Una historia sobre las luchas del movimiento estudiantil de la UON – UTN. El caso de la Facultad Regional Avellaneda (1955-1963)

 

 

Mariana Facio(*)

 

 

Resumen

 

Este trabajo, que abarca el período desde 1955 hasta 1963, se centra en la indagación sobre la significación social que ha tenido la creación de la Universidad Obrera Nacional (UON) para los que fueron sus primeros estudiantes, aquellos que ante el derrocamiento del presidente que había impulsado su creación, Juan Domingo Perón, se organizaron para defenderla y preservarla e impulsaron el inicio de un proceso de jerarquización, expresado en la creación de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Ante la ausencia de fuentes secundarias que analicen el tema, la reconstrucción histórica del período abordado ha sido realizada a partir de los archivos personales y las memorias de los protagonistas, ex alumnos de la Facultad Regional Avellaneda (FRA). En este análisis nos encontramos con una agrupación de estudiantes con características particulares, que la distinguen de otras que experimentaron el proceso de radicalización política característico de esos años. Este estudio buscará ser un aporte de nuevos datos sobre la historia de los movimientos estudiantiles de la década de 1960.

 

Palabras clave: universidad; peronismo; movimiento estudiantil; jerarquización educativa.

 

 

A story about the struggles of the student movement of the UON – UTN. The case of the Facultad Regional Avellaneda (1955-1963)

 

Abstract

 

This research, which covers the period from 1955 to 1963, focuses on the research on the social significance that the creation of the Universidad Obrera Nacional (National University for Workers (UON for its acronym in Spanish) had for its first students who, after the overthrow of the government of Juan Domingo Peron, mentor of said University, got organized to defend and preserve the University and prompted the beginning of a hierarchization process which resulted in the foundation of the Universidad Tecnológica Nacional (National Technological University (UTN for its acronym in Spanish). In the absence of secondary sources to analyze the issue, the historical reconstruction of the period involved was made using personal files and through the memory of those who staged the facts mentioned in the Facultad Regional Avellaneda (School for Avellaneda Region (FRA for its acronym in Spanish). We found a group of students with particular features which differ from those who experienced the process of political radicalization so characteristic of those years. The purpose of this study is to provide new data about the history of the Argentine student movements of the 1960s.

 

Key Words: university; peronism; student movement; educational hierarchization.


 

Una historia sobre las luchas del movimiento estudiantil de la UON – UTN. El caso de la Facultad Regional Avellaneda (1955-1963)

 

Introducción

 

Este trabajo, que abarca el período desde 1955 hasta 1963, indaga sobre la significación social que ha tenido la creación de la Universidad Obrera Nacional (UON) para los que fueron sus primeros estudiantes, aquellos que ante el derrocamiento del presidente Juan Domingo Perón, se organizaron para defenderla y preservarla impulsando el inicio de un proceso de jerarquización que se manifestó en la creación de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

La hipótesis que guió este estudio se refiere a la impronta de promoción social que expresó la educación técnica superior del peronismo, coherente con su planificación política, que fuera coartada en 1955. Su defensa impulsó la organización y movilización de la comunidad estudiantil de la UON con la finalidad de evitar su cierre y conseguir su resignificaciòn en la propuesta tecnocrática que dio inicio legal a la UTN.

El interés de examinar este tema habla de nuestro intento por seguir preguntándonos sobre la controvertida existencia de la UON a través de la utilización fuentes informativas poco utilizadas en estudios sobre esta institución, como lo son los testimonios orales. Estos nos acercaron al tema desde la dimensión socio-cultural a través de un estudio de caso, Facultad Regional Avellaneda (FRA). La inclusión de entrevistas realizadas a los que participaron activamente de la defensa de su casa de estudios, nos permitió rescatar su sentir y vivir cotidiano e indagar sobre el potencial democratizador de esta universidad.

La utilización de esta forma de abordar el desarrollo de la educación técnica superior implementada por el peronismo, tiene la finalidad de ir más allá de las miradas que han dominado el campo de la historia sobre este tema, presente en trabajos históricos más recientes.[1] Asimismo, intentamos profundizar en el análisis de una organización estudiantil con características particulares. Su estudio aporta nuevos datos sobre la historia de los movimientos estudiantiles de la década de 1960, como los relacionados a su principal motivación para participar de la política universitaria, que no fue otra que la consolidación y jerarquización de su casa de estudios.

 

La educación universitaria reorganizada por el proceso de desperonización

 

La firme intención de la sedicente Revolución Libertadora de hacer desaparecer lo que representaba el peronismo, impactó en todo el orden institucional como también en el sistema de educación universitaria sobre el cual se proyectó un programa de desestructuración que eliminó la mayoría de las condiciones que lo habían caracterizado durante la década pasada.[2] Entre septiembre y octubre de 1955, durante la gestión en la cartera de educación del católico y conservador Dr. Atilio Dell´Oro Maini, quien diseñó la nueva legislación que rigió la vida universitaria en aquella etapa inicial, las universidades nacionales fueron intervenidas y se derogaron las leyes que habían orientado la educación superior durante el peronismo. Además, se estableció que la reorganización de dichas casas de estudios la realizarían los interventores elegidos. A ellos se les concedió la facultad de designar profesores interinos y de cesantear a los vinculados con el gobierno depuesto, atribuciones que, en muchos casos, fueron ejercidas de forma arbitraria en medio de un clima de violencia política que expresó el revanchismo antiperonista.[3]

Luego de un breve lapso se dictó el Decreto–Ley 6.403/55 que determinó una nueva organización de la educación universitaria con una marcada impronta de los objetivos de la coalición liberal – católica. Este decreto estableció un grado de autonomía que nunca antes habían experimentado las universidades nacionales sobre la elección de autoridades, la administración de su patrimonio, la estructura de sus planes de estudio, la organización de sus gobiernos, y el establecimiento del plantel docente, aunque respetando la imposición de desvincular a los profesores considerados peronistas y/o comunistas. Esta normativa también posibilitó transformar el sistema universitario tradicional al permitir la creación de universidades privadas mediante su artículo 28.[4] El mismo facultaba, a las llamadas universidades libres, a entregar títulos profesionales habilitantes sin la inspección del Estado, afirmando el principio de autarquía que caracterizaba al mencionado decreto.

El mencionado artículo 28 disgustó a la mayoría de las organizaciones estudiantiles universitarias identificadas con los principios de la Reforma de 1918. Mediante masivas manifestaciones callejeras, expresaron su desacuerdo y pidieron la renuncia del ministro Dell’Oro Maini, al que acusaban de haberlo impulsado por su estrecho vínculo con los sectores clericales. La nueva legislación, no solo rompía con el tradicional laicismo reformista y la gratuidad de la enseñanza, sino que además, terminaba con el control sobre los graduados que el Estado ejercía desde su creación a fines del siglo XIX.[5]

Esta propuesta educativa se expresó en la educación técnica, dejando de lado el impulso democratizador que le había señalado el peronismo. El respaldo que el gobierno de facto le había otorgado a las universidades tradicionales, mediante la autonomía determinada por el Decreto – Ley 6.403/55, fue acompañado por políticas de desfinanciamiento, y desestructuración destinadas a la UON. Si bien la ofensiva gubernamental sobre dicha universidad avanzaba, la misma no lo hacía en un terreno yermo. Por el contrario, se enfrentaba con un estudiantado movilizado en la defensa de su institución. Estudiar su accionar, durante el período analizado, puede acercarnos a responder nuestros interrogantes sobre la perduración de la UON a pesar de la implementación del mencionado proceso de desperonización en la educación superior.

 

La organización del movimiento estudiantil de la UON

 

Luego del levantamiento del toque de queda dispuesto por el gobierno militar, los alumnos que impulsaron la ocupación del edificio de la Facultad Regional Buenos Aires, donde también se encontraba el Rectorado; el 28 de septiembre de 1955 crearon una nueva organización a la que llamaron Junta Provisional de Alumnos de la Regional Buenos Aires. La misma se hizo cargo de la institución hasta el 17 de octubre, día en que asumieron sus funciones las nuevas autoridades.[6] Las primeras funciones que debieron asumir los estudiantes fueron las referidas a la gestión de la universidad, comenzada inmediatamente después de la reunión mantenida con el Ministro de Educación, la que provocó la reanudación de las clases.

