de proporciones magnificadas por la importancia del distrito santafesino en el cuadro de las subsecuentes elecciones presidenciales, Caballero como parte del consabido reparto de cargos bajo la matriz norte/sur será designado, nuevamente, Senador nacional por Santa Fe en 1937. En esta función permanecerá hasta el golpe del 4 junio de 1943, llegando a desempeñar la vicepresidencia del cuerpo durante los últimos dos años.[32]

Enfrascado en las pujas facciosas que dividen al radicalismo concordancista[33], que a la distinción regional norte/sur que ha marcado a los partidos santafesinos, agrega las siempre tensas relaciones con el líder indiscutible del partido (Manuel de Iriondo); y en un ambiente político que necesita en mucha menor medida de la legitimación por el voto (y menos aún del conflictivo llamamiento obrerista de su discurso de los veinte), Caballero va abandonando los tópicos “sociales” de su predica política y no verá como se va corroyendo su caudal de adherentes entre aquellos a los que ya no interpelaba como nativos y obreros, sino solamente por un “argentinismo” cargado de resonancias exclusivamente tradicionalistas.[34]

Tal vez como una paradoja que por lo mismo hace evidente esta orientación, Caballero defiende la innecesariedad del voto libre precisamente en la sesión del Senado donde se discute sobre la condición física para gobernar del presidente Roberto Ortíz, quien había iniciado los primeros pasos de una salida “democrática” al régimen fraudulento:

“¿Puede sostenerse que en cualquier país, pero sobre todo en el nuestro, en el que los nativos carecen de medios económicos –los extranjeros los poseen todos-, la democracia liberal y el voto libre, ha de conducirnos al régimen de la democracia solidaria, en el cual deben existir jerarquía, fe religiosa, limitación de libertades peligrosas como la de la prensa? ¿Puede creerse que el voto libre va a entregar a los nativos la dirección del país como sería justo? ¿Que va a eliminar la máquina para devolver al obrero el oficio adquirido en un largo aprendizaje que la máquina distribuída sin reglamentación le ha arrebatado? ¿Puede sostenerse que el voto libre eliminará en la industria la competencia ilimitada? ¿Que alejará de los umbrales del trabajador envejecido o enfermo, los efectos de la miseria y del hambre que está siempre presente en ellos y que lleva una desesperante inquietud a su espíritu?...

Yo aceptaría desde mi punto de vista argentino el postulado de la democracia liberal, de que el poder legítimo emanado de la mayoría de esos registros [se refiere a los padrones], pero cuando él se aplicara a países de unidad racial o de población para los que fué concebido originalmente. Pero entre nosotros en la condición presente de nuestro pueblo nativo ¿qué puede resolver de trascendente ese voto libre, manejado por extranjeros o por extranjerizantes que poseen casi todos los medio económicos, y que los esgrimen desde las filas de todos los partidos, cada día con mayor desenfado, contra el pasado del país y también con el designio casi confesado de arrebatarnos totalmente nuestro patrimonio y con él, hasta el recuerdo de lo que fuimos?[35]

Figura importante de la política santafesina hasta el golpe de 1943, luego de esta fecha su estrella política declinará ostensiblemente; en la crucial coyuntura de los orígenes del peronismo, cuando el conjunto de las fuerzas políticas, sindicales y aún corporativas de la ciudad están en ebullición, realiza un último intento de reacomodamiento político que lo llevará rápidamente al fracaso. A despecho los múltiples lazos que lo hacían un personaje plenamente articulable tanto con ideas como con las prácticas del naciente peronismo[36], Caballero terminará alineándose con la coalición antiperonista, saludando sin pudores la presencia del ex embajador Spruille Braden en la ciudad y editando un folleto alabando el legado anglonorteamericano en las independencias latinoamericanas.[37]

De allí en más el viejo caudillo sólo conservara la espectabilidad que le da su cátedra universitaria de Historia de la Medicina y de las Doctrinas Médicas en la sede rosarina de la Universidad Nacional del Litoral (en la que estaba desde 1919) hasta su jubilación forzada en 1955.[38] Recluido en su muy particular mansión en las afueras de Rosario (Hume) fallece el 16 de julio de 1963 a los 87 años.[39]

Todo pareciera indicar que la experiencia política que encarnaba Caballero debería circunscribirse aquel periodo cuando su figura era insoslayable en la política local, provincial y aun nacional (1900-43); pero creemos que el caballerismo explica algo más que los muy particulares recorridos de un político, es también una vía de acceso para comprender la experiencia posterior, el peronismo. En este sentido la experiencia caballerista había preparado a los actores locales para el populismo peronista. En este caso podríamos referimos al caballerismo en términos de un “populismo antes del populismo”[40], que a lo largo de su experiencia histórica (casi medio siglo) recorrió el camino completo de sus varias tensiones ideológicas, sean estas topologizadas a izquierda o derecha, reaccionarias o progresistas.

