El Club Social Argentino Sirio de Rosario: espacio de sociabilidad y proyección institucional

 

Georgina Habelrih(*)

 

Introducción

El objetivo de la presente publicación es hacer referencia al Club Social Argentino Sirio, institución creada el 17 de agosto de 1946 por descendientes de sirios residentes en la ciudad de Rosario. El abordaje se circunscribe al período institucional que abarca desde los orígenes de la institución hasta la conmemoración de su 50º aniversario en 1996, colocando la mirada en el recorrido institucional en el marco de la colectividad árabe y su vinculación con el espacio público de la ciudad.

El trabajo revela cómo se conformó este espacio de sociabilidad, las características del grupo que le da nacimiento y la cuestión de género. Además se alude al crecimiento material de la entidad que se encuentra íntimamente vinculado con la inserción socioeconómica de la comunidad. Así también se hace notar como operan los canales de comunicación con las demás instituciones árabes y con la sociedad rosarina en general. Finalmente, integrado de manera notable en el espacio público, el recorrido propone una aproximación a los cambios producidos en los últimos años y a los desafíos actuales de la institución frente a una realidad que dista de la que le dio origen.

Con respecto al sustento documental se fundamenta tanto de la historia oral como así también en las actas y revistas institucionales. Es pertinente aclarar que sólo se mencionarán trabajos y publicaciones anteriores -sin ahondar en ellos- con el fin de profundizar en el análisis de las nuevas investigaciones realizadas sobre la entidad en cuestión. En el reciente abordaje cobran protagonismo los testimonios de socios fundadores y miembros directivos, así también los libros de actas y publicaciones de la naciente institución.

 

De los “hijos de Alepo” a la conformación

del Club Social Argentino Sirio

Según consta en el acta de constitución del Club Sirio“…Esta entidad agrupa, a todos los sirios e hijos de sirios y a todos aquellos que deseen hacer de las reuniones sociales, culturales y deportivas una demostración de unión, armonía y cordialidad, esperando lograr el acercamiento y la unidad de nuestra colectividad...”[1]. En primer lugar es interesante observar que dicha institución si bien responde a la identidad nacional nace en el seno de una entidad religiosa, la Iglesia Melkita San Jorge[2]. En esta ocasión son los más jóvenes quienes se reúnen para conformar una organización de carácter social. Es evidente que en la presente generación despiertan nuevas necesidades. Según testimonia Salvador Creer, a su hermano Miguel – uno de los promotores de esta iniciativa- le preocupaba la desunión y la ausencia de “espiritualidad” en los jóvenes de la colectividad[3]. Esta carencia se debe a que los jóvenes de su colectividad no practicaban la fe cristiana, dada la ausencia -temporal- de sacerdote en dicha Iglesia[4]. Obviamente a ello se sumaron las expectativas del resto del grupo convocado orientadas a tener un espacio donde reunirse y poder compartir aquello que tenían en común. Según Salim Sauan, miembro fundador y ex presidente “…en las reuniones se concretaron las aspiraciones que teníamos todos los amigos, primos, hermanos, de todo…”[5].

Las primeras reuniones se efectuaron tanto en la mencionada parroquia como en la casa de la familia Creer[6], que dista unos metros del centro religioso. Por el curso que toma el constituido club es notorio que el fin era tener un espacio para plasmar las prácticas sociales que excedían las posibilidades otorgadas por el ámbito religioso. Es por ello que meses más tarde el naciente club cobra independencia y se constituye como una entidad puramente social y exclusivamente orientado, por lo menos en las primeras décadas, al pasatiempo masculino.

Entre las causas del desprendimiento institucional Salvador Creer alude al hecho de que las prácticas a realizar excedían las posibilidades –entendida en el sentido amplio- otorgadas por la parroquia. Esta decisión generó cierta conflictividad y algunas deserciones, asimismo el club continúo con su proceso de constitución y desarrollo[7].

Es interesante ahondar en la identidad del grupo que protagonizó la mencionada iniciativa. En este no sólo se expresa la nacionalidad, también las identidades locales y religiosas[8]. Ello se comprueba en que la mayoría de quienes dieron inicio a la asociación eran hijos de alepinos y pertenecían al grupo de los cristianos melkitas[9]. En la década del ‘30 sus padres habían constituido la entidad denominada “los hijos de Alepo” en el marco de la comunidad parroquial. La primacía de la pertenencia local se conjugó con la fe cristiana y a ellas se sumó otra cuestión en el nuevo lugar de residencia: un modo de inserción socioeconómica, el comercio mayorista de calle San Luis. De este manera es posible entender cómo los espacios de sociabilidad y comercial se vinculan y retroalimentan y en esta dirección comprender cómo fue posible el crecimiento material de la institución.

Retomando el camino seguido por el club, desde los primeros años se llevaron adelante distintos tipos de eventos, desde los más característicos de la época –con relación a los demás clubes rosarinos- como los bailes y picnics[10], las cenas entre los connacionales y de camaradería, hasta aquellos más costosos y de envergadura entre los cuales podemos citar los festivales cinematográficos y la venida de cantantes de renombre procedentes de Buenos Aires y de Medio Oriente[11]. Sobre ellos es interesante escuchar las voces de los protagonistas. En cuanto a los bailes que se realizaban en la institución Salim Sauan advierte que “…eran los mejores…”, y así también Fusilo sostiene que ellos junto a los de “…Sportivo América, Echesortu y Newell ‘s…”[12] eran los más destacados. En cuanto a las reuniones entre los connacionales otro de los miembros fundadores manifiesta que “…Todos los sábados poníamos mesas a cenar de 40, 50 personas, todos paisanos, pasábamos la noche (…) cantaba uno, cantaba otro, me hacían cantar a mi…”[13].