Al comienzo, la relación con el nuevo gobierno no fue sencilla. Los estudiantes debieron enfrentarse a los militares para llevar adelante sus acciones de autodefensa, como sucediera en medio de una de las tantas asambleas convocadas por la Junta, cuando les fueron colocados dos tanques Sherman frente a la entrada del Rectorado, con la intención de evacuar el edificio en cinco minutos.[7]

En todo el país, el ambiente universitario había comenzado a convulsionarse a consecuencia de los cambios dispuestos por la gestión militar en la educación superior. Los alumnos de la UON se organizaron para detener la desaparición de su casa de estudios, tarea que había sido asignada al nuevo Rector – Interventor, el Ing. Gabriel Meoli. Este profesional de reconocida trayectoria docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA), asumiría sus nuevas funciones el 17 de octubre de 1955, en medio de un gran dispositivo de seguridad implementado en la Capital Federal para reprimir cualquier manifestación pública.

Las nuevas autoridades demandaron colaboración a los estudiantes, con la promesa de no suspender el dictado de las clases. Pero, el contexto de ilegalidad política hizo que los alumnos intuyeran que el futuro de la universidad comenzaba a peligrar. La búsqueda de desvirtuación de su proyecto original comenzó con la desvinculación del movimiento obrero de una institución que había sido planificada por el peronismo pensando en los trabajadores, y continuó con la implementación de políticas destinadas al desfinanciamiento de la estructura educativa que dependía de la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional (CNAOP)[8] provocando, por ejemplo, la clausura de varias escuelas-fábricas.

Las primeras medidas que tomo el Rector–Interventor fueron el nombramiento de nuevos Decanos en las sedes de la UON y, luego de finalizado el período lectivo de 1955, el llamado a concurso general de todas las cátedras.[9] Pero, a pesar de lo implementado, el Ing. Meoli renuncia a la imposición de cierre de la UON. Luego de entender, en el ejercicio de sus funciones, que la lucha de los estudiantes era justa, decide acompañarlos en sus acciones proponiendo algunas modificaciones al proyecto original de la mencionada institución universitaria. Por ejemplo, el cambio de su nombre, que la emanciparía de su identificación con el gobierno peronista, fue una disposición que compartieron la mayoría de los integrantes del movimiento estudiantil por entender que conservarlo amenazaba la continuidad de su funcionamiento.

Ante la asunción de las nuevas autoridades, los estudiantes de todas las sedes fundaron la Junta Provisional de Alumnos de la Universidad en la Asamblea General del día 3 de febrero de 1956, que fue integrada por dos representantes de cada regional. En ella, los alumnos acordaron sumar al cambio de nombre de la universidad, la de autonomía, modificación de la titulación final de Ingeniero de Fábrica, y profundización de los planes de estudio para que la preparación impartida por la UON fuera considerada, por el campo académico, de primera categoría.[10]

Así se llevaron adelante las primeras acciones públicas del estudiantado, que el Ing. Aristeguieta Urgoiti recordaba de la siguiente manera: “…se hicieron famosas las “pegatinas” que efectuamos, al extremo de que en a una entrevista que tuvimos con un veterano político, nos preguntó que quienes estaban detrás de nosotros, y al contestarle que nadie, … no lo creyó, alegando que hacía falta mucha experiencia y medios para realizarla…”[11]

Fue por aquel entonces cuando aparecieron en las pintadas el nombre de UTN. Según el relato del Ing. Torres “los alumnos fueron casi los únicos que se movilizaron, de no haber sido por ellos no habría Universidad. Los docentes… muy pocos nos acompañaron y los políticos no acompañaban por la proscripción. ¡Hasta Alfredo Palacios se negó a acompañarnos!...”[12]

La campaña publicitaria organizada por los alumnos de la UON había tomado estado nacional y provoco el efecto esperado en un escenario político convulsionado por la cuestión de la enseñanza universitaria. El Ministro de Educación accedió a recibir a las autoridades de la CNAOP y de la Universidad, pero en la audiencia les informó que por la proyectada reorganización de la enseñanza técnica en el país, la CNAOP desaparecería y la UON pasaría a ser controlada por la Dirección General de Educación Técnica (DGET), incluyendo el traspaso de las facultades regionales a la órbita de las universidades nacionales.[13]

Las movilizaciones del reformismo en oposición a la llamada educación libre provocaron la renuncia del Dr. Dell´Oro Maini, quien sería remplazado por el Dr. Carlos Adrogué en el mes de mayo de 1956. Frente a esta nueva situación, los alumnos resolvieron convocar a una Asamblea Nacional de Estudiantes para organizar la continuidad de las acciones del movimiento estudiantil. Una de ellas fue declarar una huelga que se desarrolló el 3 de agosto de 1956. Junto con esta medida, decidieron recorrer las escuelas industriales explicando las consecuencias que para estas instituciones provocaría la falta de resolución de los militares sobre el funcionamiento de su casa de estudios, las que motivaron que estudiantes se plegaran a la huelga, en solidaridad con la lucha de los alumnos de la universidad.[14]

Durante el mismo mes de agosto de 1956 el gobierno dispuso la creación de la Comisión de Estudio, la que fuera integrada por instituciones de firme orientación antiperonista, como organizaciones corporativas profesionales y empresariales; y el ala reformista y humanista de la comunidad universitaria. Los mencionados integrantes expresaron su respaldo al gobierno ejerciendo la función de ”estudiar la problemática general de la enseñanza técnica, y en particular, sobre los títulos que expedirá la llamada Universidad Obrera Nacional, de acuerdo con los pedidos de los alumnos de esos establecimientos que actualmente se encuentran en huelga”[15]

Como las movilizaciones de los estudiantes de la UON habían sido desarrolladas a nivel nacional, puede considerarse que sus efectos convencieron a los militares a tratar de solucionar el conflicto con la creación de la Comisión evitando así una nueva situación de inestabilidad política, como la causada por las protestas organizadas por los reformistas. Pero, los alumnos desconfiaron de la idoneidad de algunos de sus miembros. Si bien, habían sido convocadas las autoridades de la universidad, que en muchos temas compartían las inquietudes del estudiantado[16], el antiperonismo de varios de sus integrantes determinaría sus resoluciones, sin que lograran considerar la singularidad del sistema de educación implementado en la UON.

 

La FRA y su protagonismo en el movimiento estudiantil de la UON

 

La FRA[17] también sufrió las transformaciones académicas establecidas por los militares. Como en el resto de las sedes, las mismas comenzaron con la intervención de la Facultad y el nombramiento de nuevas autoridades. El Ing. Zappalorto fue el primer Decano Interventor designado de inmediato por el gobierno de facto. En 1956 asume como nuevo Interventor el Ing. Faustino Villamayor con desempeño hasta el año 1960.

Los alumnos recibieron al Interventor con desconfianza. Aunque, como había sucedido con el nombramiento de las máximas autoridades de la UON, el nuevo decano cambió sus iniciales impresiones sobre la institución cuando comprobó que la propuesta educativa que los alumnos defendían era valiosa y necesaria para capacitar la mano de obra que requerían las industrias de la época. Sobre las autoridades de la universidad, el Ing. Alfonso Silva recuerda: “… Zappalorto traía instrucciones precisas de cerrar la facultad, como tenían instrucciones precisas todos los decanos de bajar la cortina… Pero nosotros lo enamoramos… lo enamoramos de manera tal, que cuando nosotros teníamos que salir a hacer manifestaciones en defensa de la Universidad, traíamos diarios con un esténcil y un soplete, sobre el diario… pintábamos con pintura resaltante carteles que decían: qué es la Universidad tecnológica, para que sirve, yo que sé… y el señor Zappalorto nos cebaba mate; así que fíjese como cambió la cosa, o sea, en realidad, nos enamoramos, unos de los otros; yo con Zappalorto tenía una amistad hasta el día que murió, muy fuerte. Bien, se hace cargo, manejó la casa menos de un año, y entonces el primer decano creo que fue el ingeniero Faustino Villamayor…”[18]

La intención de cierre de la universidad que perseguía la gestión militar hizo que los alumnos de la FRA se sumaran a las acciones de la Junta Provisional de Alumnos de la Universidad. El Ing. Leis, reconocido por los entrevistados como unos de los principales protagonistas del movimiento estudiantil de la Regional, explica cómo organizaron la agrupación estudiantil: “…como toda organización nacida de la inexperiencia, se fue dando de un modo natural, con esfuerzo y a los tropiezos, ya que debe tenerse en cuenta que todos los estudiantes trabajaban en industrias–requisito básico entonces- con horarios de trabajo a veces extensos. Según recuerdo, fue siempre el amigo Caminada quien se ocupó de las finanzas del Centro de Estudiantes, con los aportes de cada estudiante y en el caso de FUT, con los de los centros de estudiantes. Nunca se recibieron contribuciones ajenas al ámbito estudiantil…”[19]