 

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RESUMEN

 

Ricardo Caballero y el radicalismo santafesino de la primera mitad del siglo XX

 

El articulo trata de reconstruir el derrotero político de Ricardo Caballero dentro de la tradición del radicalismo santafesino a lo largo de poco más de medio siglo (fines del siglo XIX a mediados del siglo XX), pero particularmente creemos que el mismo contribuye a explicar algo más que los muy particulares recorridos de un político, es también una vía de acceso para comprender la experiencia posterior, el peronismo. En este sentido postulamos que la experiencia caballerista había preparado a los actores locales para el populismo peronista. En este caso podríamos referimos al caballerismo en términos de un “populismo antes del populismo”, que a lo largo de su experiencia histórica (casi medio siglo) recorrió el camino completo de sus varias tensiones ideológicas, sean estas topologizadas a izquierda o derecha, reaccionarias o progresistas.

 

Palabras clave: Ricardo Caballero - radicalismo - Santa Fe - populismo

 

 

ABSTRACT

 

Ricardo Caballero and "Radicalism" in Santa Fe during the First Half of the 20th Century

 

The article is an attempt to reconstruct the political course of Ricardo Caballero within the tradition of Radicalism in Santa Fe throughout a bit over half a century (between the end of 19th century and halfway the 20th century). However, we think that it particularly contributes to the explanation of something that goes beyond the very peculiar courses a politician might take. It is also a way to understand the subsequent experience of "Peronism". In this sense, we state that the experience of "Caballerism" had prepared the local actors for "Peronist" populism. In this case, we might refer to "Caballerism" in terms of a kind of “populism before populism” which, throughout its historical experience (almost half a entury), underwent fully its several ideological tensions, whether they belonged to the left or right, the reactionary or the progressive typology.

 

Key Words: Ricardo Caballero - Radicalism - Santa Fe - Populism

 

 

Notas



(*) Dr. en Humanidades y Artes (Mención en Historia). UNR – CONICET – ISP N° 3. E-mail: vidwol@citynet.net.ar

[1] Para unas breves referencias biográficas y un más extenso análisis del impacto de la obra y pensamiento de Ricardo Caballero. Cfr. VIDELA, Oscar; "Ricardo Caballero. Un acercamiento a través de los estudios histórico-político y de la historiografía reciente" EN: VIDELA, Oscar R. y ZANELLA, Eduardo J. (compiladores); Historia & Política. Cuestión social, radicalismo y revisionismo en Ricardo Caballero, Imago Mundi. Colección Bitácora Argentina, Buenos Aires, 2005.

[2] Respecto de su formación durante su estadía en la citada Escuela es muy interesante la versión que da el propio protagonista en un apartado de uno de sus menos conocidos libros. CABALLERO, Ricardo; Yrigoyen. Aspectos ignorados de una vida, Ed. del autor, Rosario, 1957. pp. 126-148.

[3] Casi medio siglo después la revolución de 1095 será la oportunidad para que Caballero realice tanto una de las más coloridas (y exhaustivas) crónicas del acontecimiento como un balance de algunos momentos que él consideraba culminantes de su carrera política. Cfr. CABALLERO, Ricardo; Yrigoyen. La conspiración civil y militar del 4 de febrero de 1905, Ed. Raigal, Bs.As., 1951. Reeditado por ed. Libros de Hispanoamérica, Bs. As., 1975.

[4] Sobre la presencia de Caballero y otros dirigentes "reformistas" prestando su adhesión a la huelga, Cfr. La Capital, 01 de julio de 1904. Sobre la conflictiva coyuntura de esta huelga y las particularidades de la misma tanto para la vida política como corporativa de la ciudad de Rosario, Cfr. FALCON, Ricardo; La Barcelona argentina, Laborde Libros, Rosario, 2005 y PONS, Adriana y VIDELA, Oscar; "Una corporación frente a la cuestión social: La Bolsa de Comercio de Rosario ante los conflictos obreros a principios del siglo XX"; EN: Anuario 15, Escuela de Historia, FHA, UNR, Rosario, 1993.