En cuanto a lo edilicio, transcurridos los primeros cuatro años se inaugura la nueva sede social con comodidades y entretenimientos para los socios, y 10 años más tarde se adquiere un edificio propio, donde reside hasta la actualidad[14]. Esto último es destacable porque una de las características de la entidad, -y es posible afirmar que de igual forma sucede con todas la que componen la colectividad árabe de Rosario-, es la ausencia de subvención del gobierno sirio o de cualquier organismo relacionado con dicho país. En este sentido todos los logros materiales son hijos del esfuerzo económico exclusivo de sus socios[15].

 

El Club Sirio y las mujeres

A partir de lo esbozado anteriormente se retorna a la cuestión de género para lo cual la pregunto es si por lo menos en sus orígenes era sólo un club de hombres y por qué. En cuanto a la primera cuestión vale decir que en cierta forma sí. De hecho es recién en la década del ’70 que se constituye la “Comisión de Damas”, integrada básicamente por las esposas -entre otros lazos sanguíneos- de quienes conformaban la comisión directiva y las de ex miembros directivos y socios[16]. A esto se agrega que recién a mediados de los ’90 las mujeres comienzan a integrar la Comisión Directiva, lo cual se sostiene hasta el presente[17].

Es necesario aclarar que a pesar de la aparente ausencia temporal femenina las familias de los primeros miembros directivos estaban íntimamente ligadas tanto por lazos comerciales como afectivos, y obviamente en ello las mujeres cobraban protagonismo. Pero esta sociabilidad no se insertaba en la nueva institución, donde asistían sólo hombres.[18] Con respecto al porqué se proponen varias razones. Por una parte lo referente a la división de los espacios entre hombres y mujeres, donde el ámbito de sociabilidad de ellas residía en el hogar. Por otra parte las actividades que ofrecía el club tenían como fin la diversión masculina, tanto con el juego de naipes y backgammon, con el billar y posteriormente el fútbol, en todas ellas las mujeres no tenían cabida[19].

A pesar de lo expuesto en el párrafo anterior dos años después de la fundación del club sirio un grupo de mujeres encabezadas por Isabel Farrud de Yunes constituyeron la Sociedad de Damas Sirias[20]. Si bien eran instituciones contemporáneas, compartían una misma identificación y existía una considerable comunicación entre ambas, funcionaron de manera separada. Pese a ello hubo intentos de los miembros directivos por cooptar a dicha sociedad de mujeres proponiéndoles el trabajo en el marco de este último. En palabras de la secretaria de las Damas Sirias: “...el Club Social Argentino Sirio empezó a solicitar (...) por qué la Sociedad de Damas Sirias no se unía al Club...”. Las señoras rechazaron la propuesta básicamente porque “...nunca quisimos ser subordinadas, siempre quisimos ser independientes...”[21], además consideraban que la Sociedad tenía objetivos precisos que no correspondían con los del Club –básicamente orientado al juego y luego a los deportes-. Esto no debe ser interpretado como una cuestión conflictiva. Las participantes de la Sociedad estaban íntimamente vinculadas a los integrantes del club, de hecho colaboraron con la compra de la cede institucional, y a la vez los socios del mismo –y sus señoras e hijas- disfrutaban de las actividades que las Damas Sirias organizaban periódicamente.

 

El Club Sirio en el contexto de la colectividad árabe

y su proyección en el espacio público de la ciudad

Continuando con el planteo anterior es crucial comprender su trayectoria institucional en el marco de la colectividad árabe de Rosario. Es por ello que se enfatizará en el modo de operar de la entidad con relación a las demás instituciones árabes de la ciudad.

Por un lado y a partir del establecimiento en la sede social propia las instalaciones del club son el espacio físico solicitado para realizar diversas actividades tanto por las Damas Sirias, el Ateneo y la Peña San Jorge (Iglesia Melkita)[22], el Instituto Cultural Argentino Árabe[23] y la Unión Juventud Ortodoxa[24] (Iglesia Ortodoxa San Jorge). Todas ella solicitan los salones para realizar sus reuniones, fiestas, té y ensayos. También consta en acta el ofrecimiento de la Planta Alta de la cede para las reuniones de la Cooperativa de Créditos San Luis, en la cual el club posee acciones, y la Asociación de Comerciantes amigos de Calle San Luis[25].

Además de los vínculos con las demás entidades de la colectividad árabe, el CSAS también operó en el ámbito público rosarino. Por una parte a través de las donaciones efectuadas a la sociedad de damas de protección al Huérfano, a la Sala Sirio-Libanesa del Hospital Provincial, a la Capilla Nuestra Señora De Fátima, en beneficio del Hospital de niños Victor J. Vilela y a fin de colaborar con la campaña de vacunación contra la gripe, entre otras[26]. Por otra parte la presencia del club en la UERCE -sociedad de entidades extranjeras-, en los carnavales organizados por la intendencia de la ciudad y la afiliación a la Asociación Santafecina de Judo, la hacen partícipe de las actividades culturales y deportivas de la ciudad.