La continuidad en estas acciones contribuyó al convencimiento de las autoridades a atender sus reclamos. Al respecto, el Ing. Leis recuerda: “… Nuestras movilizaciones fueron siempre muy correctas. Introdujimos prácticas de otras épocas anteriores, por ejemplo los hombres sándwiches, prueba a la que no todos se sometían, o simular discusiones en la calle Florida, para que los peatones se acercaran y al ver a tipos exasperados enfrentados con distintas posiciones, se fueran enterando de nuestra lucha. Todo fue pacífico…”[20]

En el marco del debate sobre el Decreto 6403/55, se movilizaron para exigir que la mencionada normativa incluyera a su casa de estudios. Haciendo alusión a uno de los puntos que establecía el principio de autonomía, un gobierno con la inclusión de la representación estudiantil; los alumnos y las nuevas autoridades comenzaron a proyectar cambios institucionales por entender que los mismos jerarquizarían a la universidad en el campo de la Ingeniería. Jerarquización que se fundamentó en la negación de sus opositores a considerarla una institución universitaria por entender que no brindaba una formación integral.

A partir de 1956 se introdujeron los primeros cambios en los planes de estudio de las carreras que la CNAOP había dispuesto que se dictaran en la FRA, atendiendo las necesidades económicas del partido de Avellaneda.[21] Estos cambios, fueron expresados en un proyecto de ley que alumnos y autoridades comenzaron a conformar por pedido del gobierno militar. En 1957, la estructura académica de la FRA también fue modificada. Se organizó en departamentos que comenzaron a agrupar a las cátedras según la especialidad y afinidad y a diseñar y actualizar el perfil de las carreras. Si bien las transformaciones académicas llevadas a cabo, y las noticias sobre el futuro incierto de la universidad pudieron condicionar su existencia; la Regional siguió siendo elegida para el estudio de carreras técnicas superiores.

Respecto del campo político del centro de estudiantes, para el Ing. Jakimczyk, los reclamos tenían una particularidad, “los tres claustros estaban de acuerdo para defender la Universidad, a diferencia de la Regional Buenos Aires, donde el claustro de profesores no acompañó porque había estudiantes de izquierda…”[22] Si bien una gran parte de sus integrantes se encontraban politizados, no practicaban una política partidaria definida, así lo relata el Ing. López, “Los 1956 alumnos que poblaban las nueve facultades regionales, hicieron un bloque libre de banderías. Se unieron para defender la Universidad”.[23] Pero, sí lo hacía una minoría que tenía vinculación a partidos con representación nacional, según las expresiones del Ing. Francic; …”nos habían acusado de que todos éramos una manga de peronistas… y si, lo éramos”[24]

Estas controversias entre los alumnos movilizados sobre la práctica política también pueden rastrearse en la memoria sobre el inicio de su lucha tras la nueva sigla UTN. Algunos entrevistados sostenían que debían desvincular a la Universidad del gobierno peronista que la había creado, para defender su continuidad en un contexto político adverso. Su defensa significaba enfrentarse a un gobierno dispuesto a la persecución, proscripción y represión de los que consideraba sus opositores. Sobre este tema, el Ing. López destaca las acciones del movimiento estudiantil de la FRA, “Nuestra gesta considero fue superior a la llamada Reforma de 1918, que tuvo mucha prensa. Allí no se cerraba una Universidad por un gobierno de facto, no había riesgo de vida, ni se perdían años de estudio… No tuvimos mártires por milagro”. Sin embargo, para otros, la designación dada en el momento de su creación “era de raíz demagógica y no evidenciaba la calidad del estudiantado ni las finalidades de la universidad.”[25] Estos relatos nos permiten conocer otra mirada sobre la denuncia de sus opositores respecto del supuesto plan de peronización que encerraba la creación de la UON. El mismo parecía no haber arraigado en la FRA.[26] Sin embargo, luego del golpe de estado de 1955, los militares utilizaron las distintas alusiones a Perón, a Eva Perón y a los principios del justicialismo manifestados en la Universidad, para justificar su intento de clausura.

Más allá del contexto político adverso, el movimiento estudiantil de la Regional fue protagonista de las acciones emprendidas por la Junta Provisional de Alumnos, demostrada por la intervención de sus miembros en la reunión que les concediera el Gral. Aramburu. El 5 de setiembre de 1956 dicho mandatario, luego de numerosas solicitudes, accedió a recibir a los representantes del movimiento estudiantil. Los alumnos organizaron una asamblea los días previos, para instruir a los que se entrevistaran con el Presidente, entre ellos los alumnos de la FRA Antonio Martínez e Israel Mahler, este último, además designado miembro informante. Sobre el desarrollo de la reunión, los participantes destacaron el interés que demostró el Gral. Aramburu sobre la explicación dada por el Sr. Mahler a propósito del funcionamiento de la Universidad y la situación por la que estaba atravesando: “…luego de tomar un café con Aristeguieta, me contó que llegó a verlo a Aramburu y el señor que          les indicaba el protocolo les comentó sobre una luz roja que marcaría el fin de la audiencia… y la luz comenzó a prenderse y apagarse y Aramburu les dijo: - ¡No se va nadie de acá! ¡Quiero terminar con este tema de la Universidad!…”[27]

Aquel inicial interés del Presidente, al finalizar la reunión se convirtió en una propuesta de negociación. Con la condición del levantamiento de la huelga que mantenían los alumnos de la UON, el Gral. Aramburu propuso un plazo de dos meses para la decisión de la Comisión de Estudio. La concreción de esta entrevista fue vivida por el movimiento estudiantil como un logro importante, al considerar que a partir de sus acciones habían conseguido la mencionada audiencia.

Luego de cumplido el plazo de dos meses que le fuera establecido a la Comisión de Estudios, se expidió por la eliminación de la UON, decisión que fue efectuada de forma irregular, debido a los mecanismos administrativos que eligieron utilizar sus integrantes.[28] Para informarlos sobre la mencionada resolución, sus alumnos fueron convocados nuevamente por la Secretaría de la Presidencia de la Nación, asistiendo solo Aristeguieta Urgoiti, de la FRBA y Martínez, de la FRA. Durante la reunión, los estudiantes expresaron su fuerte rechazo a la medida, utilizando un tono elevado de voz que motivó, para sorpresa de ellos, su interrupción por el mismo Presidente. El Ing. Aristegueta Urgoiti, recuerda el episodio: “Estando en este trance tan delicado y nada grato, se abre la puerta que había en un rincón del despacho y aparece… el Gral. Aramburu… preguntando: ¿Qué pasa aquí? La sorpresa fue grande, pero reaccionando le dije que había sido citado a esa Secretaría, para notificarme de la disolución de la Universidad Tecnológica Nacional y como representante del Estudiantado, protestaba. En ese mismo instante ordenó que se me pusiera en contacto con el Capitán del Ejército Sr. Nogue, el cual recibiría instrucciones al respecto.”[29]

El Gral. Aramburu ordenó, al mencionado funcionario, que solicitara a los alumnos un detallado informe sobre el funcionamiento de la universidad y las particularidades de la lucha estudiantil. Según el Ing. Jakimczyk, a los pocos días se entregó el informe y a partir del análisis del mismo por el Presidente “la cosa cambió… no cerraron porque Aristeguieta vendió muy bien la mercadería… era gente de muy buen nivel, en el área laboral eran gerentes, proyectistas. No eran alumnos del montón…”[30]

Luego de las acciones del movimiento estudiantil de la UON, en un escenario político cada vez más convulsionado, puede considerarse que la gestión militar reconoció la importancia del funcionamiento de la Universidad para afrontar los requerimientos de capacitación de las industrias de la época. Sin embargo, en el gobierno iban apareciendo desencuentros que modificarían sus propios planes. Al finalizar el año 1957, la gestión militar convocaba a elecciones legislativas y presidenciales. Para entonces, los alumnos de las primeras camadas estaban prontos a recibirse, sin una resolución definitiva sobre el futuro de su universidad.