[5] “Sangre proletaria” (23 noviembre de 1904). EN: CABALLERO, Ricardo; Discursos y documentos políticos del Dr. Ricardo Caballero, ed. Sociedad de Publicaciones El Inca, Bs. As., s/f. (c. 1929), Compilación de Roberto A. Ortelli, p. 391-2.

[6] Uno de los primeros, sino tal vez el primero en indicar tal vínculo fue Ricardo Falcón. FALCÓN, Ricardo, "Izquierdas, régimen político, cuestión étnica y cuestión social en Argentina 1890-1912", Anuario, Escuela de Historia, Universidad Nacional de Rosario, N° 12, 1987. FALCON, Ricardo; "Elites urbanas, rol del Estado y cuestión obrera (Rosario 1900-1912)", EN: Estudios Sociales, Santa Fe, UNL, Nº 3, 1992. FALCON, Ricardo; MONSERRAT, Alejandra. “Estado provincial, partidos políticos y sectores populares. (El caso de Rosario: las elecciones de 1912 y los conflictos sociales), en: Cuadernos del CIESAL, Rosario, año I, Nº 1, Segundo Semestre de 1993.

[7] La obra más completa sobre este particular vínculo es sin dudas la de Matt Karush. Cfr. KARUSH, Matt; Workers or Citizens: Democracy and Identity in Rosario, Argentina (1912-1930), University of New Mexico Press, Alburquerque, 2001.

[8] Algunos fragmentos de sus discursos pueden servir de ejemplificación: "A veces la vieja, agonizante nacionalidad intentó protestar, pero pronto la nueva patria poderosa pudo silenciarla con disparos, y se resignó sin darse por vencida, convencida de que aquellos derrotados por su lanza heroica eran los victoriosos del presente, representantes de una tiranía mil veces más detestable que aquella que habían combatido: los viejos caudillos, caballerescos y brutales, que salvaron su independencia, habían sido reemplazados por los gerentes de fábrica, por los administradores del ferrocarril, por los operadores de puerto, por las grandes empresas extranjeras, a quienes los gobiernos traidores habían entregado la soberanía nacional en contratos unilaterales.

Jóvenes radicales: El radicalismo debe reparar todas esas injusticias. Ustedes son, repito, sus abanderados: comprendan la inmensidad de su tarea. Aporten toda la nobleza y el altruismo de la vieja nacionalidad, que no debe morir porque fue demasiado grande, demasiado poética, demasiado generosa" “Primer ensayo de sufragio libre" (21 de enero de 1912). EN: CABALLERO, Ricardo; Discursos... , op. cit., p. 335-36. "No hubo en el pasado, señor presidente, caudillos desenfrenados y bárbaros seguidos de multitudes salvajes, sino hombres inspirados en la simplicidad heroica de la vieja patria, que no quería morir en el silencio de una absorción injusta y brutal. Por eso, contra esta civilización que presentían falsa, egoísta y sórdida, se levantaron en el fondo de sus llanuras apacibles... aquellos grandes movimientos de pueblos que nuestros historiadores oficiales han calumniado con la palabra "caudillismo", sinónimo para ellos de barbarie e ignorancia." "Discusión de los Diplomas de Senadores por La Rioja", EN: “Sangre proletaria” (23 noviembre de 1904). EN: CABALLERO, Ricardo; Discursos..., op. cit., p. 249.