A las formas de participación y colaboración en el ámbito municipal citadas es plausible sumar dos hechos. Uno es el homenaje que rinde el Club al Diario “La Capital” en la conmemoración del centenario de su fundación, a través del ofrecimiento de una misa y de un banquete en la sede institucional[27]. El otro hecho -que data de los orígenes del club- es la conmemoración de la “liberación de Siria”[28] que se festeja con la ofrenda floral al Libertador Gral. San Martín y con la santa liturgia en las Parroquias San Jorge[29]. Analizando estos acontecimientos se desprende un modo de actuar de la entidad, y de la colectividad árabe toda, que intenta vincularse tanto material como simbólicamente con la sociedad rosarina. Es decir, la integración del club es evidente tanto desde las prácticas cotidianas como desde lo formal y protocolar. Todo ello habla de una fluida comunicación entre la comunidad étnica y la sociedad nativa.

Otra expresión de participación e inserción en el espacio público es la emisión de la audición radial “La voz del CSAS para todo el país”, que inicia su transmisión a comienzos de los ‘60, a través de LT 8. Es evidente que el esfuerzo para sostener este programa expresa el interés de la institución en mostrarse a la comunidad en general, pero más aún el objetivo reside en satisfacer las demandas de los socios y de quienes componen la colectividad árabe. De hecho esta última disfruta de la oferta de música y poesía árabe del programa, entre otros espacios con los que cuenta la misma[30].

En tanto institución étnica es pertinente observar que la íntima vinculación con el Consulado de la República Árabe de Siria[31] le permitió participar de manera protagónica de las visitas diplomáticas venidas de los países árabes, además generó un compromiso con los sucesos acaecidos en Medio Oriente. Aquí debo detenerme para ocuparme de los orígenes del Consulado Sirio. Según consta en las actas del año ’51 colmó de orgullo a la institución la propuesta del gobierno sirio para que el socio protector Sabet Abdelmalek ocupase el cargo de Cónsul Honorario de la República Árabe Siria en la provincia de Santa Fe y el Litoral[32]. El protagonismo del club a partir del íntimo vínculo con el consulado sirio se constata entre otros acontecimientos con la presencia de los embajadores de los países árabes para la cual se reúnen los representantes de las entidades árabes de la ciudad[33]; en la visita de su Beatitud Máximos Hakim, Patriarca de la Iglesia Melkita[34]; con la venida del Intendente de Jerusalem Rahúl Al-Khatib[35], quien fue recibido por ambos cónsules, Jorge Abdelmalek y Carlos Cura, de Siria y Líbano, respectivamente y con la visita del Embajador Coronel Jawdat Al Attassi[36]. Otro hecho destacable es la respuesta de las instituciones árabes de la ciudad ante el llamado de los Embajadores de Siria y Líbano para conformar un Comité de Ayuda a los países árabes frente a la conflictividad en Medio Oriente del año ‘67[37]. En todas estas visitas y reuniones el club es anfitrión y recibe a las mencionadas personalidades, por lo tanto es evidente su protagonismo y el funcionar como uno de los referentes de la colectividad árabe de la ciudad. Desde esta perspectiva se puede considerar que la creación del consulado le permite al club proyectarse más allá del ámbito local, estableciendo relaciones con las entidades árabes del resto del país, pero más aún con el cuerpo diplomático residente en Bs. As. y las autoridades de los países de origen.

 

Sirios y libaneses: ¿dos nacionalidades, dos instituciones?

La particularidad de la colectividad árabe de Rosario -aunque no es el único caso- es la conformación institucional de sirios y libaneses en entidades independientes. Una de las causas de este distanciamiento puede ser atribuida a la fuerte identidad local y religiosa[38] de un sector de los sirios, elementos que se nutrieron tanto de la similar inserción socioeconómica como de los compactos lazos parentales y de amistad (traídos de la sociedad de origen) que otorgaron una importante solidez al grupo en cuestión[39]. Por otra parte vale observar a los oriundos del Líbano. En el libro de actas de la Sociedad Libanesa[40] se hacía hincapié en evitar introducir en la institución la cuestión religiosa y/o política como también el juego, aspectos que no aparecen detallados en las actas del C.S.A.S. En esta dirección es posible interpretar que la participación en la S.L.R. tanto de cristianos como de islámicos conlleva a la especificación en los artículos estatutarios sobre las problemáticas religiosa y política, ambas íntimamente vinculadas. En el Club Sirio una normativa de este tipo no fue necesaria debido a la ausencia de islámicos, todos eran cristianos orientales más allá que algunos profesaran la fe ortodoxa[41].

A pesar que la Sociedad nuclea tanto a cristianos y musulmanes, en el Líbano los de religión islámica eran minoría y en las décadas anteriores a la independencia de esta región se tejía la idea de que el país en cuestión fuese un Estado cristiano y Siria un Estado islámico. Es notable cómo las disputas y diferencias que en algunas comunidades de la sociedad expulsora generaban fronteras infranqueables evidentemente se diluyeron en el nuevo lugar de residencia priorizando la identidad del ser nacional, en este caso libanés. En Siria justamente los cristianos conformaban una minoría, que de hecho emigró de manera masiva[42], y los resultados son relevantes ya que las iglesias cristianas orientales son pioneras de la organización institucional de la colectividad árabe en esta ciudad[43]. Más allá de estas cuestiones es interesante resaltar que la organización institucional de la colectividad árabe si bien está íntimamente ligada al bagaje cultural portado desde la sociedad de origen, cobró un peso notorio la experiencia concreta de estas familias en su nuevo lugar de residencia, es por ello que debemos subrayar la particularidad del caso rosarino.