 

Nuevos desafíos: el desarrollismo y su propuesta de enseñanza universitaria

 

Los alumnos movilizados de la UON no dejaron de protagonizar las acciones que, durante el gobierno de la Revolución Libertadora, le habían permitido lograr la continuidad de su universidad, y además, una buena inscripción en los cursos de los años sucesivos. Con la llegada de la apertura electoral, esperaban que el reconocimiento de su casa de estudios les fuera dado por leyes constitucionales. Luego del triunfo de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) en febrero de 1958, una comisión de alumnos solicitó entrevistarse con el Ministro de Educación en funciones, el Dr. Mac Kay, con la intención de enterarlo acerca de la marcha de la Universidad, haciéndole entrega del proyecto de Ley, al que llamaron de normalización. En la reunión, el Ministro manifestó su intención de apoyar la propuesta de los alumnos. Así, en pleno desarrollo del debate generado por la llamada educación libre, los alumnos lograron ponerse en contacto con el senador ucrista Aníbal J. Dávila, Presidente de la Comisión de Enseñanza de la Cámara de Senadores, a quien le hicieron entrega de su proyecto de ley. Este senador, luego de evaluar y hacer algunas modificaciones a la propuesta, se encargó de despacharla al Poder Ejecutivo.

El 28 de agosto de 1958, por la Cámara de Senadores se recibe en el Congreso Nacional el anteproyecto de la ley modificatoria de la 13.229/48, normativa que había dado origen a la UON. Nuevamente, las acciones del movimiento estudiantil daban sus frutos: el anteproyecto que había llegado al Parlamento estaba basado en el que habían redactado en forma conjunta las organizaciones estudiantiles, nucleadas en torno a la recién creada Federación Universitaria Tecnológica (FUT), y las autoridades de la universidad.[31] Pero, el debate sobre el mencionado Artículo 28 demoraba el tratamiento del proyecto.

Los alumnos continuaron su accionar entrevistando a senadores y diputados para presentarles su propuesta educativa descubriendo que, para muchos legisladores, la UON era desconocida. Así recuerda esos sucesos el Ing. Jakimczyk “estuve con algunos diputados y llevaba la historia, porque era necesaria. Los legisladores, la mayoría, la desconocían. Hubo que instruirlos…”[32] Según el ingeniero, las mencionadas reuniones con los diputados les permitió lograr el apoyo de la mayoría. Pero, si se examina el escenario político y económico del momento, el respaldo de los legisladores pudo haber surgido de la necesidad de formar técnicos para la industria en crecimiento. En cuanto al bloque ucrista, la voluntad de apoyar al Poder Ejecutivo en su reforma educativa universitaria, sería una de las razones a tomar en cuenta si se considera que la misma había provocado gran número de detractores.[33]

El 28 de septiembre el Senado trató el polémico artículo 28 que fue aprobado sin mucho debate. Luego, los Senadores pusieron en discusión los veintiún artículos del proyecto de ley de la UON, el que también fue aprobado rápidamente, con los cambios sugeridos por el senador Dávila.[34] Aunque este logro de los estudiantes ocupó poca atención de los medios gráficos, dedicados a la sanción de la ley sobre universidades libres, tratado durante la misma jornada, ese día quedó en el recuerdo de la FUT. El Ing. Leis, primer secretario de actas de la mencionada institución, recuerda que a pesar de haber logrado junto a sus compañeros el reconocimiento de algunas de las reivindicaciones, sus vivencias en el recinto parlamentario le provocaron una profunda desilusión, como a muchos otros estudiantes universitarios de la época “también sentí la decepción de quienes, habiendo sido firmantes de la Reforma de 1918, capitulaban sus principios en aras de la "disciplina partidaria"”. Y continúa su relato recordando “cursaba cuarto año y dejé los estudios por un período de cuatro años, tal vez decepcionado con el resultado parlamentario de la reglamentación del artículo 28 y otros problemas personales.”[35]

Esta dualidad del frondicismo de impulsar simultáneamente la enseñanza libre y la continuidad de una institución como la UON, que había sido pensada por el peronismo para atender las demandas de promoción social de los sectores trabajadores, produjo contrariedad en ciertos miembros de la comunidad universitaria tecnológica. El manifiesto respaldo del gobierno a la enseñanza libre, más allá de los mencionados fines políticos que perseguía, respondió a su lectura economicista sobre la educación. El cumplimiento de este objetivo pedagógico se aproximaba a la propuesta presentada por el movimiento estudiantil. Las modificaciones que le habían realizado al proyecto original de la UON la emancipaba de su identificación con el gobierno peronista, y su modelo educativo democratizador.

Aunque los entrevistados señalan que existía acuerdo entre el alumnado en la organización de acciones para conseguir el reconocimiento de la Universidad, estas hoy son interpretadas mediante diversas posiciones políticas. El Dr. Bernardo Dolber, quien representó al reformismo universitario en el Centro de Estudiantes de la FRBA, relata que: “…era un título de segunda… había una restricción para entrar al Colegio Argentino de Ingenieros… esta situación motivó el cambio de nombre, el cambio de planes de estudio… ¿Si fue positivo o negativo? Según como ideológicamente se lo mire. Lo importante era salir a trabajar… Ni bien, ni mal. Era importante no ser discriminado y terminar la carrera. Las empresas miraban con desconfianza, la UON era la Universidad peronista…”[36]

Pero, para el Ing. Torres, desde su militancia peronista, este proceso de restructuración de la universidad fue consecuencia de presiones políticas, las que además provocaron que se fuera desvinculando de sus objetivos pedagógicos originales. Para dicho Ingeniero hubo cambios en “porque los apretaban. Había necesidad de muestras de jerarquización de las autoridades, en respuesta a las medidas gubernamentales... Los cambios sí acercan la Universidad a la UBA, pero la UBA también se va a acercar a la UTN.”[37]

 

La lucha por la legalización: La creación de la UTN

 

Los tres claustros de la universidad se mantuvieron unidos para realizar acciones tendientes a conseguir que el proyecto fuera tratado en la Cámara de Diputados. Pero, además, para contrarrestar la oposición que, desde la aprobación del proyecto de ley en el Senado de la Nación, manifestaron distintas corporaciones profesionales. A pesar de las mencionadas resistencias, en septiembre de 1959 la Comisión de Enseñanza de Diputados aprobó su proyecto de ley y comenzó a ser tratado el 9 de octubre de ese período legislativo. Comparando los debates que posibilitaron la creación de la UON en 1948, donde el bloque radical se opusiera firmemente a su creación por considerar que solo sería destinada a formar profesionales especializados en la industria nacional; en las discusiones parlamentarias acerca del proyecto ucrista de la UTN se mostró mayormente a favor de la institución a través de las dos vertientes en que se había dividido el partido: UCRI Intransigente y UCR del Pueblo. Fueron pocos los diputados radicales que recordaron aquella concepción universalista, que en los debates parlamentarios que dieron origen a la UON en 1948, consideraron como característica necesaria de todas las instituciones de estudios superiores.

La razón de la existencia de muy pocas voces que discreparan en alguna cuestión con el bloque de la UCRI, fue la permanencia durante la presidencia de Frondizi de la proscripción política del peronismo. Así, pudo destacar en sus discursos que su propuesta recomendaba modificar ”el criterio clasista que tiene el artículo 10 de la ley originaria 13.229, y por el cual fue impugnada su designación de Universidad Obrera por nuestra diputación del año 1948.”[38] Este cambio fundamental no consideró el fin democratizador que había contenido la educación técnica del peronismo. Esta característica distintiva de la institución fue duramente cuestionada, expresando el prejuicio social establecido sobre la UON y sus estudiantes, principalmente por la injerencia de la dirigencia obrera desde su momento fundacional. El gobierno comenzaba a analizar la incidencia de la educación sobre el desarrollo económico, y a considerar a la educación técnica como una estrategia para la modernización, en contraposición a la educación humanística, atribuida a la impartida por las instituciones tradicionales.