[9] Respecto de los revisionistas, Cfr. D´ATRI, Norberto; "El revisionismo histórico. Su historiografía", EN: JAURETCHE, Arturo; Política Nacional y revisionismo histórico, ed. Peña Lillo, Bs. As., 1982 (6º edición). JAURETCHE, Arturo; Política nacional y revisionismo histórico, Peña Lillo. Bs. As., 1959. ROSA, José María; Historia del revisionismo y otros ensayos, Merlin, Bs. As., 1968. CAPONNETTO, Antonio; "Contribución bibliográfica para el estudio del revisionismo histórico argentino", EN: Revista del Instituto de Investigaciones Históricas "Juan Manuel de Rosas", Bs. As., Enero/marzo 1993, Nº 30. Respecto de los analistas del fenómeno revisionista, particularmente Cfr. HALPERIN DONGHI, Tulio: “El revisionismo histórico argentino como visión decadentista de la historia nacional”, en: Punto de Vista, Bs. As., Nº 19, 1985. SVAMPA, Maristella; El dilema argentino: civilización o barbarie. De Sarmiento al revisionismo peronista, El Cielo por Asalto, Bs. As., 1994. QUATTROCCHI-WOISSON, Diana; Los males de la memoria. Historia y política en la Argentina, Emece, Bs. As., 1995.

[10] La coyuntura del 12 y los avatares de sus políticos han sido trabajados con cierta minuciosidad por la historiografía que en general coincide con estas apreciaciones. Cfr. GALLO, Ezequiel; Notas para la historia política de Santa Fe. La elección de 1912, Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, 1965. BONAUDO, Marta; "El radicalismo santafesino. Un espacio para pensar el problema de la ciudadanía (1890-1912)", En: Cuadernos del CIESAL, ed. UNR, Rosario, Nº 4, 1998. BONAUDO, Marta; "Entre la movilización social y los partidos. Continuidades y rupturas en la crítica coyuntura santafesina de 1912", EN: MELON, Julio y PASTORIZA, Elisa (comp.), Los caminos de la democracia. Alternativas y prácticas políticas, 1900-1943, ed. Biblos, Bs. As., 1996. FALCON, Ricardo; MONSERRAT, Alejandra. op. cit..

[11] Tomado de: Ibídem.

[12] Ocho años después de los sucesos, Caballero los rememorará en sus intervenciones en la Cámara de Senadores de la Nación cuando esta trate las leyes de arrendamiento. Estas declaraciones no sólo son interesantes por la reconstrucción de su rol en la citado Comisión, sino particularmente por la explicita valoración positiva que se hace de los terratenientes, "argentinos" se encarga de aclarar el Senador. “Leyes de Alquileres y Arrendamientos Agrícolas" (setiembre de 1920). EN: CABALLERO, Ricardo; Discursos..., op. cit., p. 347-352.

[13] La presencia en Rosario (ciertamente nutrida en términos comparativos) de republicanos de orientación o con influencia socialista y fuertes vínculos con los llamados reformistas liberales es una veta inexplorada de la historia política local. Para una mirada preliminar, Cfr. VIDELA, Oscar; "Reformismo social e integración nacional en un contexto conflictivo. Una red de heterodoxos intelectuales y empresarios hispano-argentinos (Juan Bialet Massé, Juan B. Quintana, Serafín Alvarez y Toribio Sánchez)", Ponencia “III Encuentro del Corredor de las Ideas del Cono Sur”, Centro de Estudios del Pensamiento Latinoamericano. Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, 2000.

[14] Sobre la presencia de Caballero en esta coyuntura, Cfr. KARUSH, Matt; "Los trabajadores, los ciudadanos y la nación argentina: Ricardo Caballero y el radicalismo rosarino, 1912-13", EN: VIDELA, Oscar R. y ZANELLA, Eduardo J. (compiladores); Historia & Política..., op. cit.. Para la gestión de Infante en la Intendencia rosarina, Cfr. SANCHEZ, Santiago; "La intendencia de J. Daniel Infante en Rosario (1912-1913): las paradojas de un socialista español", EN: Historia Regional, Sección Historia. ISP 3, Villa Constitución, N° 23.

[15] Para un panorama general de la conflictividad social (y obrera en particular) en la provincia durante los años de gestión radical, Cfr. KARUSH, Matthew; "Radicalismo y conflicto obrero urbano. 1912-1930"; EN: VIDELA, Oscar (dir.); El siglo XX. Problemas Sociales, Políticas de Estado y Economías Regionales (1912-1976); Tomo 9 de BARRIERA, Darío (dir.); Nueva Historia de Santa Fe, Prohistoria y La Capital, Rosario, 2006. VIDELA, Oscar; "Desarrollo agroexportador y conflictividad social. 1912-1930"; EN: VIDELA, Oscar (dir.); El siglo XX..., op. cit.. Para un análisis mas pormenorizados de la conflictos obreros rurales una muestra de este renovado campo, ASCOLANI, Adrián; "”Guerra a muerte al chacarero”. Los conflictos obreros en el campo santafesino"; EN: ANSALDI, Waldo (comp); Conflictos obrero-rurales pampeanos/ 2. 1900-1937, CEAL, Bs. As., 1993. SARTELLI, Eduardo; Mecanización y conflicto social en la llanura pampeana: Santa Fe y la huelga de braceros de 1928”, en: ASCOLANI, Adrián (comp.); Historia del Sur Santafesino, Platino, Rosario, 1993.