Empero la divergencia original entre dos instituciones que responden a la identidad nacional, hubo intentos de unificación que se constatan en las actas del CSAS entre los años ’67 y ’70, además de los informantes que confirmaron dicha situación[44]. Según consta en las actas el Círculo de Profesionales Argentino-Árabe fue una de las instituciones que protagonizó la mediación para concretar dicha iniciativa. Por un lado esto es comprensible en el contexto de una nueva etapa del asociacionismo de las entidades árabes[45]. En estos años es posible hablar de una segunda generación de descendientes de inmigrantes, es entonces que surgen instituciones que apelan ya no a las identidades mencionadas sino a la arabidad[46]. Ejemplo de ello son el Círculo de Profesionales Argentino Árabe, el Instituto Argentino Árabe de Cultura[47] y la Federación de Entidades Árabes (FEARAB)[48]. Por otro lado no es casual que estas tratativas se inicien en el año ’67 después de la convocatoria de los embajadores a las entidades de la ciudad para aunar esfuerzos y colaborar con los países de origen.

Con relación a lo expuesto es oportuno agregar que en la década del ’50 y ’60 luego de la descolonización de Medio Oriente se construye la nacionalidad apelando a aquella identidad que une a estos nuevos países. De aquí deviene el denominado panarabismo al que intelectuales y políticos de la época recurrieron. Este se sustenta en el idioma, los valores, las tradiciones y el devenir histórico compartidos por los pueblos árabes. Los persistentes intereses de las ex metrópolis a los cuales se suma el evidente apoyo al recientemente constituido Estado de Israel son, entre otras, las causas que contribuyeron a la difusión de la mencionada corriente ideológica. Esto último favorece la comprensión de los orígenes del panarabismo en el contexto sociopolítico de la época y su repercusión en estas latitudes.

En cuanto al papel de la institución frente al conflicto árabe-israelí se evidencia el apoyo a la lucha del pueblo palestino y de los países árabes que también se ven perjudicados por la expansión del nuevo Estado. Ahora bien, dicho posicionamiento se limita a las manifestaciones de preocupación y de ayuda que congregan a la colectividad árabe en general. Esto se sustenta en las mencionadas reuniones de sus miembros del año ’67. El tomar partido frente al conflicto es evidente y obvio, pero no va más allá de ello. Entre otras cuestiones se puede considerar la relación cercana y armónica entre la comunidad árabe y judía en la argentina, y la situación en la ciudad de Rosario no escapa a dicha realidad[49].

 

Desarrollo edilicio e institucional

Reanudando el recorrido institucional, en la década del ’70 bajo la presidencia de Manuel Juri[50] el club cobra un nuevo impulso de la mano de la Comisión de Damas y de los jóvenes. Ambas comisiones serán motores fundamentales en las dos décadas sucesivas.

En cuanto al desarrollo edilicio, se sustenta en todo un trabajo de aunar fondos para cumplimentar las distintas etapas de demolición, remodelación y construcción de la entidad. Luego de la compra e inauguración de la sede social propia cita en Italia 965 se adquiere la finca que linda con la sede[51] y a comienzos de los ’80 funciona un nuevo sector remodelado[52]. En 1982 comienzan las gestiones para la compra del inmueble de calle San Luis 1746 que ya se usufructuaba en parte con el uso del patio. Este desarrollo edilicio finaliza en el año ’96. El 50º aniversario de la institución trajo aparejado el lanzamiento de una obra significativa: el gimnasio y los vestuarios del segundo piso. La importancia de dicha obra está vinculada con el fútbol, actividad que cobró un nuevo impulso en la década del ’80, al constituirse una subcomisión de deportes. La participación de jóvenes en los torneos inter-clubes de la ciudad, y la formación de “la escuelita de fútbol” requirieron de un espacio físico acorde a las circunstancias. Según uno de los integrantes de aquella subcomisión, “…fuimos a plantear la necesidad de tener un gimnasio cubierto dentro del club (…) teníamos el patio, pero ese patio estallaba…”[53]. El resultado fue esta obra costosa solventada básicamente a partir de una serie de actividades que tenían como fin recaudar importantes sumas de dinero para tal fin[54]. Según quien ocupaba la presidencia en aquella etapa “Todo el mundo tenía que trabajar y buscar fondos para no parar la obra (…) y así logramos hacer el gimnasio cubierto”[55].

 

El rol protagónico de la actividad deportiva

Es fundamental dedicar un apartado al desarrollo de esta actividad para comprender su recorrido, diversidad, crecimiento e importancia en la actualidad. De hecho el primer deporte que cobró importancia fue el fútbol, tomando un nuevo impulso a comienzos de los ’80 a partir del trabajo de la subcomisión de deportes mencionada en el apartado anterior.

Antes de aludir a esta nueva etapa, es necesario hacer un poco de historia. Al año de constituirse la entidad se conformó una subcomisión orientada a la organización del deporte mencionado, y en el ’53 el club se afilió a la Asociación Rosarina de Fútbol. En ese mismo año se destacaron los equipos de 2º y 4º división que participaban de los torneos inter clubes de la ciudad.