Luego de ser tratado por ambas cámaras, el proyecto se aprobó el 14 de octubre de 1959 legalizando el cambio de nombre de UON por el de UTN, su autonomía y el equiparamiento con las demás universidades del país. Estos cambios manifestaron la ruptura con la educación técnica ideada por peronismo, aunque el gobierno siguió necesitando de las estructuras de la CNAOP y la DGET para dar inicial funcionamiento a su propuesta educativa. Los titulares de algunos matutinos porteños que habían seguido las instancias de la aprobación del proyecto de ley en el Parlamento anunciaron la noticia como la creación de una nueva institución universitaria, sin mencionar vinculación alguna con la UON.[39]

 

La organización institucional de la UTN

 

La Ley 14.855/59 encomendó la formación de profesionales en el ámbito de la tecnología con una preparación humanística y cultural que los habilitara para desempeñarse como directivos en la industria y la sociedad, luego de su desvinculación de la de la CNAOP, y su unión al Consejo Nacional de Educación Técnica. Esta Ley también aclaraba la formación de una nueva organización institucional, tarea a realizar por el Consejo Superior de la UTN. Este organismo gobernó provisoriamente la institución hasta que se dictó el Estatuto Universitario, y estuvo integrado por el Rector, el Vicerrector, los Decanos y tres delegados de cada uno de los claustros de la mencionada universidad.

En la realización de estas nuevas funciones, las nuevas autoridades cumplían con los objetivos de su comunidad, deseosa de consolidar la UTN y adecuarla a las pautas educativas vigentes a nivel nacional. Los cambios que impulsaron remarcaron la prioridad de los fines institucionales, superando las funciones sociales y educativas del programa educativo de la UON. Sin embargo, su nueva estructura interna y los cambios curriculares, hicieron que siguiera siendo considerada la opción más adecuada por los jóvenes que trabajaban.

El mantenimiento de su turno vespertino justificaba la elección, como la de aquellos que habían optado por la UON e integraron los primeros cursos que dictaron a partir de 1953, y a fines de 1959 terminaron sus carreras siendo los protagonistas de la Primera Colación de Grado de la UTN, el 8 de julio de 1960. Por ser el primero de los actos académicos de esta índole que realizaba la Universidad, el Consejo resolvió entregar ese mismo día, 309 títulos a los egresados de varias especialidades de todas las regionales. Se celebró en el Aula Magna de la Facultad Regional Buenos Aires; lugar que había sido testigo de la inauguración de la UON a cargo del presidente Perón el 17 de marzo de 1953 y de varias asambleas de la Junta Provisional de Alumnos en donde se debatieron las acciones para defender a la Universidad.

Si bien la celebración de este acto consagró una etapa de cuatro años de lucha del estudiantado, la transformación institucional que se requería para su adecuación al sistema universitario vigente se realizó mediante la elaboración del Estatuto Universitario. El Consejo comenzó a estudiar su proyecto durante su novena reunión, realizada el día 8 de octubre de 1960.[40] En sus puntos más relevantes, su contenido fue un fiel reflejo de lo establecido por la Ley 14855/59. Determinó la reestructuración del gobierno de la universidad reconociendo la participación de profesores, graduados y estudiantes y la realización de Asambleas y Consejos que se organizarían como lo hacían el resto de las universidades nacionales. Su composición institucional conservó el carácter federal de la UON mediante sus facultades regionales. A ellas les confirió la libertad para reglamentar su funcionamiento, elegir autoridades y establecer planes de estudio y programas acordes con las propuestas de jerarquización que impulsaron los estudiantes de la Universidad.[41]

Luego de nueve reuniones se acordaron las fechas para convocar la Asamblea Universitaria. La misma se reunió en 1962 y aprobó los 13 títulos del Estatuto. Estuvo compuesta por el Dr. Salellas, que la presidió ejerciendo su puesto de Vicerrector a cargo del Rectorado, el Dr. Vissio, Secretario General de la UTN y funcionarios de todas las Facultades Regionales.[42] Esta normativa entró en vigencia en marzo de 1963, y habilitó las elecciones para el nuevo Consejo Universitario (HCSU) y para distintas autoridades de la universidad y sus facultades regionales.[43]

El proceso de transformación que inició la UTN tuvo como fin lograr su jerarquización institucional, persiguiendo neutralizar las dificultades que sus opositores le impusieron, mediante la resignación de la esencia de lo que significó la UON para el proyecto educativo peronista, en lo referido a su contenido curricular y a su nombre. Las desigualdades en relación al presupuesto percibido por la UTN, que problematizaba su funcionamiento, demostraron que la total equiparación con las instituciones nacionales, a pesar de la legislación que estaba en vigencia, no se cumplía. Este contexto dio origen a una nueva etapa en su lucha el movimiento estudiantil por la defensa de su casa de estudios.

 

El movimiento estudiantil de la FRA y sus “historias celestes”[44]

 

La nueva estructura del gobierno de la UTN reconoció la participación de todos los claustros. El movimiento estudiantil tecnológico se organizó a nivel nacional en la mencionada FUT. Los alumnos de la FRA participaron activamente de las acciones que en ella se acordaron y por esta razón se les otorgo la función de elegir las primeras autoridades de la Federación dentro de su organización estudiantil. La dirección fue asumida por J. Leis; A. Barala fue elegido Secretario, O. Pereyra, Secretario de Actas, y H. Caminada, Secretario de Hacienda[45], quienes condujeron las asambleas donde el estudiantado debatió sobre el proyecto de creación del Estatuto Universitario que reorganizaría su casa de estudios.

Si bien estos hechos son trascendentes para la historia de la Regional, la realización del Primer Acto de Colación de Grado de la FRA significó para nuestros entrevistados, el inicio del ansiado reconocimiento institucional que habían perseguido desde sus primeras movilizaciones. El mismo se realizó el 10 de agosto de 1962, en el Teatro Municipal Roma, con la asistencia de las máximas autoridades de la Universidad y de la Regional, quienes entregaron los diplomas a los consejeros, profesores titulares y a los 15 egresados de los cursos lectivos de 1960, 1961 y 1962.[46]

A partir de la nueva organización tripartita del gobierno de la UTN, el Centro de Estudiantes de la Regional fue dirigido por la llamada Lista Celeste. Según los entrevistados, la misma fue creada por Humberto Szpak con el objetivo de oponerse a la politización que algunos estudiantes deseaban introducir en el Centro y en el Consejo Directivo. Según el recuerdo del El Ing. Tortorici “Todos tienen que tener ideología, pero dentro de la Universidad… se va a estudiar. Sí ideas políticas, pero, pero que no se interrumpan las clases…”[47] A nuestro entender, consideramos que esta decisión de los integrantes del centro de la FRA, se explica a través del convencimiento de que su universidad, poco prestigiosa y consolidada, requería de la constante organización de acciones que tuvieran el fin de jerarquizarla.

En la búsqueda de comprender el campo político del movimiento estudiantil de la FRA la comparación con el alumnado tecnológico de la FIUBA nos permitió acercarnos a algunas explicaciones sobre la negativa de los dirigentes estudiantiles a vincular las estructuras partidarias de nivel nacional al Centro de Estudiantes. Según los datos recogidos por el tradicional trabajo de Juan O. Inglese, sobre una encuesta realizada a fines del año 1964 que buscó analizar el comportamiento de estudiantes y dirigentes de la FIUBA, los dirigentes, en su mayoría de la mencionada agrupación conocida como La línea Recta (CEI “LLR”), reconocían que no todos los sectores sociales podían tener acceso a la universidad, y que la causa de esa limitación provenía, principalmente, de la existencia de una estructura económico-social injusta.[48] A diferencia del resto del estudiantado, se definían ideológicamente de izquierda, posición que no era atribuible a la extracción social, sino al conocimiento de los problemas sociales que desde el movimiento estudiantil alcanzaron a percibir. El 90% de ellos simpatizaban con algún partido político; y en cuanto a las acciones que emprendían, se relacionaban con el principal objetivo de alcanzar el tipo de universidad que había sido propuesta por la Reforma del año 1918.[49]

Si bien, sobre esta etapa de la regional no se poseen datos estadísticos de este tipo, los relatos de sus ex alumnos describen a su estudiantado con diferentes motivaciones para participar de la política universitaria, determinadas por el escaso tiempo que tenían para practicarlas siendo trabajadores y, a su vez, jefes de hogar. El Ing. Waitoller así lo explica: “En ese entonces todos trabajábamos y la mayoría eran casados y con hijos. Nadie quería perder el tiempo ni las oportunidades.”[50] A las reuniones del Centro de Estudiantes el Ing. Tortorici las recuerda de la siguiente manera: “Yo tenía 20 años… estaba casado, me casé a los 19 años. Me ayudaba mi mujer en las reuniones que hacíamos en la casa en Sarandí, y las esposas hacían la comida. Nuestras reuniones no tenían que ver con la diversión, sino para ver que hacíamos en la Universidad…”[51]

La agrupación Celeste impulsó acciones como la consolidación de las especialidades en la FRA, importante por la cercanía a domicilios y lugares de trabajo de su estudiantado. Según el relato del Ing. Tortorici “Durante esos años, nos la pasamos luchando para que ninguno dejara de estudiar, ya que si éramos menos de cinco, nos pasaban a la Sede de Medrano de la Regional Buenos Aires.”[52] La descripción de estas acciones de la dirigencia estudiantil de la FRA, distaban de ser las vinculadas al “entrenamiento de los futuros cuadros partidarios”.[53] En comparación con los objetivos de las tareas mencionadas del CEI “LLR”, sus relatos describen a los estudiantes de la FRA preocupados por estudiar en una institución que, a pesar de la normativa vigente, todavía no era reconocida por el campo de la Ingeniería.