[16] La historia política del radicalismo y su gestión en Santa Fe esta todavía por hacerse, tanto que los acercamientos más significativos son una obra que toca el tema solo local y lateralmente. Cfr. KARUSH, Matt; Workers or Citizens..., op. cit.. Y otra cuya preocupación es de alcance nacional y por tanto trata solo como ejemplificación al distrito, Cfr. PERSELLO, Ana Virginia; El Partido Radical. Gobierno y oposición, 1916-1943, Siglo XXI, Buenos Aires, 2004.

[17] En este caso una fuente inestimable es el propio Caballero quien, tal vez con alguna exageración sobre su propio rol en el desencadenamiento de los hechos, describe minuciosamente las entrevistas con Yrigoyen en las que él llevo la representación de los radicales disidentes y de las que devinieron el voto de estos a Yrigoyen en el Colegio Electoral que lo consagrara como Presidente. Si bien Caballero referencia en muchas de sus obras o intervenciones el hecho es en uno de sus libros donde lo trata con mayor detenimiento Cfr. CABALLERO, Ricardo; Yrigoyen. Aspectos..., op. cit., pp. 7-33.

[18] El grueso de sus intervenciones parlamentarias de este periodo, fueron publicadas por el propio Caballero, Cfr. CABALLERO, Ricardo; Discursos..., op. cit..

[19] Esta relativo "alejamiento" de los sectores en el gobierno provincial no lo mantuvo alejado de los conflictos políticos internos como con la oposición demoprogresista, de estos uno de los más importantes del periodo (pero escasamente mencionado) son los derivados de las denuncias de irregularidades en el otorgamiento de créditos del Banco Provincial a militantes del radicalismo de Santa Fe. En la ocasión el propio autor es nuevamente una de las fuentes más interesantes. Cfr. CABALLERO, Ricardo; El asunto del Banco Provincial de Santa Fe. Casa Rosario, Rosario, 1921. Respecto de la opinión de la oposición demoprogresista, una colorida imagen puede analizarse a través de una obra de uno de ellos, Cfr. BERTOTTO, José Guillermo; El coraje de callar, Rosario, 1921.

[20] La coyuntura ha merecido cierta atención. Cfr. KARUSH, Matt; Workers or Citizens..., op. cit.. Cap. KORZENIEWICZ, Roberto P.; "The Labor...; op. cit,. Particularmente revelador es el impacto que causa la política sindical del caballerismo en la corporación más importante de la región. Durante dos años seguidos las Memorias de la Bolsa de Comercio indican esta preocupación a traves de sendos informes de más de 40 páginas. En ellas, como en las declaraciones que sus directivos realizan a la prensa local durante el conflicto (particularmente La Capital) se explesa claramente como la perspectiva de la corporación respecto de los conflictos obreros ha derivado cada vez más hacia propuestas mas estrictamente represivas, a diferencia de sus posturas de principios de siglo, más proclives a la negociación directas entre patrones y obreros mediadas por su autoridad. Para las expresiones de la Bolsa, Cfr. BOLSA DE COMERCIO DE ROSARIO, Memoria 1928, ed. Talleres Gráficos Ponce, Rosario, 1929; BOLSA DE COMERCIO DE ROSARIO, Memoria 1929, ed. Talleres Gráficos Ponce, Rosario, 1930. Sobre la postura de la Bolsa para principios de siglo, Cfr. VIDELA, Oscar y PONS, Adriana; "Una corporación..."; op. cit., . Sobre el impacto en la prensa del periodo, Cfr. MAURO, Diego A.; CESARETTI, Fernando y ULIANA, Hernán A.; "Representaciones, prensa y conflicto social. Estrategias complejas en el diario La Capital, mayo-julio de 1928": EN: BONAUDO, Marta (dir.); Imaginarios y prácticas de un orden burgués. Rosario, 1850-1930. Tomo I: Los actores entre las palabras y las cosas; Prohistoria, Rosario, 2006.