Al fútbol se sumó, en la década del ’60, el Judo, con la presencia de profesores de renombre de la ciudad. Ambas actividades posibilitaron la participación del club en certámenes locales y provinciales. En la década del ’80 al fútbol se suman el volley femenino y el tae-kwondo, las tres tendrán gran importancia a lo largo de la década.

En cuanto a la actividad futbolística, año a año se fueron sumando interesados tanto en el fútbol federado -en las categorías infantiles, menores, cadetes, primera división y reserva-, como también innumerables niños se incorporan a la denominada “escuelita de fútbol del sirio”. En este marco se organizaron torneos internos que convocaban tanto a los más pequeños como a sus familias y jornadas infantiles en el patio del club como en el Camping perteneciente de la Parroquia San Jorge[56]. Así también se organizaron viajes “…que tenían que ver con las actividades deportivas puntuales, con los torneos inter clubes o eventualmente viajes de turismo que les hacíamos hacer a los chicos y chicas de las áreas de deportes…”[57].

En la actualidad la actividad es llevada adelante por un plantel de 6 profesores que están a cargo de los niños, adolescentes y adultos, que superan los 600, entre los que incluimos quienes participan de la escuelita de fútbol, como los que pertenecen al mencionado fútbol federado[58]. Desde esta interpretación dicha actividad otorgó a la institución un canal de comunicación y relación con la sociedad rosarina, además movilizó a los directivos para adecuar las instalaciones a las necesidades de este deporte, acorde a la importancia que adquirió en el club. En el presente tanto la mencionada actividad como la danza árabe son las que más participantes convocan, otorgando dinamismo y protagonismo notables del club en el ámbito local.

 

La danza árabe en la institución

Este apartado hace referencia de manera sintética a la inserción de dicha actividad en el club. El Encuentro Nacional de Colectividades realizado en la ciudad de hecho fue uno de los motores para que en 1988 finalmente se concretara la conformación de un conjunto de danzas típicas. En los dos años anteriores el club sirio comenzó a presentar su stand de comidas típicas y de cultura en dicho encuentro. Así nació el Grupo de Danzas Árabes Haiat, que en sus orígenes y hasta 1997 representó tanto al club como a la Sociedad Libanesa, otro punto de encuentro que es posible agendar entre las dos entidades nacionales de la ciudad. El objetivo fundamental era poder presentar un número artístico en esta fiesta, como en todas aquellas que se realizaban en el país, para las cuales eran convocados los conjuntos de bailes folklóricos de los distintos grupos étnicos de la ciudad[59]. A partir de aquí un grupo de jóvenes comenzó a reunirse, aunaron los conocimientos sobre música y danza árabe, que portaban como tradición y por inquietud personal, y dieron inicio -o de alguna manera recuperaron[60]- a la práctica de la danza árabe, que en estos años sólo convocó a los descendientes árabes[61]. Posteriormente en la década de los ’90 se constituye una academia de danzas para niños/as. Y es a partir del nuevo siglo que la enseñanza de la danza demuestra un crecimiento cuanti como cualitativo. En la actualidad la escuela de danzas cuenta con más de 350 alumnas y alumnos[62], y con un plantel de 10 profesoras y profesores que se ocupan de cada uno de los grupos divididos por edades y niveles. Además del grupo de danzas pionero, el club cuenta con el ballet estable “Shams Suría”, ambos representan a la institución en el Encuentro Nacional de Colectividades de la ciudad.

 

A modo de conclusión

Estas páginas pretendieron abordar el surgimiento del club sirio como devenir de una institución precedente, la Iglesia Melkita San Jorge. A través del recorrido institucional se destacaron elementos que lo conectan con las demás instituciones de la colectividad árabe como con el espacio público local.

Desde la visión propuesta los objetivos y las actividades que pusieron en práctica sus miembros demuestran el comienzo de una nueva etapa en el ámbito del asociacionismo del grupo étnico árabe. Entre los ejemplos que dan cuenta de esta afirmación resaltan el fútbol, en el marco de la actividad deportiva. En segundo lugar el tipo y la magnitud de los eventos que se organizaron expresaron no sólo la presencia de una primera generación de argentinos/as, hijos de inmigrantes sirios, sino que hablan de las posibilidades económicas del grupo, que les permitió afrontar el costo de la vida institucional como de la vida social generada por aquella. Además es visible el proceso de integración de estas familias a partir de la práctica de un abanico de actividades que exceden a las exclusivamente relacionadas con su cultura de origen. El integrarse constituye una necesidad, y es desde el espacio institucional -en el que se sienten identificados y los contiene- a partir del cual participan junta a otras instituciones -de carácter étnico y/o las nativas- en el espacio público de la ciudad.

En la actualidad el Club Sirio transita por una nueva etapa iniciada con el nuevo siglo. Sorteadas las vicisitudes de la segunda mitad de los ’90, la institución se asienta en dos actividades fundamentales, a saber: la escuelita de fútbol y el fútbol federado, y la academia de danzas árabes, actividades de envergadura que nuclean a cientos de niños/as, jóvenes y adultos/as. Es interesante destacar que ambas consiguieron un impulso tal que de hecho contribuyeron a la recuperación y desarrollo institucional.