En la FRA existía el acuerdo de todos los claustros de trabajar para su consolidación institucional. En otras universidades tradicionales, los proyectos renovadores impulsados por el frondizismo comenzaron a verse limitados por la fragmentación que generó la radicalización política de una parte importante de sus integrantes. La misma se profundizó con la Revolución Cubana que introdujo en el ámbito universitario el acuerdo sobre las soluciones revolucionarias. Ya no se creía que los problemas sociales de la Argentina podían ser solucionados a partir de la aplicación de políticas desarrollistas. En ese contexto, en la universidad que había sido pensada como un agente de transformación social, el problema más evidente fue la imposibilidad de separar la esfera política de la académica provocando el mencionado límite al proyecto renovador iniciado en 1955. Muchos comenzaron a cuestionarlo por cientificista. Principalmente, los estudiantes dudaron de que la ciencia pudiera contribuir a transformar la realidad social y así fue como sus dirigentes vincularon las instituciones universitarias al proceso de cambios revolucionarios que se promovían en la época.[54]

El Ing. Waittoler recuerda que el mismo escenario político no provocó la fragmentación interna de la agrupación Celeste: “Allí estábamos todos juntos: católicos y judíos, peronistas, radicales, socialistas y demo progresistas. Teníamos serias diferencias a nivel personal pero nos respetábamos mucho y eso permitía la pluralidad de ideologías. Imagínense las discusiones por el bloqueo a Cuba, las reacciones por la guerra de los 6 días, el asesinato de Kennedy, … la muerte del Papa Juan XXIII, Vietnam, los Beatles, Woodstock, etc. El mito del Che aún no estaba popularizado… En pocos años nos cambiaron todo, de una vida sobria y bucólica a una sociedad dinámica e irrespetuosa. Estos cambios motivaban al estudiantado y eran caldo de encarnecidas discusiones. En cierta manera nos segmentaban pero solo en conceptos extracurriculares. Puertas adentro, aún con posturas diferentes, el consenso era unánime: Buscar la excelencia para nuestra Facultad…”[55]

Para nuestros entrevistados la consolidación de la Universidad comenzó con la obtención de conquistas que habían sido objeto de sus movilizaciones. Por ejemplo, el momento en que lograron la aprobación de uno de sus proyectos más ambiciosos, la donación de los terrenos del Parque de Villa Domínico, que actualmente ocupa el campus de la Facultad.[56] Esa importante adjudicación significó, para muchos de ellos, la etapa del reconocimiento de la UTN por el campo de la Ingeniería.

 

A modo de conclusión

 

En esta investigación fue central el análisis sobre la significación social que ha tenido la creación de la UON para sus estudiantes. A través del análisis de las vivencias de los que fueron sus estudiantes en la FRA, hemos comprendido que la misma ha motivado la conformación de las particularidades del movimiento estudiantil que ellos integraron, sin tener experiencia política, con el fin de conseguir la continuidad de su casa de estudios tras el golpe de estado de 1955.

Lo interesante de haber analizado los recuerdos de varios de sus estudiantes, vinculados a una institución identificada con la propuesta educativa del peronismo, fue descubrir su inmersión en un proceso político distinto al que vivenciaron los trabajadores férreamente identificados con este movimiento político, lo que nos ha permitido cuestionar aquellas posiciones historiográficas que describen a la educación superior del peronismo como un medio más de propaganda política, con un importante componente represivo y manipulador.[57]

La lucha de estos estudiantes se centró en la defensa de su casa de estudios. Ante el miedo de no ver concretados los deseos de obtener un título universitario, entendieron que parte de la permanencia de la Universidad dependía de anular su identificación con el peronismo. Sólo de esa forma creyeron que podrían iniciar un proceso de cambios que la jerarquizaría ante la mirada del campo de la Ingeniería. Este fue el propósito que diseñó las estrategias de lucha de estos estudiantes, las que posibilitaron su acercamiento a los miembros de la sedicente Revolución Libertadora, a quienes convencieron de lo importancia que podría tener la UON en una nueva etapa de crecimiento industrial.

En relación a sus acciones realizadas durante la gestión de gobierno del Dr. Frondizi, no lograron concretar la equiparación legal de su casa de estudios con el resto de las universidades nacionales. Esta situación determinó que sus motivaciones para realizar políticas universitarias, fueran distintas del resto de los estudiantes del país, los que habían comenzado a transitar, durante la misma etapa, un proceso de radicalización política que los llevó a involucrarse, desde la universidad, con las problemáticas sociales y políticas que se proyectaban en el ámbito nacional e internacional.

El análisis de las memorias de los ex estudiantes de la FRA nos brindó la posibilidad de comprender la importancia que tuvo para ellos el haber sido parte de esta propuesta educativa, a la que resignifican respecto al discurso peronista y al de su oposición y rememoran junto a sus logros profesionales, los que consideran la razón del acceso a mejores condiciones de trabajo y de vida. Son estos recuerdos los que nos acercaron al entendimiento de su lucha para que la UON trascendiera de su consideración discriminatoria, impuesta por el campo de la Ingeniería, como la “universidad de los trabajadores”. Pero, además, a sus deseos de verla alejada del conflicto político peronismo/antiperonismo y reconocida como una de las instituciones más prestigiosas de la educación técnica superior de nuestro país.

 

Bibliografía

 

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Revista de la Universidad Obrera Nacional, CNAOP, Buenos Aires, 1953 – 1955. Año I – III, Nº 1 a 13.

 

Testimonios orales

 

Entrevista realizada al Dr. Bernardo Dolber el día 28/03/2011.

Entrevista realizada al Ing. Fernando Francic el día 20/04/2011.

Entrevista realizada al Ing. Ángel Torres el día 23/04/2011.

Entrevistas realizadas al Ing. José López los días 11/05/2012, 13/6/2012, 10/08/2012 25/8/2012.

Entrevista realizada al Ing. Alberto Pastirik el día 18/6/2012.

Entrevista realizada al Ing. José Tortorici el día 26/6/2012.

Entrevista realizada al Ing. Roberto Waitoller el 4/7/2012.

Entrevista realizada al Ing. Eduardo Jakimczyk el día 23/7/2012.

Entrevistas realizadas al Ing. Juan Leis los día 30/08/2012, 19/2/2013 y 4/7/2013.

Entrevista realizada al Ing. Alfonso Manuel Silva por la Regional Avellaneda de la Universidad Tecnológica Nacional, en Agosto de 2000. (En línea) http://fra.cvg.utn.edu.ar/login/index.php (consulta: 2 de noviembre de 2012).

 

 

Recibido: 30/09/2016

Aprobado: 11/11/2016

Versión Final: 24/01/2017

 



(*) Doctoranda en Ciencias Sociales y Magister en Ciencias Sociales del Trabajo (Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires-UBA). Profesora de Enseñanza Media y Superior en Historia (Facultad de Filosofía y Letras. UBA). Docente en las carreras de Gestión Social y de las Organizaciones (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo), de Relaciones del Trabajo (Facultad de Ciencias Sociales. UBA), Ciclo Básico Común (UBA), Licenciatura en Sociología y Licenciatura en Comunicación (Universidad de Ciencias Sociales y Empresariales-UCES). E-mail: mariana_facio@yahoo.com.ar

[1] En el ámbito universitario tradicional se estableció un consenso sobre la educación superior durante el peronismo. Luego del golpe de estado 1955, solo fueron consideradas las experiencias relatadas por los opositores, las que formalizaron un significado de los acontecimientos. Estas visiones pueden percibirse en investigaciones más recientes, como por ejemplo: TORRE, J. C. y PASTORIZA, E.; “La democratización del bienestar”. En TORRE, J. C. (Dir.); Los años peronistas (1943 – 1955), en Nueva Historia Argentina, Volumen 8, Buenos Aires, Sudamericana, 2002. PLOTKIN, M.; Mañana es San Perón - Propaganda, rituales políticos y educación en el régimen peronista (1946-1955), Buenos Aires, Ariel, 1993. REIN, R. y SITMAN, R.; El primer peronismo. De regreso a los comienzos, Lumiere, Buenos Aires, 2005, entre otros.