[21] Las palabras del compilador de uno de sus libros (Roberto A. Ortelli) con las que trata de enaltecer las virtudes del autor son totalmente ilustrativas del estado de la situación, como de algunas líneas argumentativas que tendrá posteriormente tanto la resolución de conflictos obreros como el cuadro de sus resistencias: "Consecuente con los pensamientos que se expresan en todas las páginas de este volumen, el doctor Ricardo Caballero desarrolló, desde la Jefatura Política del Rosario, una actividad llena de justicia y ecuanimidad al constituirse en árbitro de los numerosos conflictos sociales suscitados en la zona de sus influencia, para los que buscó siempre el imperio de la equidad. Su actitud resuelta, su ánimo inflexible, lo condujeron a extremar las posiciones ante los ataques, honrosos cuanto más encarnizados, de los cerealistas y demás gremios patronales que trajeron su protesta hasta el gobierno central de la Nación.

Obligado, por circunstancias harto penosas, a sacrificar su acción, a abandonar el puesto que honraba con su criterio de verdadero radical, el doctor Ricardo Caballero reafirmó sus convicciones inquebrantables en el documento que va a leerse y que constituye una de las piezas históricas de mayor trascendencia en el desenvolvimiento de nuestra democracia, en lo que respecta a las normas de arbitraje que debe ejercer el poder público en los conflictos que se plantean entre las fuerzas vivas de la nación y a la labor inmediata que le corresponde en la liberación económica del pueblo trabajador." (Resaltado en itálica, ORV). Introducción del compilador al capítulo "Los Conflictos Sociales en Rosario" EN: CABALLERO, Ricardo; Discursos..., op, cit., p. 497. Para una descripción de los sucesos, Cfr. KORZENIEWICZ, Roberto P.; "The Labor...op. cit.. Para un balance de la gestión durante la Jefatura Política de Rosario, Cfr. CABALLERO, Ricardo; Los conflictos sociales de la ciudad de Rosario y su zona agrícola, relatados al Exmo. Señor ministro de gobierno de Santa Fe por el Dr. Ricardo Caballero, Jefe Político del Rosario, s/ed., Rosario, 1928. Reproducidos también como "Los Conflictos Sociales en Rosario" EN: CABALLERO, Ricardo; Discursos y documentos políticos del Dr. Ricardo Caballero, ed. Sociedad de Publicaciones El Inca, Bs. As., s/f. (c. 1929), Compilación de Roberto A. Ortelli.

[22] Cfr. CABALLERO, Ricardo; Declaraciones políticas de actualidad del Dr. Ricardo Caballero, s/ed., Bs. As., 1930.

[23] Estos se aglutinan particularmente alrededor de una publicación de cierto impacto a partir de los sucesos del 1928, no referimos a El Nativo, periódico de corta vida y de una heterogénea orientación tanto respecto de las tendencias del movimiento obrero, como hasta del propio Caballero. Para El Nativo, Cfr, MÜLLER, Martín; "El Nativo, periódico antiimperialista rosarino. Nacionalismo y cultura en la década del ´20"; mimeo, Rosario, 2006. Para el intento de creación de un partido radical obrero, Cfr. MONSERRAT, Alejandra; "La cuestión social y el radicalismo en el pensamiento de Ricardo Caballero, 1925-1928"; EN: VIDELA, Oscar R. y ZANELLA, Eduardo J. (compiladores); Historia & Política..., op. cit..

[24] Las características del radicalismo y este rasgo extremamente fluido de sus adhesiones ha sido resaltado recientemente por uno de los trabajos más completos sobre este partido. Cfr. PERSELLO, Ana Virginia; op. cit.. Para el sistema político santafesino en su conjunto, particularmente durante la década del treinta, el rasgo lo hemos tocado también, Cfr. VIDELA, Oscar; "Excepción y paradigma..., op. cit..