En esta última década la expansión vertiginosa de la danza y la música árabe habla de un fenómeno a nivel internacional. En el ámbito local es una de las expresiones culturales y artísticas adoptadas masivamente por el público en general. Desde esta interpretación ello se debe vincular tanto con el proceso de globalización, con la apertura de Oriente a Occidente, y específicamente con las transformaciones acaecidas en la República Árabe Siria. Todo ello condujo a que el público descubra dicha cultura, y específicamente el arte de la danza y la música que a la vez creó un nuevo canal de integración e intercambio con el quehacer ciudadano. Esto se sustenta en que la mayoría de quienes participan de la academia de danzas árabes no poseen ascendencia árabe.

Actualmente en la ciudad las costumbres y tradiciones de origen árabe, es decir el idioma, la danza, la gastronomía árabe, son entre otras, parte de una herencia cultural que excede a los descendientes de aquellos primeros inmigrantes y de hecho seduce a los rosarinos, generando un rico espacio de comunicación e integración con la sociedad. En el marco de la institución estudiada es cierto que aún pervive todo un bagaje cultural que se mantiene en las familias descendientes de aquellos “pioneros” de la iniciativa de conformar el mismo. Aún subsiste la actividad del juego, que fue distintiva del club a pocos años de su creación. Tanto hombres y mujeres asisten y comparten esta actividad. Pero ya no transita por aquellos años de esplendor.

Finalmente, se deduce que es el desafío e intencionalidad de quienes presiden el Club Social Argentino Sirio sostener el camino emprendido pero rescatando a muchos descendientes de aquellos socios y colaboradores, y de esta manera recuperar la sociabilidad que conjuga elementos de la tradición árabe con la cultura de las nuevas generaciones. Evidentemente esto no se puede vincular con una actitud cerrada, excluyente, de hecho la historia del club da cuenta de todo lo contrario, de una actitud abierta al intercambio y permanente comunicación con la sociedad rosarina. Más bien es el poder sostener su razón de ser, y para que de alguna manera perviva el fundamento institucional que lo hizo nacer hace 60 años.

 

 

RESUMEN

 

El Club Social Argentino Sirio de Rosario: espacio de sociabilidad y proyección institucional

 

El objetivo del trabajo es hacer referencia al Club Social Argentino Sirio de Rosario, focalizando la mirada en el recorrido institucional en el marco de la colectividad árabe y su vinculación con el espacio público de la ciudad. Me refiero a como se conformó la entidad, a las características del grupo y a la cuestión de género. Además aludo al crecimiento material de la entidad y a los canales de comunicación con las demás instituciones árabes y con la sociedad rosarina en general. Finalmente, me acerco a las actividades que protagonizaron el desarrollo de los últimos años, la actividad deportiva –específicamente el fútbol- y la danza árabe, y a los desafíos actuales.

 

Palabras clave: asociacionismo árabe - espacio público - sociabilidad institucional

 

 

ABSTRACT

 

The 'Club Social Argentino Sirio de Rosario': A Space for Sociability and Institutional Projection

 

The purpose of this study is to make reference to the "Club Social Argentino Sirio de Rosario", focusing the view in its institutional route within the framework of the Arab community and its link with the public sphere and the city. I am referring to how the entity was conformed, the characteristics of the group and the question of gender. Besides, I allude to the material growth of the entity and the communication channels with the other Arab institutions and the society of the city in general. Finally, I'll approach the activities that led the development in the last years, sports activity –specifically football– and Arab dances, as well as the current challenges.

 

Key Words: Arab associationism - public sphere - institutional sociability

 

 

Notas



(*) Profesora en Historia por la Universidad Nacional de Rosario. Docente de EGB 3 y Polimodal. e-mail: jcacoco@hotmail.com



[1] Libro de Actas, 21/08/46, C. S. A. S., Rosario, julio de 2005.

[2] La Iglesia Melkita San Jorge, de rito oriental, data de comienzos de la década del ’20 del siglo pasado y reside hasta la actualidad en Moreno 1020 de la ciudad de Rosario.

[3] Asimismo Miguel Creer junto a otros jóvenes como Rodolfo Yunes participaban de manera activa en Acción Católica de la Iglesia Santa Rosa. Entrevista nº 12 a Salvador Creer, Rosario, julio de 2005.

[4] Los sacerdotes que antecedieron a esta etapa de acefalía fueron el Padre Atash, y el Padre Chambar, procedentes de la ciudad de Alepo. El primero tenía a su familia en la ciudad y fue quien asistió a la comunidad melkita desde 1929, luego de tres años debió volver a su tierra natal a partir de ser nombrado obispo en Siria. Posteriormente, desde el Convento del Líbano se propuso al Padre Chambar, lo cual fue aceptado por quienes conformaban la comisión parroquial. Entrevista nº 2 a Sobji Gholam, Rosario, abril de 1999. En la década del ´50 el Padre Atanasios Farah, procedente del Líbano, se hace cargo de la comunidad y en los años ’60 son innumerables las actividades, que exceden las espirituales, en las que participan hombres, mujeres y jóvenes. Entrevista nº a Salvador Creer, op. cit., Entrevista nº 13 a Amal Machatta de Abdellahad y Marisa Abdellahad de Attara, Rosario, febrero de 2006.

[5] Entrevista nº 20 a Salim Sauan (expresidente y socio fundador), Video Institucional, 50º Aniversario, CSAS, Rosario, setiembre de 2005.

[6] Cita en Moreno 1074.

[7] De hecho este es un tema bastante polémico y permaneció de alguna manera oculto y no figura en las actas institucionales.