[2] El sistema de capacitación técnica universitaria que organizó el peronismo dependió de la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional (CNAOP) y estaba compuesto por tres ciclos: el básico, de tres años de cursada en las Escuelas Fábrica y de Aprendizaje, las Escuelas de Medio Turno y las de Capacitación Obrera; el técnico, de cuatro años de duración, de donde se egresaba Técnico de fábrica; y un último que se reconoció como universitario. La UON, fue creada el 26 de agosto de 1948 por Ley 13.229 y su funcionamiento fue reglamentado por decreto del Poder Ejecutivo del 7 de octubre de 1952. Sus fines académicos se llevaron a cabo en las Facultades Obreras Regionales, las que fueron diseñadas para extenderse por todo el país considerando las necesidades de la producción industrial y la estructura económica de cada región donde se proyectó su ubicación. Esta característica federal de la institución fue novedosa y reparó la centralización y homogeneización del sistema educativo argentino imperante. Las primeras sedes que iniciaron sus actividades en 1953 fueron las de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario y Santa Fe. Le siguieron las de Bahía Blanca, La Plata (fundada con el nombre Eva Perón), Tucumán, inauguradas en 1954 y la FRA, en 1955. Como en todas las universidades nacionales, según lo dictaminado por el Decreto 6401/50, la educación impartida en la UON era gratuita, el horario de cursada era vespertino, de 19 a 23 horas, cómodo para quienes trabajaban en turno completo, el del taller experimental era los sábados en el horario de 14:30 a 17:30. No había posibilidad de alumnos libres, y se exigía un 75% de asistencia. Todas las carreras tenían proyectado un ciclo universitario de 5 años, donde las materias técnicas se complementaban con conocimientos sociopolíticos. En su finalidad de formar profesionales, la UON se propuso terminar con el prejuicio que existía en el campo de la Ingeniería, el que entendía que sólo los conocimientos universales que brindara una institución de educación técnica superior, podrían legitimar la calidad de sus egresados. Los ingenieros recibidos en la UON, con la práctica de sus conocimientos en el campo laboral, comenzaron a cuestionar la imagen de la universidad como ámbito de formación cultural, científica y profesional a la vez.

[3] CEBALLOS, C.; Los estudiantes universitarios y la política (1955-1970), Buenos Aires, CEAL, 1985, p. 15.

[4] BUCHBINDER, P.; Historia de las Universidades Argentinas, Sudamericana, Buenos Aires, 2010, p. 176.

[5] CALIFA, J.; Laica o Libre. Mayo de 1956: primer episodio, Ponencia presentada II Jornadas de Estudio y Reflexión sobre el Movimiento Estudiantil Argentino y Latinoamericano”, Septiembre de 2008, Departamento de Humanidades (UNS), p. 4.

[6] FUT; “Reseña histórica de la Federación Universitaria Tecnológica (F.U.T.) y su importancia como entidad federativa”, en: Boletín de la Federación Universitaria Tecnológica, Año I, Nº 1, 1963.

[7] ARISTEGUIETA URGOITI, F.; U.T.N., mi colaboración, Buenos Aires, Dunken, 1999, p. 31. El Ing. Aristeguieta Urgoiti fue un importante protagonista de los hechos relacionados con la defensa de la UON. De nacionalidad español, había llegado al país en 1939 exiliado por la Guerra Civil Española debido a su militancia anarquista.

[8] La CNAOP fue creada a partir del Decreto 14.530/44. Organizó un sistema de educación técnica orientado a la formación de mano de obra calificada, dejando sentado también la viabilidad del cumplimiento de objetivos sociales como la reglamentación del trabajo de menores y la gratuidad de la educación universitaria.

[9] Las primeras sedes de la UON que iniciaron sus actividades fueron las de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario y Santa Fe en 1953. Le siguieron las de Bahía Blanca, La Plata (fundada con el nombre “Eva Perón”) y Tucumán, inauguradas en 1954.

[10] FUT, “Reseña…”; op. cit.

[11] ARISTEGUIETA URGOITI, F.; U.T.N., op. cit., p. 36.

[12] El Ing. Ángel Torres es militante peronista. Su primer título de ingeniero en la especialidad Mecánica, lo obtuvo en la FRA de la UTN. Fue miembro del Centro de Estudiantes de dicha filial durante la década de 1960. Actualmente integra el Claustro de Graduados de la Facultad. Entrevista realizada el día 23/04/2011. Citado en NUÑEZ, A. y FACIO, M.; UON – UTN; El reclamo obrero por educación superior. (1943 – 1959), Ponencia presentada IVº Jornadas Historia y Educación, Mayo de 2011, Facultad de Filosofía y Letras (UBA).

[13] La DGET se fundó, paralelamente, a la creación de la CNAOP, dependía del Ministerio de Educación y agrupó a las existentes Escuelas Industriales de la Nación, de Agronomía, las Profesionales de Mujeres y las de Artes y Oficios. Luego de varios decretos modificatorios unificó sus planes de estudio, pasando a llamarlas “Escuelas Técnicas de la Nación”. Este sistema puede ser entendido como opuesto al coordinado por la CNAOP, ya que, en los objetivos de la DGET, no se mencionaban finalidades sociales.

[14] ARISTEGUIETA URGOITI, F.; UTN…, op. cit., p. 56.

[15] “Serán estudiados problemas de la enseñanza técnica”. Diario La Prensa. Buenos Aires, 01/07/1956

[16] Como representantes de la UON, la Comisión la integraron el Ing. Meoli, rector; el Ing. Pedro Berdoy, vicerrector; el Ing. Brunella, decano de la Regional La Plata; y el Ing. Luis Zappalorto, decano de la FRA.

[17] La FRA comenzó a funcionar 5 de mayo de 1955 en el mismo edificio que ocupaba la Escuela Primaria Provincial Nº 1 “Nicolás Avellaneda”, sita en la Av. Mitre 730 (ex Presidente Perón) de esa localidad. Fue dirigida, hasta octubre de 1955, por el Sr. Víctor Giordano.

[18] El Ing. Alfonso Silva fue uno de los primeros egresados de la Regional. Entrevista realizada por la FRA de la UTN en Agosto de 2000. (En línea) http://fra.cvg.utn.edu.ar/login/index.php (consulta: 2 de noviembre de 2012).

[19] El Ing. Juan Leis es hijo de inmigrantes, de padre y madre gallegos, quienes lo incentivaron para seguir la carrera universitaria. Ingresó a la FRA buscando la manera de compatibilizar el estudio con su trabajo como técnico de un taller ferroviario. Fue un importante delegado de la Federación Universitaria Tecnológica (FUT) en representación de la FRA. Entrevista realizada al Ing. Leis el día 30/08/2012.

[20] Ibídem. Cuando el Ing. Leis recuerda al “hombres sándwiches” hace referencia a una pauta publicitaria que se utilizaba en la época y que consistía en una persona portando anuncios sobre su cuerpo a partir de la utilización de dos carteles, uno frontal y otro dorsal, unidos por correas.

[21] En todas las especialidades, se eliminaron asignaturas como “Sindicalismo Justicialista y Legislación Obrera” y “Legislación del Trabajo”, y comenzaron a dictarse nuevas materias como “Inglés Técnico” y “Temas Culturales”, sin agregar más horas de cursada semanal a las 24 del plan original. MOLLIS, M.; “La historia de la Universidad Obrera Nacional: una universidad para hombres y mujeres que trabajan”, en Realidad Económica, Nº 99, Buenos Aires, 1991, p. 100.

[22] El Ing. E. Jakimczyk se recibió de ingeniero mecánico en el año 1962, en la FRA de la recién conformada UTN. Fue parte del movimiento estudiantil de la Universidad. También integró la FUT y en el año 1959, el Honorable Consejo Superior Universitario de la UTN como consejero por los estudiantes. Entrevista realizada el día 23/7/2012.