[25] En una ejercicio calcado de anteriores instancias decisivas, es el mismo Caballero quien se encarga de producir la primera versión de los hechos a través de sus propias obras, en este caso, nuevamente en CABALLERO, Ricardo; Yrigoyen. Aspectos..., op. cit., donde en el capitulo dedicado a los últimos días de Yrigoyen (Capítulo VIII) son aprovechados para señalar su rol en un intento de acercamiento a Justo, que no es más que la promoción de la candidatura del mismo. La presencia de Caballero en estas negociaciones es también señalada por la historiografía contemporánea. Cfr. FRAGA, Rosendo (h); El general Justo, Emecé, Buenos Aires, 1993. Sobre la participación de adeptos a Caballero vinculados al movimiento obrero, son sugestivas las cartas recibidas por Justo durante la campaña, Cfr., GARCIA MOLINA, Fernando y MAYO, Carlos A.; Archivo del general Justo: la Presidencia /1; CEAL, Buenos Aires, 1987.

[26] Tomado de: FERNANDEZ, Sandra y ARMIDA, Marisa; “Una ciudad en transición y crisis (1930-1943)”; EN: PLA, Alberto (coordinador); Rosario en la Historia (de 1930 a nuestros días), ed. UNR, Rosario, 2000.

[27] FERNANDEZ, Sandra y ARMIDA, Marisa; op. cit.,

[28] Cfr. anexo biográfico en: VIDELA, Oscar; "Ricardo Caballero...; op cit..

[29] Dos trabajos relativamente recientes describen con solvencia estos mecanismos, pero fundamentalmente dar una panorama completo y complejo del partido de gobierno en Santa Fe durante la mayor parte de la llamada "Década infame", Cfr. PIAZZESI, Susana "Después del liberalismo: ¿un nuevo conservadorismo?, EN: Estudios Sociales; Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Nº 13, 1997. PIAZZESI, Susana "Elite política y cuestión electoral. El antipersonalismo en el gobierno santafesino, 1937-1943", EN: Anuario del IEHS, Instituto de Estudios Histórico-Sociales, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil, N° 16, 2001.

[30] En el rechazo a estas ideas, Caballero muestra cierta coherencia, que por ello mismo no deja de ser ciertamente original, ya que no solo impugna la tradición liberal (la de su anteriormente defendida Revolución francesa), la socialista y la comunista, sino también los totalitarismos fascista y nazi que se enseñorean por esos años en Europa.

[31] Consistentemente con este vuelto en el discurso caballerista en este adquiere cada vez mayor presencia la reivindicación rosista vinculada tanto a la tesis del origen federal de la UCR como a la de la defensa de los intereses "argentinistas". Cfr. CABALLERO, Ricardo; "¿Con Rosas o Contra Rosas? El senador Ricardo Caballero se declara rosista", EN: Aquí Está, 04/12/1939 (Publicado en la revista con motivo de la polémica a raíz de la celebración del centenario de la revolución de los Libres del Sur). Reproducido como: "Rosas, sobre todo argentino", EN: CENTRO ARGENTINISTA JUAN MANUEL DE ROSAS; Estudios Históricos; Rosario, julio de 1940. Más tarde también EN: AA.VV.; 32 escritores con Rosas o contra Rosas, ed. Freeland, Bs. As., 1974. CABALLERO, Ricardo; "Bajo el gobierno y la influencia del general Rosas, los argentinos mantuvimos la unidad territorial, la unidad racial y la unidad espiritual", EN: Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas "Juan Manuel de Rosas", Bs. As., Nº 6, 1940. CABALLERO, Ricardo; "Posición de los argentinos frente a la situación presente del mundo. Discurso pronunciado por el Señor Senador Nacional Ricardo Caballero en la sesión de la H Cámara de Senadores de la Nación el día 06/06/40", EN: CENTRO ARGENTINISTA JUAN MANUEL DE ROSAS; Estudios Históricos; Rosario, julio de 1940. Para un recorrido del discurso del nacionalismo de derecha en la Argentina de distintas perspectivas, Cfr. BARBERO, Ma. Inés y DEVOTO, Fernando; Los nacionalistas, CEAL, Bs. As., 1983. ROCK, David; La Argentina autoritaria. Los nacionalistas, su historia y su influencia en la vida pública; Ariel, Buenos Aires, 1993; BUCHRUCKER, Cristian; Nacionalismo y peronismo. La Argentina en la crisis ideológica mundial (1927-1955), Sudamericana, Buenos Aires, 1987. BERAZA, Luis Fernando; Nacionalistas. La trayectoria política de un grupo polémico (1927-1983); Cántaro, Buenos Aires, 2005.