[8] De manera más exhaustiva ver LINGIARDI, Gisel y HABELRIH, Georgina.; Inserción de los inmigrantes árabes y sus descendientes en la sociedad rosarina desde los espacios institucionales (1945-1955), Rosario, Mimeo. Escuela de Historia. Facultad de Humanidades y Artes. UNR. 2002.

[9] Entre los cristianos orientales debemos considerar también a los cristianos ortodoxos y a los maronitas que también residían en la ciudad. Para ampliar datos ver LINGIARDI, G. y HABELRIH, G.; op. cit.; p. 54

[10] Libro de Actas, op. cit., Rosario, julio de 2005. Entrevista nº 20, op. cit,,y Entrevista nº 18, op. cit., Video Institucional, 50º Aniversario, CSAS, Rosario, setiembre de 2005.

[11] Libro de Actas, op. cit.. Entrevista nº 20; op. cit.; Entrevista nº 14 a Jorge F. Abdelmalek (ex miembro directivo y Cónsul Honorario de la Rep. A. Siria), Video Institucional; op. cit.

[12] Entrevista nº 19 a Fusilo (Salim R. Sauan, miembro fundador), Video Institucional, op. cit..

[13] Entrevista nº 22 a Amado Massoud (socio fundador), Video Institucional, op. cit.

[14] A continuación se considera que a la compra inicial se fueron en los años subsiguientes la adquisición de otras propiedades, más toda una obra de infraestructura y remodelación sostenida durante las décadas del ´60, ’70 y ’80 y hasta mediados de los ‘90.

[15] Esto se vincula con la situación política de Siria, que recién se independiza el 17 de abril de 1946.

[16] La comisión de damas –constituída en 1972- tuvo un rol protagónico hasta finales de la década del ’90. Más adelante se hará referencia a dicha cuestión. Entrevista nº 24 a Olga Massoud de Juri (primera presidenta), Video Institucional, op. cit. Entrevista nº 21 a Rosa Attara (ex presidenta), Video Institucional, op. cit.

[17] Entrevista nº 23 a Salvador Juri, Presidente del CSAS desde 1995, Video Institucional; op. cit. Es a partir de de la comisión que presidió en el año ’95 que se concreta la integración de las mujeres en la Comisión Directiva.

[18] Asimismo desde los primeros años se observa la asociación de mujeres, son los casos de las dos primeras socias: María Estrella de Macat y Carmen Estrella de Teruz. En Fichero de socios, C.S.A.S., Rosario, abril de 2006.

[19] Vale notar que las mujeres también disfrutaban del pasatiempo del juego de naipes aunque aún no lo compartían en un espacio institucional.

[20] Isable Farrud de Yunes fue la presidente durante los 50 años de vida de dicha institución. Ver LINGIARDI, G. y HABELRIH, G.; op. cit., p.61-66.

[21] Entrevista nº 5; op. cit., p. 39.

[22] Las actividades de la Peña San Jorge, que incluía orquesta árabe y grupo de baile, y el Ateneo, grupo de jóvenes de la parroquia, se iniciaron a comienzos de la década del ’60 y continuaron hasta mediados de los ’70. El motor del desarrollo de las mismas fue el Padre Atanasios Farah, cura párroco de la Iglesia Melkita. Entrevistas nº 13 y 14, op. cit.

[23] Creado en 1961.

[24] La comunidad ortodoxa data de la primera década del siglo XX. La inauguración del templo se concreta 1949 en Italia 1143/45 de la ciudad de Rosario, donde reside hasta la actualidad. Entrevista nº 3 al Ex. Michel Saba, Rosario, febrero de 2002. Para ampliar información ver LINGIARDI, G. y HABELRIH, G.; op. cit., p. 54, p. 88. La Juventud de la Iglesia se conformó a comienzos de la década del ’60.

[25] Libro de Actas, acta del 15/11/65, C.S.A.S., op. cit.

[26] Esta campaña fue promovida por el médico honorario de la institución Dr. Omar Vaquir. Libro de Actas, año 1970, op. cit.

[27] Ibid., acta del 23/10/67.

[28] En las actas del CSAS del mes de abril desde el año ’50 y se repiten en los años siguientes. La ofrenda floral se hacía entrega en la Plaza San Martín donde reside el principal monumento al Libertador. En este acto participaban todas las instituciones árabes y los representantes de las autoridades de la ciudad. A partir de la década del ’80 el homenaje se realizó en la sala de las Banderas del Monumento Nacional a la Bandera.

[29] En cuanto a la santa liturgia en conmemoración por el aniversario de la independencia de Siria se alternaban entre la Iglesia Ortodoxa San Jorge y la Iglesia Melkita San Jorge.

[30] Vale aclarar que esta audición es contemporánea a la realizada por Julio Naput, “Melodías del Desierto”, que la antecede y que se emitía por LT 2. Entrevista nº 25; op. cit,. Actas Institucionales, año 1962-1968, op. cit.

[31] Acta del 21/05/51, op. cit.. Entrevista nº 14, op. cit.

[32] Acta del 21/05/51, op. cit.

[33] Ibid, acta del 27/09/65.

[34] Ibid., acta del 03/11 /69.

[35] Ibid.; acta del 18/05 / 70.

[36] Esta visita se concretó en el año ’69. Entrevista nº 14, op. cit. Imágenes fotográficas, Archivo del CSAS y Video Institucional, op. cit.

[37] Ibid.; acta del 5/06/06. En este año se desarrolla la tercera guerra árabe israelí. En dicho conflicto, conocido como la guerra de los seis días, Siria pierde parte de su territorio, específicamente las alturas del Goulán.