[23] El Ing. José López ingresó a la UON - FRA en el momento de su fundación, en marzo de 1955. Fue su primer egresado. El día 30 de noviembre de 1959, obtuvo el título de Ing. en Industrias Químicas. Participó activamente de la defensa de la UON como miembro del Centro de Estudiantes de la FRA. Luego fue docente titular y secretario técnico de dicha sede. Hoy integra el Claustro de Graduados en el Consejo Directivo de la Facultad. Entrevistas realizadas los días 11/05/2012, 13/6/2012 y 25/08/2012.

[24] El Ing. Francic se recibió de ingeniero electricista en la FRA. Además, ocupó cargos de importancia en la FRA como el de jefe de Laboratorio en el Dpto. de Electrotecnia y el de Física y secretario académico de la sede en los períodos 1975-1976 y 1985 -1989. Entrevista realizada el día 20/04/2011.Citado en NUÑEZ, A. y FACIO, M.; UON – UTN…, op. cit..

[25] FUT; “Reseña…”, op. cit..

[26] El Calendario y Plan de Trabajo de la Universidad para el año 1955, en su Forma III, punto B, determinaba: “Diariamente tres (3) minutos antes de iniciar las clases, se ejecutará la marcha “Los Muchachos Peronistas”, en: “Información Universitaria.Calendario y Plan de Trabajo para 1955”; en: Revista de la Universidad Obrera Nacional. CNAOP. Año III. Nº 13. Junio – Julio de 1955, p. 36.

[27] Entrevista realizada al Ing. Ángel Torres el día 25/1/2013.

[28] NÁPOLI, F.; Política Educativa y Organización Académica en el período fundacional de la Universidad Tecnológica Nacional (1948-1962), Ediciones CEIT, Buenos Aires, 2004, p. 126.

[29] ARISTEGUIETA URGOITI, F.; UTN…, op. cit., p. 80.

[30] Entrevista realizada al Ing. Eduardo Jakimczyk el día 23/7/2012.

[31] FUT; “Reseña…”, op. cit..

[32] Entrevista realizada al Ing. Eduardo Jakimczyk el día 23/7/2012.

[33] El Artículo 28 permitía la creación de universidades privadas y su facultad para otorgar títulos profesionales habilitantes, sin la inspección del Estado. Esta resolución provocó los enfrentamientos entre los llamados “laicos” y “libres” y la oposición de gran parte de quienes fueran el electorado del frondizismo, los universitarios. El proyecto educativo del gobierno expresaba la discusión que había surgido en la época sobre la capacidad técnica que tenían los profesionales recibidos de las universidades tradicionales, como también, los avances que se habían logrado en investigación a través de estas instituciones. Para la óptica oficial, las universidades privadas formarían el personal técnico especializado que requería la industria del país, subsanando las carencias de la universidad pública. Para profundizar sobre el tema analizar CASAS, N.; Frondizi: Una historia de política y soledad, Buenos Aires, Ediciones La Bastilla, 1973 y SMULOVITZ, C.; Oposición y gobierno: los años de Frondizi/1, Buenos Aires, CEAL, 1988, entre otros.

[34] Algunas de las modificaciones hechas al proyecto se refirieron a la inclusión de una representación de graduados en el consejo de la referida universidad a la sustitución del término autonomía por el de autarquía, y al sistema de administración patrimonial. GONZALES, H.; Cambios, Adaptación y Anticipación. Una Década de Gestión en la Facultad Regional Avellaneda (1990 – 2000), Tesis de Maestría, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Nacional de Mar del Plata, Maestría en Gestión Universitaria.

[35] Entrevista realizada al Ing. Juan Leis (2012).

[36] El Dr. Bernardo Dolber se recibió de ingeniero en la Regional Buenos Aires. Además, fue presidente del Centro de Estudiantes, y consejero por la Facultad en la década de 1960. Entrevista realizada el día 28/03/2011. Citado en NUÑEZ, A. y FACIO, M.; UON – UTN…, op. cit..

[37] Entrevista realizada al Ing. Ángel Torres.

[38] Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados, Año 1959, Buenos Aires. Imprenta del Congreso, p. 3957.

[39] “Quedó sancionada la creación de la Universidad Tecnológica”. Diario La Prensa, 15 de octubre de 1959. Citado en GONZALES, H.; Cambios, Adaptación y Anticipación..., op. cit..

[40] Según la Ley 14.855, en su Artículo VI, el Consejo de la Universidad debía prepara el proyecto de estatuto que constituiría el ordenamiento legal de la institución. ARISTEGUIETA URGOITI, F.; UTN…, op. cit., p. 174.

[41] A los contenidos científicos y técnicos se agregaron otros de carácter ético y cultural, buscando asemejar los planes de estudio a los de las universidades tradicionales. Por este motivo, la duración de las carreras, que eran de 5 años, se prolongó a 6.

[42] NÁPOLI, F.; Política Educativa…, op. cit., p. 137.

[43] ARISTEGUIETA URGOITI, F.; UTN…, op. cit., p. 175.

[44] El Ing. Waitoller tituló los recuerdos sobre su experiencia en el Centro de Estudiantes de la FRA como las “historias celestes”; en alusión a la Lista Celeste, agrupación que integró junto a otros entrevistados. Se recibió de Ingeniero en Construcciones Mecánicas en la UTN – FRA en 1966. Desde su 4º año de carrera fue consejero suplente en el Consejo Directivo de la Facultad. Entrevista realizada al Ing. Roberto Waitoller, 4/7/2012.

[45] ARISTEGUIETA URGOITI, F.; UTN…, op. cit., pp. 132 y ss.

[46] Esta información fue brindada por el Ing. López, que participó de la ceremonia en carácter de Secretario Técnico de la FRA. Sobre el número de egresados el ingeniero afirma que eran 15, corrigiendo el número de 22 que fuera informado por la prensa local. Entrevista realiza al Ing. José López.

[47] El Ing. Tortorici ingresó a la carrera de Ingeniería Eléctrica en la UTN – FRA en 1961. integrando la Lista Celeste fue presidente del Centro de Estudiantes y, luego, consejero estudiantil en 1964. En 1965 formó parte de la Comisión de Presupuesto que estuvo en el Congreso de la Nación y consiguió la aprobación de la Ley que permitió la donación a la FRA de los terrenos que hoy ocupa la sede de Villa Dominico. Se graduó en 1966 alejándose de la política universitaria. Luego de más de 30 años de trabajo en relación de dependencia en 2005 fundó su propia empresa, Ideas Eléctricas S.A. Entrevista realizada al Ing. José Tortorici, 26/6/2012.

[48] Este reconocimiento también lo hace la propia UBA, mediante la actualización del censo de 1959 demostraba que el acceso a la cultura superior se tornó prácticamente imposible para los sectores trabajadores. INGLESE, J.; “Comportamiento de Estudiantes y Dirigentes”. En INGLESE, J. y YEGROS DORIA, C.; Universidad y Estudiantes, Ediciones Libera, Buenos Aires, 1965, p. 22.

[49] Los objetivos del Centro que menciona el autor, se relacionan con el reformismo que ha caracterizado a esta agrupación. En la década de 1950 también fue integrada por grupos humanistas. Estos dos sectores se enfrentaron duramente durante los debates sobre la “educación laica o educación libre”. Ibídem, p. 31.

[50] Entrevista realizada al Ing. Roberto Waitoller, 4/7/2012.

[51] Entrevista realizada al Ing. José Tortorici, 26/6/2012.

[52] Ibídem.

[53] INGLESE, J.; “Comportamiento…”, op. cit., p. 45.

[54] BUCHBINDER, P.; Historia de las Universidades…,  op. cit., pp. 184 y ss.

[55] Entrevista realizada al Ing. Roberto Waitoller, 4/7/2012.

[56] Desde la década de 1960, el aumento de la matriculación de la FRA provocó la necesidad de un nuevo espacio. Para tales fines, fueron donados los terrenos ubicados en la intersección de las Avenidas Mitre y Ramón Franco en la localidad de Villa Domínico, donde se comenzó a construir el nuevo campus de la mencionada sede. Recién a principios de la década de 1970 comenzaron a dictarse los nuevos cursos y a funcionar los laboratorios. Hoy en día, es donde se cursan las carreras de grado y, el sitio donde fuera originalmente fundada la FRA, funciona como sede administrativa, dictándose en él las carreras de postgrado.

[57] En esta posición historiográfica se ubican trabajos como los siguientes: HALPERIN DONGHI, T.; Historia de la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Eudeba, 1962. PLOTKIN, M.; Mañana es San Perón - Propaganda, rituales políticos y educación en el régimen peronista (1946-1955). Buenos Aires, Ariel, 1993.