[32] Esta nueva estadía de Ricardo Caballero en el Senado de la Nación no tendrá las luces de su primera experiencia, su presencia si bien le da mayores logros institucionales (lo ubican en algún momento en la cadena de sucesión) no es tan rica en intervenciones de peso. Tal vez la discusión sobre la incapacidad del presidente Ortiz, su estado de salud y las implicancias institucionales fuera la más importante de sus intervenciones. Cfr. SENADO DE LA NACION, Diario de Sesiones, Buenos Aires, 1937-1943.

[33] Volvemos a insistir aquí en la consulta a los trabajos antes citados de Piazzesi. Cfr. PIAZZESI, Susana "Después del liberalismo...", op. cit.. PIAZZESI, Susana "Elite política y cuestión electoral...", op.cit.

[34] Tanto en su labor parlamentaria, donde como una obsesión Caballero solicita ante cada iniciativa que suponga la creación de cargos en el estado que estos sean cubiertos por argentinos, pero particularmente en menos conocida obra literaria, Caballero insiste en la reivindicación de un pasado que ya a perdido buena parte de sus connotaciones disruptivas que la combinatoria con las reivindicaciones sociales lograba. Cfr. SENADO DE LA NACION, Diario de Sesiones, Buenos Aires, 1937-1943. CABALLERO, Ricardo; Páginas literarias del último caudillo, s/ed., Rosario, 1950. Compilación de Francisco J. Rojo y Andrés Ivern. La tendencia también es perceptible en esa particular empresa político-cultural que promueve el caballerismo en Rosario a través de los Centros Tradicionalistas "Juan Manuel de Rosas". Cfr. Publicación del Centro Tradicionalista "Juan Manuel de Rosas", Rosario, 1040-1943.

[35] (Discurso pronunciado en la sesión del día 25 de abril de 1941 en la Cámara de Senadores de la Nación, reproducida EN: Centro Argentinista “Juan Manuel de Rosas” (Estudios históricos), Rosario, 1941, pp. 32-3).

[36] La caracterización completa (histórica y política) del personaje hacía que su perfil cuajara plenamente con el naciente movimiento, tanto como para que un historiador de fuste como Tulio Halperin Donghi, bastante apresuradamente y sin mayores recaudos de fuentes lo adscribiera a la nueva fe política. Cfr. HALPERIN DONGHI, Tulio; op. cit..

[37] Cfr. CABALLERO, Ricardo; La Independencia de la América Latina fue asegurada por los esfuerzos de las Diplomacias Norteamericana e Inglesa, Ed. Talleres Gráficos Musumarra, Rosario, 1945. Los años inmediatos a la formación del peronismo son sin dudas los más oscuros de su recorrido histórico-políticos, casi como un reflejo de la profundas tensiones que esta sufriendo la tradición política de la que en ningún momento se sintió separado, el radicalismo. De allí que el análisis de esos muy particulares años que realizaron Sandra Alcuati y Viviana Sweeny tomen mayor relevancia. Cfr. ALCUATI, Sandra y SWEENY, Viviana; Caballero ante la Segunda Guerra Mundial. Continuidades y rupturas"; EN: VIDELA, Oscar R. y ZANELLA, Eduardo J. (compiladores); Historia & Política..., op. cit..

[38] Su obra vinculada a la historia de la medicina no ha recibido mayor preocupación, si bien podría ser un buen complemento para explicar ciertos "universo de ideas" de su pensamiento; solo uno de sus colegas médico ha emprendido algunos estudios sobre aquella producción, Cfr. CODAZZI AGUIRRE, Juan Andrés, "Reseña histórica de la Cátedra de Historia de la Medicina y de las Doctrinas Médicas de Rosario (Segunda parte)". En: Revista de Historia de Rosario, ed. Sociedad de Historia de Rosario, Rosario, año V, N° 14, 1967. CODAZZI AGUIRRE, Juan; "Datos para la historia de la Biblioteca de Medicina Clásica y Ciencias Afines, de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario", Revista Historia de Rosario, Nº 9/10, 1965.

[39] Diario Santa Fe, miércoles 17 de julio 1963, p. 7.

[40] Frase que parafrasea el título de libro de Macor e Iglesias. MACOR, Darío e IGLESIAS, Eduardo; El peronismo antes del peronismo. Memoria e historia en los orígenes del peronismo santafesino, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 1997.