[38] En cuanto a la localidad se refiere a los oriundos de la ciudad Alepo, considerados al comienzo del trabajo. En cuanto a la religión se considera a los cristianos orientales melkitas incluyendo también a los maronitas, aunque en este último se inscriban sólo tres familias. Como se mencionó anteriormente estas dos corrientes reconocen como autoridad máxima al Vaticano, a diferencia de los orientales ortodoxos que dependen del Patriarcado de Antioquía y no reconocen a Roma con la mencionada jerarquía.

[39] Entrevista nº 1 al Padre Ibrahim Salemeh, Rosario, junio de 1999. Entrevista nº 2, op. cit.

[40] A partir de aquí S.L.R. (Sociedad Libanesa de Rosario), conformada en 1928 en nuestra ciudad.

[41] Por ejemplo es el caso del socio fundador Jorge Manzur, No se menciona a los cristianos maronitas porque se integraron junto a los melkitas, ya que en Rosario, a diferencia de Bs. As., no constituyeron una comunidad propia. Vale agregar que los islámicos, fuesen sirios, libaneses o palestinos, se nuclearon en la Sociedad Unión Islámica (S.U.I) a partir de 1932. Para más información: LINGIARDI y HABELRIH; op. cit., cap. 5, p. 54-59.

[42] Entrevista nº 1; op. cit., p. 4.

[43] Para más información ver HABELRIH, G.; “Los turcos en Rosario: inserción socioeconómica y ámbitos de sociabilidad”; en Historia Regional nº 21, Sección Historia, ISP Nº 3, Villa Constitución, oct. 2003, p. 38.

[44] Entrevista nº 1; op. cit. y Entrevista nº 2; op. cit.

[45] Esta problemática fue abordada de manera más exhaustiva en LINGIARDI, G. y HABELRIH, G.; op. cit.; cap. 6 y 7.

[46] La arabidad es entendida como “…un idioma, costumbres, un espacio y una historia en común tanto para aquéllos de origen sirio, libanés y palestino, como para los cristianos y los islámicos, es el concepto más amplio que los comprende en su totalidad.”, en LINGIARDI y HABELRIH, op. cit. p. 75.

[47] El Círculo de Profesionales Argentino Árabe se conformó en Rosario en 1961, posteriormente lo hicieron otras ciudades como Bs. As. (1976), Córdoba (1983) y Santa Fe (1985). El Instituto Argentino Árabe de Cultura nació en 1962. En la década de los ’80 se crea la Federación de los Círculos Argentino Árabe respondiendo a la difusión regional de dicha entidad y el incremento de adherentes, es decir profesionales de ascendencia árabe.

[48] Fearab se constituye en Capital Federal en 1964, posteriormente se conforman filiales en las distintas ciudades del país. En Rosario se conforma en 1977.

[49] Esta y otras razones pueden dar cuenta del comportamiento de la entidad, pero excede el trabajo y las investigaciones realizadas hasta la fecha. De igual manera sería necesaria una re lectura de las fuentes en general desde esta perspectiva de análisis.

[50] Ejerció la presidencia entre 1969 y 1983. Su padre había presidido la comisión directiva en el período 1957-1963. Su hermano, Salvador Juri preside la comisión directiva desde 1995.

[51] Actualmente este espacio está conformado por el café - bar, la sala de juegos y el patio.

[52] En ello se hace referencia al entrepiso que consta de la secretaría y un salón para las damas, situados en el edificio inicial.

[53] Entrevista nº 23 a Salvador Juri (actual presidente), op. cit.

[54] Entre ellas se debe hacer mención de lo colectado a partir de costosas rifas de autos y cenas de alto nivel, de las ventas de comidas en el Encuentro de Colectividades de la ciudad, y de los té canastas organizados por la Comisión de Damas del club. Entrevista nº 20, nº 8, nº 14, op. cit.

[55] Entrevista nº 20, op. cit.

[56] En Revista Club Social Argentino Sirio. Bodas de Oro; p. 14; C.S.A.S., Rosario, 17 de agosto de 1946.

[57] Entrevista nº 23, op. cit.

[58] Entrevista nº 26 a Graciela López de Sauan (Secretaria Administrativa del CSAS), Rosario, abril de 2006.

[59] Entre las fiestas es posible considerar los aniversarios de fundación de las distintas ciudades o pueblos de la región, y los Encuentros de Colectividades que comenzaron a efectuarse en las distintas ciudades aledañas. A ello se suman las fiestas populares de renombre a las cuales el Grupo Haiat también fue convocado, por ejemplo: Fiesta Nacional del Inmigrante, en Oberá, Misiones; Fiesta Nacional de la Cerveza, en Villa Gral. Belgrano, Córdoba, entre otras.

[60] Se habla de recuperación porque existieron antecedentes como la mencionada Peña San Jorge en los años ’60, que incluía orquesta árabe y un grupo de danzas, y funcionaba en la Iglesia Melkita San Jorge.

[61] Desde esta lectura, -y siendo inevitable mencionar que la autora ha sido protagonista de dicho proceso-, por un lado la actividad era excluyente para los que no poseían ascendencia árabe, y a la vez no existía demasiada inquietud en la sociedad dicha expresión artística, como de hecho se generó en estos últimos años.

[62] Vale aclarar que el número de alumnos varones es de aproximadamente 15.